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Jueves, 7 de julio de 2011

MUSICA › MARTíN BUSCAGLIA PRESENTARá LLAME YA EN EL CAFF

A pedido de los presentes

En una de sus frecuentes visitas a Buenos Aires, el cantautor uruguayo dará dos recitales, en los que dejará en manos de la audiencia la elección del repertorio. “Además de mis canciones, voy a estar abierto a tocar un cover o una improvisación”, adelanta.

 Por Carlos Bevilacqua

Inquieto por naturaleza, Martín Buscaglia es uno de esos artistas que seducen por música y por carisma. Desde que a mediados de la década pasada empezó a cruzar el charco con mayor frecuencia, el cantautor y multiinstrumentista uruguayo estableció con el público argentino una relación que él define como “intensa”. El vínculo se fue forjando a través de sus canciones entre bucólicas y filosóficas, difíciles de encasillar en cuanto a lo estilístico, con rasgos del funk, el pop, el folklore uruguayo y algunas sutilezas electrónicas como posibles referencias. Buscaglia también supo cautivar con los exóticos instrumentos que crea, por lo general a partir de juguetes intervenidos, y con sus diferentes formatos de show: con banda “enchufada”, acompañado pero acústico o como “hombre orquesta”, al frente de una serie de instrumentos que “loopea” en vivo.

Por eso eligió Buenos Aires para probar un tipo de recital diferente, que sólo protagonizó hasta ahora una vez, vía Internet, para un sitio español. Ocurrirá hoy y el próximo jueves a las 21 en el CAFF (Sánchez de Bustamante 764): Buscaglia tocará las canciones que la gente le pida en un show bautizado Llame ya. “Me pareció que era el lugar ideal para experimentar qué pasa en vivo con la consigna. Además de todos los temas de mi repertorio, voy a estar abierto a la posibilidad de que me pidan un cover o una improvisación. Me encantó la disposición especial a la que me obliga el ‘llame ya’, porque no es un show que pueda preparar. No puedo prever un orden de temas y tengo que llevar muchos instrumentos porque no sé qué puedo llegar a necesitar. Las dos noches vamos a ser todos conejillos de Indias”, se entusiasma por adelantado, todavía en Montevideo, vía telefónica.

El título del show no será sólo una metáfora, por lo que conviene ir con celular o con alguien que lleve uno. “Tal vez haya alternativas, pero en principio voy a dar un número telefónico en el momento y el primero que llame tendrá derecho a programar el siguiente tema”, explica el artista charrúa, que irá satisfaciendo los pedidos enfundado con sus recursos de “hombre orquesta”, pero sin tanto lugar para los chiches sonoros como en otras oportunidades. “Estoy en una etapa de ‘deschichización’”, dice y se ríe ante la dificultad del neologismo. “No es que lo haga conscientemente, pero uso mucho esos juguetes a poco de inventarlos y después empiezo a usarlos sólo cuando la canción lo amerita. Además, como me encanta tocar la guitarra, no lo lamento. Me tira tanto lo electrónico como lo cavernícola. De hecho, lo que se repite programado en mis shows es algo que toqué antes a la vista de todos. No hay truco oculto, es como estar del lado de adentro de la galera y ver dónde el mago va metiendo las palomas y los conejos”, compara.

Por su discurso, Buscaglia parece disfrutar del gusto de cada plato: “Lo que sale en vivo no tiene por qué ser perfecto. Lo que sí me parece importante es que sea algo potente y que logre transmitir mi mensaje o mi energía. Para búsqueda de la perfección, están los discos”. La alusión que sobrepasa sus seis CD y remite la charla a los dos vinilos editados en los últimos cuatro años por el sello español Love Monk, cada uno de ellos con dos canciones de Martín en sus versiones originales y en otras remixadas por K’bonus y Boohgaloo Zoo. “Son unos DJ belgas que hicieron unas mezclas para la pista muy interesantes, alejadas del mero agregado de un punchi punchi por detrás. Me parece algo hermoso que se edite mi música en vinilo porque soy muy melómano. Y si bien tener la música en la compu es práctico, si realmente amás una música, querés palparla, verla girar, sentir esa pausa de cuando tenés que cambiar el disco de lado”, se regodea el bajista y guitarrista que con el tiempo fue sumando destrezas ante el piano y la batería. Tanto es su fetichismo que está evaluando sacar una edición hiperlimitada de material inédito ¡en casete!.

Los padres de Buscaglia son artistas de renombre en el país vecino, en parte por haber liderado durante la dictadura militar uruguaya un grupo de música infantil que, aunque elípticamente, logró dirigirse también al público adulto. Acaso de ellos heredó la pasión del juglar para niños que fue durante años al frente de Cantacuentos. Hoy el proyecto que en 2009 obtuvo un premio Graffiti por su quinto disco lo sigue teniendo como compositor y director musical. Con todo, la gran novedad de los últimos meses en el agitado mundo Buscaglia fue La hora del té, el programa radial de una hora que conduce de lunes a viernes por una de las principales FM montevideanas. “Lo mío es una rareza en una emisora cool, muy de ghetto electrónico. Estoy solo al aire y voy comentando música de mi discoteca personal, que programo con total libertad. Paso mucho funk y soul, pero también cumbia, mambo y mucha rareza, mucho disco oscuro con una historia interesante detrás”, resume para los no alcanzados por la onda.

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“Me tira tanto lo electrónico como lo cavernícola”, asegura Martín Buscaglia.
 
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