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Domingo, 10 de junio de 2007

EL SECRETARIO DE CULTURA, JOSE NUN, Y LA CRISIS DEL CERVANTES

“Los intransigentes son una minoría”

Mientras culpa a ATE de la parálisis, Nun dice: “Somos optimistas, esperamos que las actividades puedan reanudarse”.

 Por Hilda Cabrera

El Teatro Nacional Cervantes permanece inactivo desde hace más de un año y medio, y los elencos que ensayaron obras para esta temporada continúan sin poder mostrarlas, entrampados en un conflicto gremial no resuelto en una última paritaria. Si bien un sector acordó (el de los trabajadores asociados a UPCN), otro adherido a ATE la rechaza. La obligación de hallar una salida incumbe no sólo al gremio en pugna sino también al Estado empleador, que en este caso engloba al Ministerio de Economía, la Subsecretaría de la Función Pública, Jefatura de Gabinete, Secretaría de Cultura de la Nación y Dirección del Cervantes. Lo concreto es que el teatro sigue paralizado. Su último director, Alejandro Samek, renunció anticipándose a la dimisión que –según le informaron– le pediría el secretario de Cultura José Nun, luego de unas declaraciones suyas a la prensa. Durante su gestión logró trabajosamente algunos cambios. En esta etapa el sucesor sería Rubens Correa (subdirector del TNC), pero aún no se firmó el decreto que lo autoriza a ocupar el cargo. ATE parece el malo de la película: sus delegados se refirieron a ese encasillamiento y dieron sus explicaciones en reuniones con los teatristas agrupados en MATe y Celcit y en la convocatoria que estas entidades lideraron el 3 de mayo frente al edificio de la Secretaría de Cultura con el propósito de hallar una solución consensuada. Aquella convocatoria fue apoyada por Argentores, Asociación Argentina de Actores y otras agrupaciones e instituciones relacionadas con la actividad artística e intelectual del país y el extranjero. En distintas ediciones de Página/12 se publicaron opiniones de personalidades del teatro, gremialistas y funcionarios, como el jefe de gabinete de Cultura César Calcagno. Faltaba la voz sin intermediarios del doctor José Nun, quien respondió por escrito al cuestionario enviado por este diario semanas atrás.

–¿Cuáles son los motivos que impiden el comienzo de la temporada en el Teatro Nacional Cervantes? ¿Unicamente el conflicto laboral con los trabajadores agrupados en el gremio ATE?

–Sí, es el único motivo. A pesar de que se consiguió una paritaria especial para tratar el conflicto y de todos los logros obtenidos, ATE continúa con la medida de fuerza que tiene paralizado al teatro.

–¿Qué opina sobre el acuerdo firmado con los trabajadores del Cervantes asociados a la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN)? ¿En qué favorecería a los empleados del sector técnico artístico aún en conflicto y en qué los desfavorecería?

–Ante todo, la pregunta es equivocada. El convenio firmado con UPCN abarca a todos los trabajadores del Cervantes, pues ese gremio es el único legalmente autorizado para suscribir acuerdos colectivos en el ámbito de la Secretaría de Cultura. Por lo demás, ese convenio, producto de la paritaria que se llevó adelante en el Ministerio de Trabajo y de la cual los delegados de ATE se retiraron intempestivamente, logró lo que no se había conseguido en 15 años: que los técnicos fueran reconocidos como un agrupamiento específico dentro del Sistema Nacional de la Profesión Administrativa (Sinapa) y que el personal contratado vaya adquiriendo de aquí en adelante una estabilidad que ahora no tiene. También se concedieron aumentos salariales de entre un 50 y un 70 por ciento por sobre el básico. Sin duda, el reconocimiento de funciones específicas, la estabilidad laboral y el incremento de las remuneraciones son medidas muy favorables para los trabajadores.

–¿Ese acuerdo sigue su curso legal? ¿Cuándo será homologado? ¿Considera que ese acuerdo le resta legitimidad al reclamo de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)?

–Sí, el acuerdo sigue su curso legal y será homologado en poco tiempo, una vez que cumpla los pasos administrativos correspondientes, lo cual priva de legalidad al reclamo de ATE. De todos modos, hemos reabierto el diálogo y las negociaciones con ATE para que el teatro deje de estar paralizado de manera consensual y sin que nos veamos forzados a aplicar las sanciones que pudieran corresponder.

–¿Qué opina sobre el reclamo hecho público por las entidades teatrales y personalidades de diferentes áreas de la cultura para que se solucione rápidamente el conflicto y los elencos puedan presentar las obras ensayadas y listas para el estreno?

–Es un reclamo que compartimos. ¿Qué interés podríamos tener en que se prolongue un conflicto que nunca imaginamos dado todo lo que se obtuvo gracias a nuestra gestión? Nuestro principal interés es que las obras se estrenen de inmediato y que el teatro continúe normalmente con sus actividades. Es por eso que se destinaron 500 mil pesos del presupuesto para el estreno de dos obras de gran jerarquía. Entretanto, se continúan pagando los sueldos de todo el personal, incluidos los actores que están ensayando y también los técnicos, aunque a éstos obviamente no se les abona el suplemento por un horario específico que no cumplen.

–¿Qué les espera a los artistas y técnicos contratados para esas obras?

–Somos optimistas y esperamos que los intransigentes (cuya cantidad ha venido disminuyendo en los últimos días y son claramente una minoría sobre el conjunto del personal) depongan su actitud. Por eso esperamos que las actividades puedan reanudarse a la brevedad.

–Según un informe elaborado por las entidades teatrales MATe y Celcit, en un reciente encuentro con funcionarios nacionales de alto rango, del que usted participó, se solicitaron propuestas para hallar una salida al conflicto. ¿Habrá algún aporte desde la Secretaría de Cultura a las negociaciones?

–Por supuesto, la Secretaría de Cultura de la Nación es justamente quien ha promovido el diálogo y busca las mejores alternativas para solucionar el conflicto. Estamos haciendo lo que no se hizo en 15 años y, a pesar de eso, nos enfrentamos a la inflexibilidad de un grupo de técnicos, cuyo número –insisto– va disminuyendo cada día.

–¿Cómo actuará la Secretaría de Cultura frente a los pedidos de un mayor presupuesto para el Cervantes y urgentes mejoras de tipo edilicio?

–La Secretaría de Cultura de la Nación está al frente de esas solicitudes y lleva adelante gestiones en ese sentido. En 2006, se concretó un plan integral de refacciones en la Sala María Guerrero: el piso fue pulido y recibió un tratamiento ignífugo, y se retapizaron las butacas. Además, se renovó su equipamiento: se adquirieron 60 proyectores, dos consolas de iluminación y una consola de sonido de 96 canales, entre otros insumos técnicos que responden a los más altos estándares de fabricación y rendimiento. Asimismo, se obtuvieron, a través de la Dirección Nacional de Arquitectura, 90 mil pesos para este año y 1.200.000 para el año próximo, para reparar la fachada del edificio. Esta Dirección también se comprometió a llevar a cabo otras refacciones en el interior del edificio. A su vez, el gobierno español nos ha manifestado en principio su disposición a contribuir para que el teatro recupere y aumente todo su esplendor, en el marco de las celebraciones de nuestro bicentenario. En cuanto a las solicitudes de mayor presupuesto, esperamos que la nueva gestión del Teatro Nacional Cervantes (que es un organismo autárquico que maneja su propio presupuesto) sea tan eficiente como lo han venido siendo en estos años las direcciones de la Biblioteca Nacional, del Incaa, del Instituto Nacional del Teatro y de la Conabip, y que conseguirá mayores fondos para 2008. Contará para ello con nuestro más amplio respaldo.

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“¿Qué interés podríamos tener en que se prolongue un conflicto que nunca imaginamos?”
Imagen: Pablo Piovano
 
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