espectaculos

Lunes, 9 de junio de 2008

MUSICA › RECITAL DE OMARA PORTUONDO Y MARIA BETHâNIA EN EL LUNA PARK

Grandes voces para una noche de lujo

Las cantantes expusieron su singularidad como intérpretes, a la vez que dieron cuenta de las conexiones posibles entre las tradiciones populares de Cuba y de Brasil. El público terminó de pie, cantando y bailando “Guantanamera”.

 Por Karina Micheletto

El encuentro prometía ser único, de esos que elevan un espectáculo a la categoría de “acontecimiento”. Y así fue. Dos grandes voces femeninas de Brasil y de Cuba, de distintas edades, con carreras transitadas de diferentes modos, se encontraron primero para grabar juntas. Luego iniciaron una gira con características propias, y un repertorio diferenciado del de este disco. El sábado pasado terminaron esa gira en Buenos Aires, en un Luna Park no del todo lleno, pero que terminó encantado, en la amplia acepción del término. Omara Portuondo y Maria Bethânia mostraron por qué son grandes en lo suyo. Esta vez, juntas, transformadas cada una a su modo.

El juego propuesto es el de reunir repertorios populares de Cuba y de Brasil, resaltar lo que tienen de único y también las conexiones posibles entre dos tradiciones con las mismas raíces, nutridas del sincretismo africano y de Europa. Claro que ése es sólo el punto de partida, el esqueleto sobre el que descansa la idea de esta reunión. A la hora de la música, las dos cantantes echan mano a sus oficios y a sus talentos únicos –y también a un delicado tratamiento musical de cada tema–, y llenan la idea con contenidos de belleza singular. Con el fraseo exquisito de Portuondo, que impresiona a sus 77 años, recorriendo el escenario con las inflexiones de su voz, y bailando a lo cubano y a lo brasileño. Con la potencia cautivante que caracteriza a Maria Bethânia, moderada ahora en función del rol que elige cumplir por esta vez, con una generosidad alejada de las miserias comunes del artista.

Es que lo primero que conmueve en la concepción del show es la forma en que Bethânia le cede completamente el escenario, y todos los honores, a Portuondo. Aquí la bahiana se presenta como una suerte de presentadora o anfitriona de su colega, de la que parece decir: esta vez ella es la grande, yo sólo tengo la suerte de acompañarla. Si hasta se sienta a escucharla a un costado, como admirándola, en algunos de los temas que comparten. Cualquiera que haya visto en vivo a Maria Bethânia sabe que lo que la caracteriza es la forma en que ataca el escenario, impone su presencia definitiva, se vuelve dueña y señora desde el primer tema. Esta vez, hasta en las canciones que interpreta sola la impronta es otra, más lúdica, quizás.

El show comienza con la dupla haciendo versiones en portugués y en español de “Cio da Terra”, de Chico Buarque y Milton Nascimento (“Tierra en cielo”, según la versión que canta Portuondo), la popular “Gente humilde”, de Garoto, Vinicius de Moraes y Chico Buarque, y “Cálix bento”, de Tavinho Moura, ninguna de las cuales forma parte del repertorio grabado. Sigue un pequeño set de Bethânia solista, en el que rinde especial tributo a su región de origen en temas como “O ciúme” (de su hermano Caetano Veloso) o “A Bahía te espera”. Vuelve a aparecer Portuondo, y en clave de son cantan juntas “Tal vez”, de Juan Formell, el creador de los Van Van. Entonces sigue la parte solista de Omara Portuondo, donde hay tiempo para que haga lucir su voz en bolero, son o salsa, y también para que esta mujer que comenzó su carrera en los ‘40 como bailarina del Tropicana muestre que conserva caderas en gran estado.

“Vamos a recordar al Buena Vista Social Club”, anuncia Portuondo, arranca con “Veinte años”, y la imagen de Compay Segundo a su lado con la guitarra sobrevuela el momento. Vuelve a emocionarse al dedicar el clásico “Dos gardenias” a Ibrahim Ferrer, señalando a su hijo entre las primeras filas. La canta solo acompañada de guitarra, bajito, y el teatro la acompaña en profundo silencio. Hace una conmovedora canción de cuna sólo con percusión, inserta por allí los primeros versos de “El día que me quieras”, va y viene con su voz, impecable.

El regreso de Bethânia para la última parte del show a dúo habilita la fiesta. Comienzan con “So vendo que beleza (Marambaia)” en una versión que va del samba a la salsa; unen la música sertaneja de “Caipira de fato” con la campesina cubana “El amor de mi bohio”, comparten en portugués y en español “O que será?”. Para los bises dejan dos clásicos que suenan a coro con el público, a esta altura de pie, bailando y cantando: “O que é” y “Guantanamera”. Sólo queda, tal vez, lamentar no haber podido disfrutar del concierto en un teatro más apto para una buena acústica. El sonido arrancó con algunas complicaciones y pronto se ajustó, pero no hay caso: el Luna Park no deja de sonar como un gran galpón. A pesar de lo cual Omara Portuondo y Maria Bethânia siguen sonando como dos damas únicas.

9-RECITAL DE OMARA PORTUONDO Y MARIA BETHÂNIA

Lugar: Luna Park

Fecha: Sábado 7 de junio

Público: 5000 personas

Músicos: Dirección musical, arreglos y guitarras: Jaime Alem y Swami Jr. Teclados y acordeón: Joao Carlos Coutinho. Bajo: Jorge Helder. Percusión: Marcelo Costa, Andrés Coayo y Claudinho Brito.

Compartir: 

Twitter

Bethânia fue generosa con Portuondo, a quien le cedió todos los honores.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.