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Sábado, 20 de septiembre de 2014

MUSICA › ROLANDO GOLDMAN PRESENTARA HOY SU DOBLE CD CHARANGUISTO

Charango sin límites de género

El músico grabó piezas del acervo popular latinoamericano y una suite para charango y quinteto de cuerdas con el nombre de “Paisajes sonoros de Argentina”. “Este instrumento parte de lo andino, pero puede expresar un sinfín de músicas”, afirma.

 Por Cristian Vitale

Que un disco basado en el charango empiece con una tonada desplegada en tres (“Tres tonadas”) no es un hecho menor. Mucho menos lo es que, más allá de cuestiones instrumentales, el segundo track contenga palabras puras y crudas del mismísimo Subcomandante Marcos. “Ciudadano del mundo, ya recuerda lo que sabíamos desde Espartaco, y que a veces olvidamos: la humanidad encuentra en la lucha contra la injusticia un escalón que la eleva, que la hace mejor, que la convierte en más humana” se le escucha decir al zapatista, en un audio que parece salir de un casete. Una cinta en la que también se cuelan ruidos de la selva y hasta el llanto de un niño. “Sus palabras me llegaron por un correo electrónico... Tardaron pero acá están”, arranca, orgulloso, el receptor del regalito –y hacedor del disco, claro–, Rolando Goldman. Las palabras de Marcos, que refieren al Che Guevara, ilustran la versión de “Hasta siempre”, la guajira de Carlos Puebla que el músico incluyó como perlita en su flamante disco (Charanguisto), a pedido de su amigo Eduardo Nachman. “El colecciona versiones de ‘Hasta siempre’, y un día me dijo ‘no hay ninguna con charango, ¿por qué no te grabás una?’. Y acepté”, cuenta el músico, que presentará su disco hoy y el próximo sábado a las 21 en el Teatro del Viejo Mercado (Lavalle 3177).

El “Hasta siempre” según Goldman pasó por varios estadios. Tras ciertos intentos de ponerle voz, el charanguista decidió hacerla instrumental. Luego, también por sugerencia del mismo Nachman –que milita en la red en apoyo al EZLN en la Argentina– y vía Leda Bernasconi –otra zapatista confesa– le envió una carta personal al “Subco”, acompañada por El diablo suelto, su disco solista anterior. También iba en el paquete una copia de Simón, hijo del pueblo, la película basada en el libro de Osvaldo Bayer, que Goldman dirigió junto a Julián Troksberg, en honor al justiciero ucraniano Simón Radowitzky. “Conozco Chiapas, conozco las comunidades zapatistas, y me parece que es muy valioso lo que están haciendo. Han modificado la situación de miseria y analfabetismo en la que estaban. Han mejorado sus vidas de manera radical, y creo que es admirable eso. Ahí se me ocurrió invitar al Subcomandante Marcos, a quien no conozco personalmente”, revela Goldman. “Fiel a los tiempos zapatistas, pasó un año desde que salió la carta hasta que llegó la grabación, que ha sido hecha especialmente para el disco y que, si uno la escucha bien, no es improvisada. ‘Hasta siempre’ es una canción que se hizo en respuesta a una carta de despedida que el Che hace cuando se va de Cuba, y parte del texto de Marcos tiene unas líneas de esa carta.”

Parte clave para entrarle a un todo que Goldman decidió editar de forma independiente y en dos lados, a la vieja usanza. Un lado A que, además de las tonadas iniciáticas y el “Hasta siempre” con textos de Marcos, contempla piezas del acervo popular argentino y latinoamericano: “Apure en un viaje”, de Genaro Prieto; “Cerquita del corazón”, de Chalena Vázquez Rodríguez; “Chuquisaqueñita”, de Mauro Núñez; y “Canción del jangadero”, de Jaime Dávalos. Todas en clave de charango e instrumentos amigos. Y un lado B que se impone como una suite para charango y quinteto de cuerdas, bajo el nombre de “Paisajes sonoros de Argentina”, los arreglos de Juan Quintero y las plumas de Atahualpa Yupanqui, Orozco-Barrientos, el Cuchi Leguizamón y los hermanos Díaz. “Todo lo que está en el disco es parte de lo que yo hago: folklore tradicional y música con orquesta, con la intención de mostrar la realidad que vive el charango hoy”, explica Goldman.

–¿Cuál es la realidad que vive el charango hoy?

–A ver, pongo un ejemplo: hace un tiempo, cada tanto aparecía la noticia de que había muerto la última mujer ona, y yo decía “o esta mujer no se muere nunca o la han matado un montón de veces”. Siempre vi en eso los intereses de ciertos sectores que quieren dar por terminada la lucha de los pueblos originarios, y de gran parte de la historia del continente. Y su contracara: los cinco siglos de resistencia. Bueno, el charango vive algo similar. Por un lado, el interés de que quede confinado a una región determinada, cuanto más chiquita mejor, y por otro, la explosión que hay con el charango como emergente de esta situación. La verdad es que el charango ha aparecido en toda la geografía del país, rompiendo barreras estéticas. Asumiéndose, sí, como un instrumento de la región andina, pero desplegándose en diversos géneros. El disco es una arista más de todo esto. Y también los jóvenes que se comprometen con el instrumento.

–Es un disco doble, pero por cantidad de minutos no es un disco doble. ¿Cómo se resuelve la paradoja?

–(Risas.) Por eso es un lado A y un lado B. Claramente, eran dos partes, cuyos temas no podían intercalarse, y encima yo no podía definir cuál iba a ir primera y cuál segunda en el disco, hasta que llegué a los dos lados.

–Decisión riesgosa, porque dos discos salen más caros que uno: axioma puro.

–Bastante más caro, sí. Hacer un disco o dos hoy se ha vuelto más caro porque –otro axioma– se vende cada vez menos. No sé, Madonna debe vender millones, pero nosotros no (risas). Incluso quise hacerlo yo y rechacé la oferta que me hizo ByM, el sello que edita mis discos con Raúl Malosetti, porque hubiera sido imposible que lo editara en dos. Además, al editarlo yo, los zapatistas van a poder disponer del material como quieran: para vender, para copiar, para lo que sea, algo más complicado si la edición hubiese sido por un sello.

–Al no haber temas suyos, se intuye que el proceso de pensar un repertorio fue un tanto complejo.

–Puede ser. Lo que digo es que hay diversos ejes, y todo está atravesado por el gusto personal en cuanto a las formas musicales, y también los músicos. Me encantan las tonadas y el charango. Volviendo a lo que decía antes, se supone que no tiene que tocar tonadas con charango, pero yo voy en ésa. Y encima lo arranco así (risas) y lo pego con la guajira de Puebla... Son esos gustos que uno se da, y que tiene que ver con esta idea de un charango que parte de lo andino, pero puede expresar un sinfín de músicas.

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“El charango ha aparecido en todo el país rompiendo barreras estéticas”, afirma Goldman.
Imagen: Arnaldo Pampillon
 
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