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Jueves, 2 de abril de 2009

MUSICA › ANTONIO BIRABENT PRESENTA SOPA EN LA TRASTIENDA

“Tenía hambre de balance”

 Por Karina Micheletto

Antonio Birabent habla de “hambre de balance”. Habla de veinte años de canciones, de trabajar melodías y, sobre todo, palabras. Su primer disco, en rigor, apareció en 1993, pero mucho antes se editaron temas compuestos por él: “El rock del colegio” y “El show se terminó” en sendos discos de Moris, su padre. Son de 1980 y 1986, y él era un nene. Ahora Birabent plantea un balance en tiempo presente: canciones de ayer hechas como suenan hoy. Algunos vivos y ensayos, un par de temas que quedaron afuera de discos, otros con invitados como Ariel Minimal y Lisandro Aristimuño, versiones bien diferentes de las originales. Como aquella famosa “A mí la lluvia” –el tema más viejo del disco, escrito en 1989, según consigna el booklet–, presentada del modo en que nació, más cerca de una bossa nova. A este disco lo llamó Sopa y su presentación oficial –hoy a las 21 en La Trastienda Club– viene con una propuesta acorde con los tiempos: quien compre la entrada, se lleva de regalo un CD.

“Prefiero que mis discos estén en la casa de alguien que los escuche, antes que apilados en mi casa”, acepta Birabent, y despliega su declaración de principios: “No voy a grabar canciones para que vendan en un teléfono, no es mi objetivo. Yo quiero hacer discos porque me crié con los discos, escucho discos y me gusta pensar discos: una tapa, un concepto, un orden de temas... Pero si no se venden, por diferentes motivos, yo me adapto a esta realidad musical. Pero no voy a dejar de hacer discos ni a distribuir mis temas por Internet. Soy a la antigua, quiero ofrecer mi música de este modo, me parece mucho más musical, y más humano.” Junto con esta Sopa a la antigua, el compositor está planeando un nuevo disco, que saldrá antes de fin de año. Pero por ahora está abocado a esta presentación, en la que habrá tiempo para mostrar temas solo y con su banda, y con invitados como Ariel Minimal y Pablo Hadida en steel guitar.

–¿Por qué creyó necesario hacer esta Sopa con canciones grabadas en los últimos veinte años?

–Tenía hambre de balance. En estos veinte años he grabado muchas cosas, y siempre tenía la sensación de que podrían haber sido grabadas de otra manera. Por eso el mío es un balance en presente: no quería agarrar canciones viejas y ponerlas tal cual estaban. Soy una persona muy nostálgica y memoriosa, pero eso convive con una obsesión por lo nuevo, como compositor todo el tiempo estoy pensando en lo que va a venir. Ahora presento Sopa, pero a la vez estoy armando las canciones del nuevo disco. Así que hago balances poco llorones, más bien alegres... Pero tal vez la respuesta más verdadera es: porque me gusta mi oficio. Y porque dedicarme a ejercer mi oficio es de las cosas más lindas que me pasan.

–¿Y qué encontró al detenerse en ese “balance alegre”?

–Que de alguna manera vengo haciendo lo mismo desde hace veinte años. Quizá varió mi mirada, o mi forma de acercarme a la música, pero lo que me interesa y las motivaciones siguen siendo las mismas. Me gustó encontrar eso.

–¿Cómo vio al Birabent de veinte años atrás?

–No tan distinto del actual... ¡A los veinte años ya era un señorón, igual que ahora! Tenía la voz más grave, y eso es una rareza. También lo veo más eufórico y más descontrolado... Bueno, algo de esa euforia y de ese descontrol estoy recuperando en estos días, gracias al disco que estoy planeando, que es más sucio y desprolijo de lo que habitualmente hago. Digamos que me he propuesto aceptar un poco más el caos. En eso estoy.

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Birabent, “a la antigua”.
Imagen: Bernardino Avila
 
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