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Jueves, 26 de noviembre de 2015

MUSICA › ENRIQUE LLOPIS MOSTRARá EN EL CCK LOS POEMAS DE ELVIO ROMERO QUE MUSICALIZó EN CIELITO DEL PARAGUAY

Una guerra y una historia de amistades

El músico rosarino conoció al poeta paraguayo, quien le entregó poemas inéditos para que los musicalizara con aromas guaraníes. Todos están cruzados por una impronta relacionada con la libertad, los derechos humanos y las naturalezas del país vecino.

 Por Cristian Vitale

Un hecho y dos personajes. El hecho es la pérfida Guerra del Paraguay, que justo en este 2015 cumple ciento cincuenta años de su comienzo. El primer personaje, Elvio Romero, inspiradísimo poeta de aquellas tierras guaraníes –de Yegros, puntualmente–, alabado por Rafael Alberti, Nicolás Guillén y Gabriela Mistral, por nombrar algunos, y constructor de bellísimas obras como Un relámpago herido (1967), Destierro y atardecer (1975) o El viejo fuego, publicada dos años después. El segundo personaje es el que habla ahora, completando al primero. “Elvio forma parte de un largo listado de artistas e intelectuales paraguayos que llegaron a nuestro país luego de la guerra civil en 1947. Vivió y produjo su obra en la Argentina pero mantuvo con el Paraguay una relación de pertenencia intransferible, que ha documentado a través de su obra. Yo lo defino como el poeta que ponía música a las palabras”, historiza y opina el cantante y compositor argentino Enrique Llopis, quien presentará su disco homenaje al poeta paraguayo (Cielito del Paraguay) hoy a las 19 en la Sala Federal del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 150). Un trabajo que, desde ya, también imbrica al hecho: la guerra del Paraguay. “Me pareció importante intentar, a través de estas propuestas, la instalación de un tema del que tan poco se habla en nuestro país y en el mundo, a pesar de ser una guerra que terminó con el aniquilamiento del Paraguay por parte del Brasil, la Argentina y Uruguay”, (se) legitima Llopis, que inunda de la lámina interna del disco con diversas fotos junto al homenajeado, y del homenajeado con el poeta cubano Nicolás Guillén y el vate español Rafael Alberti.

Hecho y personajes revelados, resta decir que Cielito del Paraguay implica catorce poemas de Romero musicalizados por Llopis, cruzados todos por una impronta profundamente relacionada con la libertad, los derechos humanos y las naturalezas del país vecino, y con una música de aromas guaraníes que la viste al tono. “Lo primero que conocí de Elvio fueron algunos de sus poemas musicalizados por distintos integrantes del Movimiento Canto Popular Rosario. Fue a partir de eso que comencé a interesarme por su obra, e intenté incluso musicalizar algunos de sus poemas que, por cierto, me resultaban difíciles porque estaban escritos más para ser leídos en voz alta que para ser cantados. Pero en 1986, él me entregó una serie de poemas inéditos que pensaba que podrían musicalizarse... Así nacieron estas canciones”, cuenta el rosarino, que también adoba los poemas musicalizados con un diálogo entre Romero y Alberti, ocurrido en Madrid, en 1991, y ciertas perlas al tono. “Ese diálogo fue un momento mágico, fuimos al estudio de grabación y ambos comenzaron a recordar a sus amigos argentinos y a evocar muchas historias vividas aquí, historias que pude registrar en la grabación que aparece en el disco”, detalla Llopis.

–¿Cómo era esa química poética y humana entre Elvio Romero y Rafael Alberti, usted que los conoció tan de cerca?

–Eran muy amigos. Se conocieron en 1947, cuando Elvio comenzó su exilio en Buenos Aires y Alberti ya llevaba siete años de exilio argentino junto a su mujer, la escritora María Teresa León. La relación entre ambos comenzó de la mano de Guillén, que en principio iba a prologar el primer libro de Elvio pero, ante la imposibilidad de hacerlo a raíz de un viaje imprevisto, el poeta cubano le pidió a su amigo Alberti que leyera el manuscrito y, si lo aprobaba, prologara el libro del joven poeta paraguayo. Fue así que, pasado los meses y cuando Elvio empezaba a descartar la posibilidad de ver su libro prologado por tamaña figura, recibió un día una carta escrita con una hermosa caligrafía y cuyo remitente firmaba nada más y nada menos que Alberti. El poeta español había decidido prologar su primer libro con un poema en su homenaje titulado: “Elvio Romero, poeta paraguayo”. Ese fue el comienzo de la amistad entre ambos, y claro que me siento muy afortunado por haber podido conocer y compartir vida y creación con estos enormes poetas, cuando me integré a ambos.

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El disco le sirve a Llopis también para hablar sobre la Guerra del Paraguay y sus consecuencias.
 
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