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Martes, 27 de enero de 2015

MUSICA › FALLECIó EL CANTANTE GRIEGO DEMIS ROUSSOS

Adiós a un pionero del “playback”

El cantante griego de origen egipcio y voz aterciopelada Demis Roussos, que vendió más de 60 millones de discos en todo el mundo, falleció el fin de semana pasado a los 68 años en un hospital privado de Atenas. Nacido en Alejandría en junio de 1946, hijo de un ingeniero griego y de una actriz y bailarina egipcia de origen italiano, Roussos pasó sus primeros años en Egipto y llegó a Grecia después de la Guerra de Suez, con poco más de diez años. Como todos los extranjeros residentes en el país del norte de Africa, su familia fue despojada de todas sus posesiones y obligada a volver a Grecia. Allí Roussos encontró su vía de escape durante la adolescencia a través de la música y fundó bandas de cierto éxito nacional como The Idols o We Five. En 1968 se unió a la banda de rock progresivo Aphrodite’s Child (Los Niños de Afrodita), como cantante y bajista, grupo en el que estuvo dos años y sacó tres discos. Para él “fue un período esencial” en su formación musical. En los años ’60 y tras la desaparición del grupo, Roussos siguió vinculado a su compañero de banda y amigo Vangelis, conocido entre otras cosas por poner música a películas como Carrozas de fuego (1981) o Blade Runner (1982), donde el cantante griego también dejó oír su voz. En 1971, Roussos publicó su primer álbum en solitario: On the Greek Side of My Mind, y más tarde Fire and Ice, con el que inauguró su particular estilo que conseguía mezclar con naturalidad la cultura propia del folklore griego con la música pop que se hacía en Europa, donde no tardaría en triunfar. Poco a poco fue abandonando su timbre característico hacia una voz mucho más profunda y grave. Emigró a Francia, donde la canción “We Shall Dance”, que en el país heleno había pasado absolutamente inadvertida, se convertió rápidamente en un gran éxito. Su siguiente sencillo, “My Reason”, logró una gran popularidad y ambas canciones aparecieron cantadas en español por el propio Roussos en un álbum de mediados de los ’70. En 1973, el artista griego vivió uno de sus mejores años al aparecer su legendario disco Forever and Ever, que entró en las listas de los grandes éxitos de ese año en España, América latina y Estados Unidos, y grabó sus primeras canciones en francés. En ese álbum, Roussos incluyó tres canciones en castellano: “Por siempre, hasta siempre”, “Mañanas de terciopelo” y “Adiós mi amor, adiós”. Con esos éxitos llegó al tristemente célebre concierto en Buenos Aires de 1980, en el que fue denunciado por un grupo de espectadores por hacer playback y terminó demorado en una comisaría por fraude. En la Argentina también se lo recuerda porque, por esos mismos días, se había echado a rodar la leyenda –seguramente maliciosa, pero muy difundida– de que comía carne de perro. El 14 de junio de 1985, Roussos viajaba en el vuelo TWA 847 que fue secuestrado por un grupo radical islámico en el aeropuerto de Beirut, lo que lo llevó a agudizar la depresión en la que había caído luego de su éxito en el mundo de la música, del que se alejó durante los años siguientes.

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Demis Roussos hacia 1973, en el apogeo de su éxito internacional.
 
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