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Jueves, 25 de septiembre de 2014

MUSICA › LOS MULTIPLES PROYECTOS DE DANIEL RAIJMAN

Un músico que juega de visitante y de local

 Por Cristian Vitale

Esta es la historia de un músico que juega en toda la cancha, y en todas las canchas. La primera condición resulta de tocar “lo que venga” (jazz en trío, cuarteto, quinteto y big band, o folklore, o músicas para cine, publicidad y TV), “con quien venga” (Hernán Jacinto, Javier Malosetti, Oscar Giunta, Uri Cane, por nombrar algunos) y en el rol que sea: arreglador, orquestador, compositor, pianista o guitarrista. La segunda, de mudar su talento hacia otras tierras, sin que la geografía atente contra tal esencia: empezó en la Argentina, su país, y hoy, por caso, se expide desde Los Angeles, donde pasa sus días perfeccionando tactos para la composición y orquestación de medios audiovisuales. “Es algo que se fue dando de manera natural. Empecé haciendo la música para un proyecto de Ideas del Sur que finalmente no salió a la luz, pero fue mi primera experiencia haciendo música para audiovisuales. Luego trabajé un tiempo en La Pirada Latam y de ahí en adelante fueron saliendo otros proyectos. Haber hecho música para audiovisuales me enseñó a organizarme y ser más efectivo con el tiempo, además me permitió experimentar nuevas formas de composición”, refrenda él, Daniel Raijman, arrancando por el hoy inmediato.

Y continuando por un ayer que inició frente a un piano, cuando apenas tenía ocho años. Que siguió en la Escuela de Música de Buenos Aires, donde se graduó como músico profesional. Que se perfeccionó con las enseñanzas de Edgar Ferrer en armonía y contrapunto, las de Guillermo Klein en composición, las de Walter Malosetti y Pino Marrone en guitarra. Y que siguió la senda en el Berklee College of Music, donde se especializó en orquestación para cine y TV. Saberes que, en la práctica, se fueron volcando paulatinamente –de local o visitante– en la Orquesta Kef; en el Cuarteto de Jazz Contemporáneo Quinta Estación, en el Quinteto Pentágono o en el Gabriela Echevarría Grupo, para el que compuso la pieza “Lo que mueve las cosas”. “Participé siempre en cuanto proyecto de jazz pude y compartí escenario con grandes músicos... digamos que es un género que disfruto muchísimo porque combina la improvisación, lo intelectual y al mismo tiempo la escucha activa. Creo que es un género no solo formador de todo músico como tal, sino también de su personalidad”, dice el artista, que acaba de componer la música de la película An Opening To Closure, de Angelo Agojo, y que hoy se encuentra dándole el perfil definitivo a su primer disco de canciones.

–¿Cómo combina lo puramente artístico del jazz, con la música volcada a la publicidad o al cine, algo que también forma parte de sus actividades cotidianas?

–Me gusta esa combinación, aunque en realidad no pienso mucho en eso a la hora de componer. Cada proyecto tiene vida propia y un lenguaje puntual. Es lo interesante que tiene esta profesión, uno está constantemente involucrado en proyectos diametralmente apuestos y, sin embargo, es en la forma de hacer las cosas donde uno encuentra puntos en común. Siempre pienso que cualquiera sea el proyecto, éste tiene que ser muy bueno y eso es lo que verdaderamente importa.

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Raijman, prolífico y versátil, actualmente en Los Angeles.
 
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