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Domingo, 27 de abril de 2008

TONY SHALHOUB, PROTAGONISTA DE MONK, QUE RETRATA A UN DETECTIVE OBSESIVO COMPULSIVO

“Creo que fui infectado por el personaje”

El actor que interpreta a un investigador neurótico recorre la psicología de la criatura que lo hizo famoso y admite que en un comienzo le preocupaba “que el personaje fuera molesto y la gente se sintiera frustrada”.

 Por Roque Casciero

Ni el mismo Tony Shalhoub, protagonista de la serie, esperaba que Monk se convirtiera en el suceso que es desde hace seis temporadas. A él no le resultaba fácil imaginar que un detective con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) pudiera enamorar al público como lo ha hecho hasta aquí. “Me preocupaba que el personaje fuera demasiado molesto y que la gente se sintiera frustrada con él –admite durante una teleconferencia–. Así que no me parecía que fuera a tener tanto atractivo como el que tuvo. Obviamente, me alegra que la gente lo haya adoptado. Supongo que es porque, pese a todos los obstáculos a los que tiene que sobreponerse incluso para salir de su casa a la mañana, él se las arregla para ser exitoso en su trabajo. Y creo que todo el mundo siente que, en cierta medida, tiene demasiados obstáculos para sortear en su vida.” El talento ha sido la herramienta que usó Shalhoub para hacer su camino en Hollywood y en el teatro, y haber aceptado el papel de este detective maniático de la limpieza y el orden no sólo le permitió mayor reconocimiento popular sino también acumular tres Emmy como mejor comediante y un Golden Globe. Ahora, mientras él está a punto de empezar a grabar la séptima temporada de la serie, en toda América latina se podrán ver en orden los capítulos anteriores: a partir del próximo jueves, Hallmark Channel se encargará de las repeticiones para placer de los fanáticos. Que será doble, porque las emisiones regulares continuarán por Universal los domingos a las 20.

Y si de amantes de Monk se trata, hay que contar al propio Shalhoub: de entrada dice que le resulta imposible elegir un solo episodio favorito y propone tres, pero luego se estira a cinco y finalmente se queja jocosamente de haber tenido que elegir pocos. “Es que hubo muchos brillantes y, además, me quedé apegado a muchas escenas de programas diferentes”, asegura. En la lista están el primer capítulo, “porque lo grabamos mucho antes de saber qué estábamos haciendo o hacia dónde íbamos”, “Mr. Monk toma sus remedios” (que le alteran la personalidad), “Mr. Monk y el actor” (con Stanley Tucci como invitado), “Mr. Monk y la huelga de la basura” (se vuelve loco y trata de recoger toda la basura de San Francisco él solo) y, finalmente, el capítulo doble “Mr. Monk fugitivo”, que cerró la última temporada.

–¿Cuál es el secreto del éxito de Monk?

–Me gustaría saberlo para poder embotellarlo y usarlo en mi próximo programa, cuando termine Monk. Creo que hay que darles mucho crédito a los guionistas. El guionista principal del programa, Andy Breckman, tiene una forma de narrar única y de algún modo se las arregla para meter en la vida real ese universo paralelo que es el mundo de Monk.

–¿Qué ventajas y qué desventajas tiene interpretar el mismo personaje durante tantos años?

–Lo bueno es que uno vive con el personaje durante mucho tiempo y aprende más sobre él. Los guionistas, especialmente los nuestros, que son tan innovadores y capaces, presentan todo el tiempo nuevos desafíos para el personaje y amplían su psiquis. Eso es muy interesante para un actor. Yo me formé en el teatro y trabajé en muchas obras antes de empezar a hacer televisión y cine. En teatro interpretás un papel durante un tiempo, como mucho un año, pero después la obra se levanta. Y justo en ese momento es cuando te aparecen nuevas ideas y pensamientos para mejorar tu personaje. Bueno, todo eso pude desarrollarlo con Monk porque cada vez que me encuentro con cosas nuevas puedo usarlas la próxima temporada. Eso es muy satisfactorio. Por otra parte, a veces tenés que luchar para no estancarte. Como actores, siempre queremos ampliar nuestros horizontes e interpretar diferentes papeles. Así que trato de hacer otras cosas cuando no estamos grabando la serie, para mantener la sensación de desafío.

–¿Y para evitar que lo encasillen en una sola clase de papeles?

–Cuando era más joven me preocupaba por no quedar encasillado, pero ahora me encantaría que suceda porque eso implica que tenés trabajo. No, no me preocupa eso. Siento que hice suficientes papeles diferentes en cine y teatro como para ser capaz de algún modo de despegarme de la imagen que la gente tiene de Monk. Probablemente el programa se repita durante mucho tiempo... No sé, tengo muchas otras cosas de las que preocuparme. Pequeñas cosas como que gotea la canilla de mi baño o la mancha en mi camisa (risas). No puedo preocuparme por cosas más grandes porque si no tendría que contemplar el suicidio.

–Está por empezar a grabar la séptima temporada de la serie. ¿Cuánto más cree que deba durar?

–Bueno, es posible que ésta sea la última temporada. Será decisión de la cadena. Si por mí fuera, creo que podría hacer dos temporadas más. Después de eso, creo que sería tiempo de bajar la cortina.

–Después de tantos años, ¿tiene algo en común con su personaje?

–Bueno, tengo la tendencia a preocuparme demasiado. Creo que mis amigos y mi familia podrían afirmar eso. Y a veces me preocupo por cosas que son insignificantes y me quedo fijado en eso, igual que Monk. Por otra parte, como llevo seis años interpretando el personaje, creo que de algún modo he sido infectado por él, porque a veces me descubro pensando como Monk. Por ejemplo, hace poco empecé a pensar si los menúes de los restaurantes estarán limpios, ya que los manosea tanta gente, y que no deben limpiarlos muy a menudo. La gente los toca y después se lleva las manos a la boca. Y empecé a enloquecer con estas imágenes horribles. Eso me pasa por meterme tanto en el personaje.

–¿Alguna vez lo afectó por el lado de las fobias?

–No creo. Pero sí con otras cosas, como los gérmenes. Y también me pongo claustrofóbico a veces. Otra cosa que me estoy dando cuenta ahora mismo es de que Monk tiene problemas para dormir, en parte por su ansiedad y porque su mente se mueve demasiado rápido. Y yo comparto eso. No que mi mente sea muy rápida (se ríe), sino que tengo problemas para dormir.

–¿Podría mencionar alguna situación de su vida en la que pudiera requerir los servicios de un detective como Adrian Monk?

–Sí, claro, lo necesitaría todos los días, porque tengo dos hijas adolescentes. Sería maravilloso tener la capacidad de Adrian Monk para descubrir qué es exactamente lo que está pasando, no sólo en sus vidas sino también en sus cabezas. Eso es algo realmente muy complicado, mucho más allá de mi entendimiento (risas).

–¿Piensa seguir en la televisión después de Monk?

–Creo que me volcaré más al cine. Pero tengo un par de ideas para series de televisión que me gustaría producir y posiblemente dirigir, aunque no necesariamente quiero actuar en esos programas. Supongo que voy a esperar unos años antes de volver a trabajar en una serie para que el público se haga a la idea de que será un personaje distinto. Además, me gusta mucho hacer películas y obras de teatro. Así que cuando Monk se acabe, voy a tratar de volver a hacer teatro en Nueva York.

–¿Y qué tal una película de Monk?

–Es algo de lo que estamos hablando desde hace tres o cuatro años. A los guionistas, el elenco y los directores nos encantaría hacer una película. Sólo es cuestión de convencer a la cadena y de persuadir a un estudio de que nos apoye. Una de las ideas que tuvimos es terminar la serie a lo grande con una película y realmente me encantaría que suceda.

–¿Puede adelantar algo sobre la nueva temporada?

–Aunque todavía no empezamos a grabar, algo que nos provoca excitación es que estamos llegando al episodio 100, todo un hito para nosotros. Y los guionistas quieren hacer algo así como un programa dentro del programa, con reporteros de televisión siguiendo a Monk mientras investiga su caso número 100 desde que entró como asesor al Departamento de Policía. Además, quieren hacer regresar a muchos de los personajes que aparecieron en el programa en estos seis años, en entrevistas hablando sobre sus experiencias, ya sea desde la cárcel o desde donde estén.

–¿Tendrá Monk algún nuevo temor en esta temporada?

–Sí, ¡miedo a la cancelación! O miedo a que la gente finalmente se canse del programa... No, ni idea, ésa es una pregunta para los guionistas. Ellos no siempre me dicen con qué van a salir la siguiente temporada. Les gusta sorprenderme tanto como al público.

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A pesar de sus limitaciones y complejos, Monk es exitoso en el trabajo.
 
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