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Lunes, 8 de noviembre de 2010

MUSICA › PETRI KAIVANTO Y ALEJANDRO POLEMANN PRESENTAN SU DISCO AIRES DE FINLANDIA

Los tangos del otro lado del mundo

El cantante finlandés grabó en español tangos compuestos en su país, con arreglos del guitarrista argentino. Además de relatar el peculiar proceso de elaboración del disco, en esta entrevista conjunta describen la rica tradición del tango finés.

 Por Carlos Bevilacqua

Una amiga en común los presentó en 2001. Desde entonces, el guitarrista y docente argentino Alejandro Polemann ayudó al cantante y compositor finlandés Petri Kaivanto a concretar su sueño: grabar tangos finlandeses con arreglos rioplatenses. La distancia, las barreras idiomáticas (Petri no hablaba castellano ni inglés), los múltiples trabajos que tuvieron que afrontar para sobrevivir durante nueve años, y algunos imponderables (como el ACV que sufrió Petri en ese lapso) no pudieron impedir que el anhelo se hiciera realidad. Hace dos años editaron en Finlandia un CD con catorce tangos finlandeses (tres de ellos escritos por Kaivanto), más otros tres clásicos argentinos y uno compuesto por Polemann. Casi todos cantables, interpretados en finés por el propio Kaivanto. Con la misma base instrumental, se acaba de publicar en la Argentina ese repertorio, pero cantado por Petri en castellano, bajo el título de Aires de Finlandia. Acompañados por varios de los músicos argentinos que participaron de la grabación, lo presentarán el próximo domingo a las 20 en el Centro Cultural del Sur, Caseros 1750, con entrada gratuita.

“Tenemos muchos parecidos: la nuestra es la generación del rock, pero a la hora de expresarnos elegimos el tango, una música que en los medios tiene muy poca presencia. Y también muchos de nuestros ídolos tuvieron finales trágicos”, apunta Kaivanto vinculando realidades de Finlandia y la Argentina, dos países que tienen en el tango una marca común de sus historias musicales. A partir de los años ’30, el género típico porteño prendió tan fuerte en tierras escandinavas que hasta dio origen a una variedad estilística conocida como “tango finlandés”. Si bien en el CD de Kaivanto el estilo finés aparece diluido por los arreglos de Polemann, ambos lo estudiaron minuciosamente. Así lo define el guitarrista: “Tiene una marcación rítmica que a nosotros nos suena como marcial. Sobre todo en los contratiempos, que aparecen siempre muy marcados por la batería, un instrumento clásico del tango finlandés, junto con el acordeón. Otro aspecto que llama la atención es la regularidad de los acompañamientos. A su vez, la mayoría de las melodías están en modo menor, lo cual genera una tonalidad triste, a diferencia de los tangos argentinos, que van alternando el modo menor con el mayor”.

Lo que sí puede percibirse con nitidez en el disco es el espíritu general de la poética, muy emparentada con los lugares comunes del tango rioplatense. “Las letras son muy nostálgicas, en general añorantes de una mujer o un hombre, particularmente las escritas durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se le cantaba mucho al soldado que estaba en el frente. Después el objeto de nostalgia pasó a ser la vida campesina, porque en los años ’50 y ’60, cuando el tango tuvo en Finlandia su época de mayor popularidad, vivimos una gran industrialización y el campo quedó prácticamente vacío”, aporta Kaivanto, que además es periodista. Para atenuar aquello de “traduttore traditore” (el traductor es un traidor), la mayor parte de las letras fueron traducidas primero por el finés en forma literal y luego adaptadas por Polemann, quien detalla: “A partir de la temática general de cada canción y de algunas imágenes fundamentales, busqué versos que funcionaran musicalmente, siempre respetando la melodía original. Después, él los escuchó, los cantó y a partir de eso seguimos puliéndolos”.

La elaboración de la placa tuvo sus bemoles. “Mucho mail y mucho ensayo por Skype –relata Kaivanto–. Así aprendí castellano, como también hablando mucho con los mozos y los taxistas cada vez que vine a Buenos Aires.” Polemann, que este año también lanzó un seductor trabajo solista titulado Llegarán, agrega: “Yo fui para allá en el verano de ellos y no podía dormir, porque era de día casi todo el tiempo. En los ensayos vía computadora hubo veces que tocamos con 50 grados de diferencia entre un lugar y otro”. Esas peculiaridades formarán parte de un documental sobre la preparación del disco que los entrevistados planean editar acá y allá con el material registrado por el padre de Kaivanto, camarógrafo de la televisión nacional finlandesa.

A la hora de explicar el arraigo del tango en Finlandia, Kaivanto contesta: “Desde el comienzo fue una música muy comercial. Hubo un compositor y productor discográfico genial, llamado Toivo Kärki, que produjo alrededor del 60 por ciento de los tangos finlandeses exitosos. Era tan poderoso que se dice que en Finlandia nadie pudo grabar sin su aprobación. Por otro lado, las milongas representaron un baluarte para la cultura juvenil. El tango permitía tener contacto físico, por lo cual era visto como un baile sensual y exótico”. El tango “Satumaa”, por ejemplo, que es como el segundo himno nacional por su popularidad, habla de un “país de los sueños” y condensa una temática recurrente en las letras, la de “Vivimos tiempos tristes, pero tiene que existir un país mejor más allá del amplio mar”.

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“Las letras del tango finlandés son muy nostálgicas”, explican Kaivanto y Polemann.
Imagen: Pablo Piovano
 
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