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Domingo, 10 de febrero de 2008

MUSICA › ENTREVISTA A GUSTAVO SANTAOLALLA, POR EL ESTRENO DE “CAFE DE LOS MAESTROS”

“No es un proyecto nostálgico”

El músico y productor fue el principal mentor de la iniciativa que logró reunir a las glorias vivas del tango. La película será presentada hoy en la Berlinale, con el bonus track de un show tanguero. “Lo más increíble es la vigencia de estos músicos”, dice.

 Por Karina Micheletto

Hace rato que Gustavo Santaolalla viene detrás de este proyecto, que con el tiempo fue tomando nuevas formas. Café de los maestros logró reunir a las grandes glorias vivas del tango en una gran producción, a veces en abrazos tangueros que hubiesen parecido impensables, teniendo en cuenta los roces especiales que siempre se cultivaron dentro del género. Después de la edición de los CD y el libro, de un concierto a toda gala en el Colón y tres años después de haberse comenzado a rodar, hoy finalmente se estrena el documental que cuenta la historia de Café de los maestros, y lo hace por la puerta grande. La película dirigida por Miguel Kohan y producida por Santaolalla, Lita Stantic y el brasileño Walter Salles será la única iberoamericana dentro de la selección del Panorama Documental del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Santaolalla ya está en Berlín para asistir al estreno y la recepción de la que también participarán tres de los protagonistas del film: los maestros Aníbal Arias, Osvaldo Marinero Montes y Juan Carlos Godoy, que mostrarán algo de su tango en vivo en Berlín. El film recorre la música que hacen hoy y las miles de anécdotas del ayer de Leopoldo Federico, Horacio Salgán, Atilio Stampone, Virginia Luque, Mariano Mores, entre otros tangueros que hicieron historia, y que hoy en su mayoría siguen en actividad. Y de maestros que fallecieron desde que comenzó a rodarse el proyecto, como Carlos García, José Libertella y la uruguaya Lágrima Ríos.

“Todos ellos son increíbles por la historia que tienen encima, pero lo que es más increíble es la vigencia de su música”, destaca Santaolalla en la entrevista telefónica con Página/12, en medio de la expectativa de su incursión en Berlín. “Por eso éste es un proyecto de vigencia y no de nostalgia: escuchar la música de la peli, que es maravillosa y está grabada de una manera como creo que hasta ahora no se estrenó nada de tango en el cine, es una experiencia sónica fuerte. La vedette absoluta de la película es la música.”

Tras el estreno del documental, que aún no tiene fecha confirmada en la Argentina, el multiproductor ya maneja ideas de más derivaciones de Café de los maestros: un disco con el concierto del Colón, discos solistas de los artistas que participaron, giras de los maestros por el mundo. La experiencia le gustó tanto al doble ganador del Oscar que al parecer ya activó la maquinaria Santaolalla: entre sus planes inmediatos también está el armado de su propia productora de películas.

–¿Cómo encararon el guión del documental?

–Fue muy difícil la selección, porque teníamos más de trescientas horas grabadas. El trabajo de un documental es distinto al de una ficción, donde tenés un libreto que seguís. Aquí hubo que crear una narrativa a través de la grabación del disco, los testimonios de los maestros, mi ida a la Argentina, el concierto del Colón, los backs. Con todo eso se armó la peli, pero había tanto material y tan rico que realmente se hizo difícil en un momento la selección.

–Y dentro de esa selección, ¿cuáles son los momentos especiales que recuerda?

–Realmente muchos... Está Libertella diciendo: “No se puede separar al tango de la vida”, eso se grabó un mes antes de su muerte y es una frase que lo representa. Hay momentos lindos donde los maestros recuerdan cosas grossas que vivieron, porque las vivieron todas: Ernesto Baffa cuenta lo que significó para él conocerlo a Troilo y su relación con el bandoneón. Carlitos García dice: “Si uno no siente la emoción y el estremecimiento en el pecho cuando toca un tango, mejor que sienta otra cosa”. Hay cientos de momentos, encuentros, frases, y también situaciones vividas imposibles de contar en la película, pero que para mí fueron muy fuertes.

–¿Por ejemplo?

–Está la versión de “La canción de Buenos Aires” que grabó Virginia Luque, un momento mágico en el estudio, donde los músicos la siguen a ella. En música se usa un signo de expresión, “calderón”, para señalar cuándo el tiempo de la música queda en el aire y los músicos siguen instintivamente, eso pasó. La orquesta grabó con respecto a su voz de referencia, y cuando fue a grabar Virginia yo le dije: “No se preocupe si no entra justo con la orquesta, después en la mezcla podemos ajustar las entradas, moverlas con la ayuda de la tecnología. Me miró medio enojada, como ofendida, y me dijo: “No se preocupe usted, yo lo voy a hacer en una sola toma y voy a entrar bien”. Y así fue, lo hizo perfecto en una sola toma, algo casi imposible que nos emocionó a todos en la sala.

–¿Cuáles son las expectativas de este estreno de Berlín?

–Es muy importante para todos. Para Miguel Kohan porque es su primer documental, después de Salinas grandes, que fue un telefilm. Para mí, mi primera incursión de este modo en el cine. Y obviamente para todos, porque representa nuestra historia, nuestra identidad. Trabajamos mucho todos en la peli, yo estuve muy encima del mismo modo en que encaro todo: siempre fui un obsesivo y perfeccionista, por el simple hecho de que busco la excelencia. Y todos estábamos en el mismo plan, fue genial trabajar con Gustavo Mozzi, Aníbal Kerpel, Jorge Da Silva, tantos otros, y en producción con Lita Stantic, que fue un pilar, y con mi amigo Walter Salles. Gracias a él fue posible que la compañía francesa Pathé se involucrara, que fue la que propuso a la peli para Berlín.

–¿Y el estreno en la Argentina, cuándo se prevé?

–Ibamos a estrenar en mayo, pero hubo tan buena respuesta del festival y tanto interés en otros lados, que pensamos que está bueno tratar de salir a mostrarla primero afuera, conseguir más ruido y más reacciones previas. Así es que todavía no está definida la fecha.

–¿La película es el cierre del capítulo Café de los maestros, con los CD y el libro, o hay más?

–De alguna manera es un cierre, pero por otro lado claramente es una apertura hacia caminos conexos. Tenemos mucho material que quedó de aquellas grabaciones, más cosas del concierto en el Colón como para sacar otro disco... Hay varios proyectos con el mismo equipo, y también ideas de discos completos de los artistas que participaron, y de ir convocando a otra gente. En principio, lo que viene, si Dios quiere, es una actuación en París con cerca de catorce de los maestros. Y luego giras, me gustaría conseguir un Carnegie Hall o un Lincoln Center. Van a alucinar cuando los escuchen.

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El doble ganador del Oscar ya activó la “maquinaria Santaolalla”. El Café... no termina en Berlín.
 
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