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Sábado, 2 de julio de 2016

MUSICA › SERGIO ROTMAN HABLA DE EL SIEMPRETERNO Y LOS CADILLACS

“Estoy en el rock and roll por la gloria, no por el dinero”

El cantante, guitarrista y saxofonista volvió a radicarse en la Argentina y esta noche regresa con la nueva formación de su banda post punk en Niceto. “En este grupo, la buena energía prevaleció dentro de una música súper oscura”, explica.

“Me parece que vamos a hablar mucho”, anticipa sonriente Sergio Rotman apenas abre la puerta de la que nuevamente volvió a ser su casa, en Vicente López, tras siete años en Puerto Rico. Si bien nunca cortó el nexo con esta orilla del Río de la Plata, adonde solía venir durante las vacaciones escolares de su hijo Leroy –las cuales aprovechaba para reactivar a sus bandas Mimi Maura y El Siempreterno–, el músico asegura que esta vuelta no es definitiva. Al igual que su acento, que toma forma porteña después de una transmutación de ritmo y coloquialismo boricuas. Luego de ofrecer un té, idóneo para una tarde gris, húmeda y espesa como ésta, el Cadillac en hibernación –no es parte de la gira del nuevo disco del grupo– propone un formato de entrevista itinerante porque debe llevar a Mimi Maura al kinesiólogo. Debido a que su pareja y compañera de aventuras musicales aún no está lista, pide comenzar en su búnker, situado en la terraza.

Una vez dentro de ese cuarto aislante de la realidad, desde donde se puede divisar la cancha de Platense, el saxofonista, guitarrista y cantante se jacta de que allí no tiene internet. En cambio, lo que abundan son los vinilos, dispuestos en bateas al mejor estilo de una disquería, y de las que comienza a sacar varios 45 RPM porque en la noche pasará música en un bar de Palermo. A ese mismo barrio regresará hoy a las 21 (en Niceto Club, Niceto Vega 5510), pero para presentar el nuevo álbum de El Siempreterno. Lo que es toda una paradoja, porque 5 años en 5 segundos fue grabado en vivo. “El disco es una excusa para estrenar la nueva etapa de la agrupación. Me pareció divertida esa situación. No hay mucho plan maestro”, explica Rotman. “Ese show fue grabado en Palermo Club y coincidió con que Ariel Sanzo (antes conocido como Ariel Minimal) me dijo que era el último que iba a hacer. Decidí registrarlo más que nada para tener un documento, además de que incluimos varias canciones que nunca grabamos, sobre todo covers”.

–La vuelta de El Siempreterno a los escenarios locales significará también la introducción de su nuevo guitarrista, Hernán Espejo. ¿Por qué Sanzo dejó la banda?

–A manera de concepto, se me ocurrió que los temas que iban a ser parte del cuarto disco de Cienfuegos los grabaran diferentes guitarristas. Pero Ariel los hizo todos en un solo día, lo que me obligó a ponerle nombre a esa formación. Así que él es el motivo por el que El Siempreterno existe. Cuando él nos deja, luego de cinco años, 28 shows y tres álbumes, no le encontré mucho sentido a seguir con el grupo. Sin embargo, lo que me motivó a continuar fue que pasé por una situación similar con Cienfuegos, por lo que, si no intentaba mantener a flote el proyecto, nadie tocaría esas canciones más dramáticas y relacionadas con la juventud. Antes de nuestro primer recital, en diciembre de 2010, él me dijo que en cualquier momento se iba a ir, porque lo suyo era Pez. Si bien ya lo intuía, el nacimiento de su nuevo hijo fue el empujón que necesitó para tomar la decisión. Debido a que me parecía triste perder ese repertorio, me sugirió que Hernán Espejo podría ser el guitarrista de reemplazo. Y eso fue lo que hicimos.

–¿Conocía la trayectoria de su flamante incorporación?

–Sugerido por Ariel, Hernán abrió el segundo show de El Siempreterno, en La Trastienda, con su proyecto Compañero Asma. Ese evento sirvió para su consagración en el under argentino. Si bien no lo conocía en persona, lo sigo desde sus años de Vrede. No sabía de sus cualidades como guitarrista.

–¿Y cómo se sintieron en los ensayos?

–Estuvieron muy bien. Cuando vine con Mimi en abril, para hacer los shows del Siranush, hicimos dos. Luego, el resto de la formación realizó algunos más. Pese a que Ariel era muy importante artísticamente, con Fernando (Ricciardi, también integrante de Los Fabulosos Cadillacs) en la batería tenés solucionado muchos de los problemas que suele haber en una banda de rock. Nunca tuve miedo de que el grupo no sonara, lo que hay que ver es cómo es en vivo, porque Hernán (actualmente participa en la agrupación de hardcore Bandera de Niebla) es muy diferente a Ariel.

–Si bien El Siempreterno es un ensayo por romper con el culto que gira en torno a Cienfuegos, la inclusión de Espejo, a causa de su trayectoria, lo devolverá a ese sonido post punk que se convirtió en un identikit suyo. ¿Teme que desempolve esos fantasmas del pasado?

–Estoy totalmente de acuerdo. Creo que hay pocos guitarristas que podrían haber interpretado perfectamente la historia. Lo único que falta con Hernán es hacerlo tocar. Ariel siempre se relacionó con El Siempreterno como guitarrista y no en calidad de compositor, así que se puso al servicio de un repertorio. Le sacamos ese peso para que solo se dedicara a tocar su instrumento, que fue lo que al final terminó aburriéndolo. Porque él no es sólo un guitarrista, de la misma forma que yo no soy nada más que un saxofonista. Lo que tiene este grupo es que la buena energía prevaleció dentro de una música súper oscura, y eso nos acomodó un montón para seguir adelante. Y en estos tiempos es difícil que eso suceda.

–Ahora que se asentó de vuelta en la Argentina, ¿la banda tendrá una dinámica más activa?

–No creo que haya mucha diferencia con la manera en que veníamos funcionando porque cómo está la escena en Buenos Aires en este momento y con las condiciones que le impongo a mi carrera, porque no soy muy flexible, no nos lo permitiría. Además, tenemos otros proyectos. Si bien no estoy con los Cadillacs en este momento, Mimi toca más que El Siempreterno. Así que es relativo. Lo que sí va a pasar es que vamos a estar disponibles para más cosas.

–De los Cadillacs, usted siempre fue el que sacó a relucir su veta punk. Quizá por eso el público y la escena, además de brindarle respeto, le tiene cariño. ¿Por qué no transó?

–Porque es lo que soy. No me cuesta ni un poco. Es un lugar absolutamente natural. Lamentablemente, me siento más cómodo en las cuevas que en los estadios. Todo es parte de una personalidad, de diferentes facetas que uno tiene como artista. En el caso de El Siempreterno, y su rol dentro del post punk argentino, es una consecuencia lógica. Aunque todo termina al borde del escenario. Lo que pase del otro lado, yo no lo puedo controlar. Sin sonar soberbio, eso no me importa porque no me tiene que importar. Si bien yo soy más yo, Gaby (se refiere a Vicentico) trabaja más con personajes. No hablo de un juicio de valor. Las dos cosas son igual de válidas. Por eso a él le va mejor que a mí, además de que es el cantante del grupo: porque adquiere una personalidad y es consecuente con eso. Yo no puedo hacer otra cosa más que esto, un poco por capacidad y otra porque mi compromiso es ése. Pero que el cantante de los Cadillacs se tire a crooner es un acto de absoluta rebeldía y me parece genial.

–En una nota con este diario, Vicentico afirmó que la actual generación del indie argentino le recordaba la época en que en el under local los Cadillacs se cruzaban con Sumo o con Soda Stereo. ¿Qué opinión le merece esa escena?

–Pese a que estuve yendo y viniendo los últimos siete años, mi relación fue con la escena de Puerto Rico. No tuve la suerte de ver tantas bandas nuevas argentinas como hubiera querido. Aunque tampoco vi un grupo que me gustara demasiado. Me parece que hay poco riesgo en el indie. Pero no es culpa de los artistas, sino del mundo en el que vivimos hoy por hoy, donde la forma supera al fondo todo el tiempo. Es muy difícil conseguir sustancia porque a nadie le importa. No te olvides de que nuestra cultura o contracultura está bajo sospecha porque el cambio de milenio fue radical. Los músicos sufrimos en los últimos quince años un cimbronazo demasiado violento. Este acceso a todo le sacó la magia a todo.

–Usted creó su propio sello, Canary Records, a través del cual edita los grupos y proyectos de los que forma parte. ¿No se anima a lanzar artistas nuevos que le gusten?

–No me creo capacitado para manejar los tiempos de nadie. Sí tengo un pequeño subsello llamado 500cds, pero el formato no es de disquera, sino de movimiento filantrópico.

–¿Qué planes tiene ahora?

–Quiero potenciar Canary como un concepto artístico multi. En abril editamos el disco acústico de Mimi, luego lanzamos el de El Siempreterno, voy a tirar un EP de Los Sedantes, que era la banda que tenía con Horacio Gamexane y que reformé con Saúl, guitarrista de Los Pillos. Y en diciembre vamos a sacar un disco de Mimi Maura con Los Aggrotones, de clásicos del soul y el reggae. Un personaje nefasto de la industria me dijo una vez “No me embarres la batea”, que significa no me mezcles el artista, lo que es desagradable porque un artista está hecho para mezclarse. Con Cannary quiero irme a la mierda, hacer de todo. Y en el medio, supongo, que volveré los Cadillacs.

–¿Por qué se bajó de la actual gira de los Cadillacs?

–Porque no me llamaron para grabar el nuevo disco. No participo, no estoy. A pesar de que estuve en las sesiones de grabación, no hice más que meter ocho compases del saxo. A mí no me parece necesariamente malo eso. Entiendo que los Cadillacs son un espacio de apertura para hacer lo que queramos. Pero ésa es la razón por la que no estuve en la gira.

–Vicentico aseguró que volvería en octubre ¿Es cierto?

–No creo que vuelva en octubre. Volveré algún día, lo que significa que podría ser dentro de un mes o en diez años.

–¿Le molestó la actitud que tuvieron para con usted?

–Me molestó muchísimo. Fue una decisión de ellos, no mía. Desde el día uno que entré a los Cadillacs, hasta hoy, hice siempre lo mismo. Pero Vicentico y Flavio deben tener una idea muy clara de lo que quieren hacer con el grupo. También reconozco que ellos fueron los que manejaron la carrera de la banda. Si bien no es cierto que me fui treinta veces del grupo, como dice Gaby, sí me fui en un momento clave, que fue cuando terminó la grabación de Fabulosos calavera. Así que entiendo que haya cierto resquemor hacia mis idas y vueltas del grupo. Sin embargo, los Cadillacs somos familia. A partir de la muerte de Toto (Rotblat, percusionista de la agrupación), mi unión es para siempre. Por más que no esté en este instante, por más que haya algunas cosas que tendré que hablar con ellos cara a cara. Por ahora, no pertenezco a este momento.

–¿Por qué se prestó para figurar en las fotos de promoción del disco La salvación de Solo y Juan?

–Porque soy de los Cadillacs y voy a volver. Lo haré algún día. Los grupos de rock son lugares muy complejos psicológicamente. Se necesitan psiquiatras y psicólogos para los rockeros. Estoy en esto por la gloria, no por el dinero. Estoy para crear algo que me trascienda una vez que no esté en este planeta. Necesito que mis canciones y mi música queden. Creo sinceramente que me extrañan. Me llamaron 20 mil veces. Por lo que está bueno que me sigan extrañando un poco. Posiblemente vuelva a la banda cuando se termine el tour de este disco.

–¿Está de acuerdo en que es un gran disco y que tiene muchos puntos en común con El Siempreterno? Esa aura oscura que arropa a las canciones…

–Eso me da mucho más odio. Y no hay animosidad alguna (muestra una conversación de whatsapp con Vicentico de ese mismo día). Tal vez con Flavio me debo una charla, porque algunas cosas que dijo no son ciertas, como que yo no quería tocar el saxo en los Cadillacs. No es así, quizá no lo entendió. Yo no quiero sólo tocar el saxofón, es fundamental la diferencia.

–Lo que no se entiende es que, si participó en la gira de los 30 años de los Cadillacs, ¿cómo no se enteró de que el concepto del álbum estaba definido desde el vamos?

–Ahí se empezó a hablar del disco. Estaba desesperado por grabarlo. En los grupos con tantos años como nosotros, las cosas no se hablan. Cuando se toman decisiones en una banda, las consecuencias son más inmediatas, más intensas y complicadas que en una pareja. Yo soy de los Cadillacs, pero mi compromiso con Mimi Maura es infinitamente superior. Y lo saben. Quizá notaron que estaba más para trabajar con Mimi que con ellos. La música que hago con ella es la que más me gusta. Aunque también estoy dispuesto a dar el todo con los Cadillacs.

–Podría haber hecho un escándalo de esto y no lo hizo. ¿Por qué?

–No abrí la boca porque ellos fueron los que tomaron la decisión y no me parecía atinado hablar antes del lanzamiento del disco. Reconozco que me hizo sentir bien que la primera pregunta de la conferencia prensa del álbum fuera por qué yo no estaba en el grupo. Largué la noticia en la cuenta de Instagram de un site llamado LFCRarezas. Más perfil bajo fue imposible. Ni siquiera lo hice en mi Facebook. Me quedé a ver el rebote y fue sorprendente. Realmente, La salvación de Solo y Juan es muy bueno y no quería que la promoción se enfocara en mi ausencia. Pero mis proyectos también son increíbles y no deseo que la gente hable de mí como el “ex Cadillacs”. Quiero que escuchen mi música. A mí me basta con haber compuesto “Siguiendo la Luna”. Con eso me gané la eternidad. Si bien me quedé callado, me estaba muriendo por dentro. Me pasé muchas horas sin dormir preguntándome por qué Flavio me había dejado fuera del proyecto. Se lo tengo que preguntar. Así que estos seis meses fueron de un extremo dolor para mí.

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“Posiblemente vuelva a la banda cuando se termine el tour de este disco”, dice Rotman sobre su relación con los Cadillacs.
 
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