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Viernes, 25 de octubre de 2013

MUSICA › EL TEATRO COLON PRESENTO EL MIERCOLES PASADO SU PROGRAMACION PARA 2014

Golpes de efecto y unos cuantos lujos

Además de Martha Argerich y Daniel Barenboim en dúo, y de éste junto a Les Luthiers, habrá algunos riesgos más que interesantes en el abono lírico y una planificación destacada en el CETC y el ciclo Colón Contemporáneo, que contará con la actuación de Steve Reich.

 Por Diego Fischerman

Barenboim tocará a dúo con Argerich y también la conducirá en el Concierto Nº 1 de Beethoven.

El Teatro Colón dio a conocer la temporada programada para el año próximo. Su director artístico, Pedro Pablo García Ca-ffi, la anunció el miércoles, rodeado por quienes están al frente de los diferentes organismos y ciclos autónomos del teatro: Guillermo Scarabino (director del Instituto Superior de Arte), Martín Bauer (del ciclo Colón Contemporáneo), Arturo Diemecke (de la Filarmónica), Miguel Galperín (del Centro de Experimentación), Esteban Gantzer (de Producción Artística), María Cremonte (de Escenotécnica), César Bustamante (de Estudios Musicales y del Coro de Niños), Miguel Martínez (del Coro Estable), Lidia Segni (del ballet). Y lo anticipado tiene, sin duda, su signo: algunos golpes de efecto notable (Martha Argerich y Daniel Barenboim en dúo es el mayor de ellos, sin duda), algunos riesgos más que interesantes en el abono lírico, mejor puntería para los nombres de los solistas instrumentales que para los cantantes, y una planificación que, por lo menos en algunos de los rubros, está lejos de escatimar lujos.

“Hemos entrelazado los diferentes aspectos de una oferta cultural iniciada en el 2010. Una propuesta que combine modernidad y tradición. En el 2014 pretendemos continuar la senda que nuestro teatro marcara en los buenos tiempos. Pero nuestro compromiso no es repetir la historia, sino hacer una nueva, que tenga que ver con nuestra actual sociedad”, dijo García Caffi, y eso se verifica si se mira en conjunto lo previsto en el campo de la ópera, donde regresará el gran director teatral Jorge Lavelli para presentar una puesta de Idomeneo de Mozart; donde se encargó un título a Oscar Strasnoy –el autor de la excelente Cachafaz–, basado en un cuento de Faulkner (“Réquiem para una monja”), y en el que Barenboim dirigirá a su West-Eastern Divan Orchestra en el Preludio, el segundo acto y la Muerte de amor de Tristán e Isolda, de Richard Wagner, en versión de concierto y con Peter Seiffert, Waltraud Meier (que grabó esta ópera con Barenboim hace dieciocho años), Ekaterina Gubanova y René Pape. Y, sobre todo, si se incluye en la mirada las programaciones del CETC y del ciclo Colón Contemporáneo. En el primero habrá un homenaje a Mario Davidovsky, y se presentará Trust (de Falk Richter), una obra de Walter Jakob y Agustín Mendilaharzu, e integrales de la obra para piano de Pierre Boulez y de Luciano Berio, interpretadas respectivamente por Taka Kigawa y Haydée Schvartz. En el segundo, se estrenará La vendedora de fósforos, de Helmut Lachenmann, con el compositor como narrador, y se interpretará Music for 18 Musicians, de Steve Reich, con la actuación del autor en el piano.

Barenboim, además de tocar a dúo con Argerich, la conducirá en el Concierto Nº 1 de Beethoven y dirigirá dos conciertos para el Mozarteum Argentino, participará de dos espectáculos junto a Les Luthiers: La historia del soldado, de Igor Stravinsky, y El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns. La temporada de ópera, por su parte, se abrirá con el estreno de Calígula, una ópera basada en el texto de Albert Camus y compuesta por Detlev Glanert, un autor prolífico, prohijado en algún momento por el célebre compositor Hans-Werner Henze, en una puesta de la English National Opera y con dirección musical de Ira Levin. El barbero de Sevilla, de Gioacchino Rossini, significará el absoluto debut en el campo de la régie del coreógrafo Mauricio Wainrot, director del Ballet Contemporáneo del San Martín, y la programación se completará con Falstaff de Verdi, con puesta de Arturo Gama Terrazas; Elektra, de Richard Strauss, para la que originalmente se había convocado al régisseur –y ex director del Colón– Marcelo Lombardero, pero cuya régie (y escenografía, y vestuario e iluminación) finalmente estará en manos del director actual, Pedro Pablo García Caffi, y Madama Butterfly, de Puccini, con puesta de Hugo De Ana.

La Filarmónica de Buenos Aires, que acabó desistiendo de los títulos infantiles para sus conciertos, persiste, no obstante, en un tipo de programación que la sitúa muy por debajo de sus posibilidades y del excelente nivel actual que tiene como orquesta. Una mayoría de títulos sumamente trajinados, en un intento demagógico que no se condice con la tradición de exigencia ni con la fidelidad de sus abonados, y la acumulación de obras de Richard Strauss –de cuyo nacimiento se cumplirán 150 años en 2014, como único argumento de programación–, están muy lejos de lo que esta orquesta merece. El Abono premium –que nació como Bicentenario y luego se llamó Conciertos extraordinarios–, este año cambia su nombre por Abono estelar e incluye, además de a Barenboim, al pianista Lang-Lang en un concierto dedicado a Mozart y Chopin, y a la Sinfónica de la Radio de Baviera, con dirección del gran Mariss Jansons, haciendo la Fantástica de Héctor Berlioz y, con la actuación solista de Mitsuko Uchida en piano, el Concierto Nº 4 de Beethoven.

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