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Lunes, 11 de agosto de 2014

SERIES › ULTIMA TEMPORADA DE THE KILLING, POR NETFLIX

Esa pasión por el asesinato

La cuarta temporada ya puede ser vista en Internet. ¿Qué queda para contar tras el asesinato de Rosie Larsen? ¿Cuánto ha cambiado el formato en Netflix? Página/12 entrevistó a Mireille Enos, protagonista de una de las series de suspenso de mayor impacto.

 Por Federico Lisica

“Para mí, uno de los conceptos más interesantes fue cuando la televisión estadounidense trajo The Killing y le dio la posibilidad de contar una sola historia en un arco de trece episodios.” Palabras recientes de Stephen King a este diario. Aunque el autor de Misery cometió un pequeño error. La serie se tomó dos temporadas para resolver el único asesinato al que se hace mención en el título. Con una letanía inusual, agobiante en el mejor de los sentidos del suspenso, y que ayudó al desarrollo dramático de cada uno de los personajes, llega ahora la última temporada de este policial, únicamente por Netflix (desde el 1º de agosto se encuentra disponible). Entre la tercera y la cuarta temporada hubo una alteración trascendental en el formato: el programa fue cancelado por la señal AMC para la tevé debido a una merma en la audiencia y la plataforma digital –que ya había producido la temporada anterior– recogió el guante, pero con sólo seis episodios finales. Cambio notorio que no afecta el fondo, ya que la trama sigue desarrollándose igual de oscura y húmeda, con la lluvia permanente de Seattle como actor secundario. “Uno de los motivos por los que me parecía buena la propuesta de seguir una temporada más era justamente para poder darle un cierre a esta historia”, le dijo a Página/12 su protagonista, Mireille Enos, en una conferencia que la actriz a cargo de la detective Sarah Linden brindó para medios latinos.

–¿Cuánto influyó que la nueva temporada se vea por Internet?

–No queríamos que el estilo sufriera una gran desviación. Pero definitivamente hubo más libertad en cuanto al lenguaje; en cuanto al contenido ya éramos un show con cierto embalaje distinto y lo que hicimos fue llevarlo un poco más allá.

–Linden ha definido su carrera. ¿Cómo siente como actriz este final?

–Es un poco triste porque ya me había interiorizado, pasé horas en la mente de esa mujer, pero en términos de relato lo mejor era saber que se acababa. También es el epílogo de su historia.

–¿Cree que hay pocos roles así reservados para una mujer?

–Es igual de difícil para los hombres también. Es cierto que en los últimos años la industria televisiva está moviéndose por terrenos antes inexplorados; ya se dijo, es una mezcla de cine y tevé. Y en un sentido creo que he sido una suertuda.

–¿Qué opina de esta suerte de nuevo género policial hiperoscuro en el que los oficiales también tienen personalidades complejas?

–Lo gracioso es que en mi vida diaria soy una persona muy positiva. Creo que el éxito de estos programas con su oscuridad a cuestas se produce porque en la vida diaria no tenemos chance de vivir algo así.

En este grand finale de The Killing, los ejes (cuya base fue una serie danesa) serán dos. “En la última hubo una gran cantidad de asesinatos y ahora volvemos a un solo caso a resolver, pero la trama para Sarah es mucho más complicada que antes”, anticipa la actriz. Por un lado está el caso de un estudiante de una escuela militar al que se le imputa el asesinato de su familia. Por otro, la pareja de Sarah Linden con su compañero Stephen Holder (una interpretación con pregnancia a cargo de Joel Kinnaman) debe hacerse cargo del descalabro de la temporada anterior provocado por ellos mismos, incluido un crimen. Ya se ha dicho: el caso más difícil a resolver en The Killing es el del propio pasado de Linden, abandonada por su madre de niña, un manojo de nervios, denodada en su oficio y dueña de una tosquedad dulce. El único que parece entenderla es Holder, un policía con sus propios problemas que quiere y no puede alejarse de esa mujer... aunque tal vez sea al revés. “Nunca hubo algo en términos de romance, se aman como en una familia, lo que cambió es que ahora comparten un secreto turbulento, se pueden decir cualquier cosa sin tapujos, pero a la vez se necesitan”, explica Enos.

–En el piloto, Sarah estaba a punto de casarse, pero parecía mucho más distante con los demás. Ahora es un completo desastre, a nivel laboral y emocional está en una encrucijada. ¿Habrá algún tipo de redención para ella?

–Es cierto, es un completo desastre (risas). Ha cometido un crimen y ella sabe que siempre se deja algún rastro. Ahora está del otro lado de la línea y es consciente de que habrá alguien buscando sus errores. Es una sensación aterrorizante. Ha quemado todos los puentes que la vinculaban con su vida anterior. Está corriendo por su vida literalmente y a la vez debe mostrarse normal. Por lo cual debe esforzarse más que nunca para estar enfocada. Cuando Veena Sund (productora y guionista del programa) me decía que al final del camino iba a haber algún tipo de felicidad para Linden, yo me preguntaba: “¿Cómo demonios va a lograrlo?”. Pero debo decir que lo ha logrado y eso es fantástico de ver.

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“En esta temporada hubo más libertad en cuanto al lenguaje”, detalla Mireille Enos.
 
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