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Miércoles, 7 de enero de 2009

MUSICA › MURIó RON ASHETON, GUITARRISTA DE LOS MíTICOS STOOGES

El adiós al inventor del sonido punk

Su guitarra filosa fue el complemento ideal para el histrionismo de Iggy Pop. Definía su música como “una especie de anarquía controlada”. Toda la agresividad la volcaba allí, porque debajo del escenario era un tipo tranquilo y amable. Tenía 60 años.

 Por Roque Casciero

Sobre el escenario, su figura siempre contrastó con la de Iggy Pop: mientras el cantante se retorcía, caminaba sobre el público o se cortaba con pedazos de botella, Ron Asheton se paraba apenas adelante de sus equipos, concentrado en hacer jirones el aire con su guitarra filosa. El violero de los míticos Stooges (algo así como Los Chiflados) fue encontrado muerto ayer, víctima de un paro cardíaco, aunque se especula que falleció el primer día de 2009. Aunque estuviera a años luz de ser un virtuoso, Asheton, con su wah wah y su distorsionador, le cambió la cara al rock de fines de los ’60 y principios de los ’70: los riffs eran monolíticos, repetitivos, crudos, mántricos. Fue el inventor del sonido del punk, varios años antes de que los Sex Pistols lo hicieran popular. Toda la agresividad la volcaba en la música, porque debajo del escenario era un tipo de lo más afable –los fans argentinos lo comprobaron cuando los reformados Stooges tocaron aquí en 2006–, que vivió siempre en la casa de Ann Arbor, Michigan, en la que se crió. “Soy bastante conservador, no consumo drogas, no me meto en peleas, no me enloquezco por emborracharme...”, le dijo a Página/12 antes de su única visita a Buenos Aires. “Pero mi música es caótica y creo que eso es parte de su atractivo. Es una especie de anarquía controlada.”

Iggy, Ron y su hermano Scott en la batería, más el bajista Dave Alexander, fueron adelantados a su tiempo: mientras todos le cantaban al poder de las flores, ellos se quejaban de la vida embolante en Michigan, aullaban que querían ser tu perro o sencillamente creaban una descarga de electricidad con tanto de rock como de free jazz. Claro que cuando arrancaron apenas si sabían tocar. En The Psychedelic Stooges, Ron tocaba guitarra hawaiana e Iggy metía el micrófono en una licuadora o una aspiradora. Después tomaron forma más convencional, y aparecieron esos riffs geniales de “No fun”, “1969” y “I wanna be your dog”, que formarían parte del debut de The Stooges. El disco no funcionó bien en las registradoras, pero los conciertos eran un descontrol por el salvajismo de Iggy. Ron, mientras tanto, era el único “chiflado” tranquilo. Su costado bizarro era su colección de trajes nazis, aunque él sostenía que le gustaban los uniformes, no la ideología. “He tenido muchos problemas con eso, pero sólo soy un coleccionista. No tengo ninguna simpatía por la causa nazi pasada, presente ni futura”, se desmarcaba.

Para la época de Funhouse, el cuarteto ya había abandonado toda pretensión de éxito, aunque no cedía en sus intenciones artísticas. Además, para entonces Ron ya había desarrollado mejor sus habilidades, por las cuales apareció en el puesto 29 en la lista de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos de la Rolling Stone. Por eso, entre otras cosas, el disco es uno de los mejores de la historia del rock. “Es grandioso que la gente piense eso”, se alegraba Asheton. “Incluso personas como Jack White, de los White Stripes, o Alice Cooper. Cuando conocí a Alice en Nueva York sólo tenía diez discos y dos eran copias de Funhouse, porque había destruido una de tanto escucharla. Ese disco suena moderno aunque haya sido hecho en 1970. Tiene un feeling moderno. Y eso es muy cool porque supongo que la buena música no tiene fecha. El disco pasó la prueba del tiempo.”

Sin un centavo y con tres de los cuatro integrantes desesperados por las drogas, los Stooges se separaron. Pero Iggy conoció a David Bowie, quien le propuso grabar un disco en Londres y, después de probar muchos músicos, llamó a los Asheton. El detalle era que el cantante ya tenía violero y cocompositor, James Williamson, y quería que Ron tocara el bajo. Como un extra en su propia banda, el violero formó parte de Raw power, el disco que inició el killer punk. Pero sus tres compañeros se encancharon con la heroína, el álbum no vendió nada y los Stooges se desbandaron sin ningún glamour. Iggy encontraría el camino como solista, muy a los tumbos, pero a los hermanos Asheton el reconocimiento tardó en llegarles. Ron fue parte de New Order (que no era la banda británica de los ex Joy Division), Destroy All Monsters, Dark Carnival y New Race, grupos que nunca fueron demasiado lejos. “Siempre estaba como fuera de sintonía con los tiempos”, confesó el guitarrista. Para diversificarse, intentó con la actuación (Mosquito, Legion of the night) y la pintura, y también formó parte de los Wylde Ratttz, que grabaron algunos temas para la banda sonora de Velvet goldmine.

A principios de siglo, los Asheton salieron de gira como The Stooges Project y captaron la atención de Iggy, que siempre los había considerado unos perdedores. Entonces decidió llamarlos y descubrió que Ron no había cambiado de número de teléfono en casi 30 años. Primero hicieron cuatro temas para Skull ring, el último “solista” del cantante, después salieron de gira por todo el mundo con Mike Watt en el bajo, y finalmente grabaron The weirdness, un disco que empalidece al lado de sus gloriosos antecesores. Pero los conciertos todavía eran demoledores: el paso de los Stooges por el Pepsi Music 2006 será muy difícil de borrar para las 18 mil personas que los vieron. “Mi hermano y yo sentimos lo mismo: siempre quisimos esto”, decía Ron, exultante por la reunión. “Incluso después de la separación seguí pensando que tras un descanso volveríamos a juntarnos. Sé que suena cursi, pero quería que fuéramos la versión norteamericana de Los Rolling Stones: una banda de rock’n’roll perpetua. Ahora sí me siento afortunado por poder hacer lo que quise toda mi vida: salir y hacer buenos shows frente a mucho público, ser aceptado por los críticos y por la gente. Me siento reivindicado.”

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Sin ser un virtuoso, Asheton (izq.) le cambió la cara al rock de fines de los ’60 y principios de los ’70.
 
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