espectaculos

Miércoles, 5 de septiembre de 2012

CINE › LOS DEBATES QUE DEJAN LAS JORNADAS LOS JóVENES Y EL CINE NACIONAL, EN CINEMARK PALERMO

Un lugar para discutir el cine argento

Las mesas debate que se realizaron ayer y concluirán hoy, con nombres de peso como Juan José Campanella y Daniel Burman, abren un campo interesante para el análisis de la relación entre las capas jóvenes y las películas nacionales.

 Por Oscar Ranzani

El cine tiene una gran aceptación en el gusto de los jóvenes argentinos: el 95 por ciento de quienes tienen entre 11 y 18 años lo eligen como método válido de entretenimiento. Así lo demuestra una encuesta sobre consumos culturales adolescentes del Ministerio de Educación de la Nación, cuyos datos vinculados con el cine fueron mencionados ayer por la coordinadora de las Jornadas Los Jóvenes y el Cine Nacional, Roxana Morduchowicz, organizadas por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, y que concluirán hoy en el Cinemark Palermo (Bulnes y Beruti). El dato alarmante es que del total de los encuestados, el 45 por ciento nunca vio una película argentina y el 20 por ciento casi nunca ve producciones locales. Si bien Internet viene creciendo en la preferencia de la “generación multimedia”, como no todos los hogares tienen conectividad, la televisión sigue siendo el medio elegido por los adolescentes. Otro dato llamativo es que mucho más de la mitad, el 65 por ciento, lo que más ve en la TV son películas. El 70 por ciento tiene DVD y a través de este aparato ve al menos un film por semana. Si bien el prejuicio adulto indica que los más jóvenes eligen cine por los efectos especiales, la encuesta lo desmiente: el 50 por ciento se decide por el contenido.

Los datos y la exhibición de un corto posterior –en el que chicos que no estudian carreras vinculadas con los medios audiovisuales opinan sobre su relación y (des) conocimiento del cine nacional–, las jornadas tuvieron el impulso necesario para el debate en la mesa “Hacer cine pensando en los jóvenes”, con la participación de los cineastas Daniel Burman (director de El abrazo partido, Derecho de familia, La suerte en tus manos, entre otras) y Santiago Mitre –El estudiante–, quienes expresaron sus opiniones y luego respondieron preguntas de los asistentes y de la moderadora de la mesa, la periodista Adriana Franco.

Previamente, el presidente de la Academia, Juan José Campanella, expresó el espíritu de las jornadas –que continúan hoy con dos otros dos paneles–, señalando que “está bueno que esto se abra al público porque si no son debates medio endogámicos dentro del cine, en los que estamos girando alrededor de los mismos preconceptos”. El director de El secreto de sus ojos también expresó que “estaría bueno que el cine argentino logre lo que logró el rock nacional”. Dijo que no sabe “cómo serán las cifras”, pero “si no se escucha más, seguramente está a la par” del rock extranjero. También destacó la importancia de “poder quebrar la opinión de que una película es todo el cine”. Y lo argumentó de la siguiente manera: “Uno ve un film yanqui malo y dice: ‘Esta película es una porquería’, pero no dice: ‘Nunca más vuelvo a ver cine yanqui’. Uno ve una película argentina que no le gusta e inmediatamente lo que le sale es: ‘Nunca más vuelvo a ver cine nacional’”, expresó Campanella.

El arranque de la mesa-debate “Hacer cine pensando en los jóvenes” corrió por parte de Burman. “Cuando me llamaron para hacer el corto me asusté mucho porque no veo adolescentes desde que tenía quince años”, ironizó el cineasta. Luego, más serio, señaló que uno de los temas que más le llamaron la atención respecto de la película de Mitre, El estudiante, fue que “dentro del mundo del cine se discutió muchísimo el modelo de producción, cómo se hacía, cómo se estrenaba, pero no se discutía por qué gustaba. Y ese me parece que es un buen ejemplo de cómo nos mordemos la cola”. Y rescató que muchos de los jóvenes con quienes habló para realizar el corto que se difundió antes del debate la eligieron “porque se habían sentido identificados. Nadie preguntó cómo había sido hecha o el número de expediente”.

Ante la consulta de si hay que hacer cine “pensando en los jóvenes”, Burman destacó que piensa en el público “pero para mí el público es un tipo como yo, que está sentado”. El cineasta completó: “No pienso: ‘Esto a los jóvenes les va a encantar’”, sino que sus películas las construye para un público “que se divierte y se emociona con lo que yo me divierto y me emociono. Si después eso empata con alguien de quince años, bienvenido”. Burman opinó que no le parece bien que se estudie “cómo piensan los jóvenes para filmar lo que a ellos les gusta”. Mitre completó la idea señalando que “cuando uno piensa en filmar lo hace porque quiere y no imagina siquiera que alguien después va a ver lo que uno hace”. Coincidió con Burman en que “un cineasta hace el cine que le gusta y tiene que ser sincero con las cosas que quiere hacer, con su mirada y con lo que quiere contar”. Consideró que puede resultar un error para un director “caer en estas trampas de intentar incluir cada vez más y más público, porque eso puede desnaturalizar su mirada, que es lo que tiene que privilegiar”.

Mitre también consideró que a partir de la generación de Burman y de otros directores jóvenes respetados “puede ser que se haya generado en los adolescentes actuales una especie de valoración más importante de determinados cineastas”. Recordó que los directores mencionados por los jóvenes en el corto “eran todos cineastas de mi generación”. En ese sentido, reconoció “que está bueno darse cuenta de que hubo una renovación generacional que produjo un montón de nombres propios que generan interés per se y un montón de películas que hayan quedado como clásicas para los adolescentes”.

A Mitre le resultó interesante la opinión de los jóvenes respecto de que “hay una especie de demanda de cine de género” y que “debe tener que ver con el tipo de cine que consumen, porque el cine norteamericano, en general, llega clasificado de ese modo y les enseñó que hay que ver comedias, terror o ciencia ficción y no algo un poco más híbrido como por ahí es el cine argentino, que puede tener un elemento de comedia, pero no necesariamente ser una comedia como la trabajan los norteamericanos”. Burman destacó que como productor, el tema de las películas de género “es muy importante” porque las dos horas de un día que el público destina al cine quiere saber “si se va a divertir, si se va a aterrorizar, si va a llorar... Queremos saber qué nos va a pasar. Es lícito ese pedido. O si vamos a ver una película que es una mirada autoral de alguien sobre el mundo, que también es un género”.

Luego de las reflexiones de ambos cineastas, llegaron las preguntas de los asistentes que fueron desde si hay que estimular el cine argentino en la escuela, a cuál era la relación de ambos directores con el cine nacional anterior a los años ’90, qué importancia tienen los canales de aire para la distribución del cine argentino y, si al igual que lo que sucede en otros países, debería haber directores de cine específicos para jóvenes, entre otros interrogantes. Cuando concluyó la primera de las cuatro mesas debate, le siguió el panel “Atraer los jóvenes a las salas”, con la participación de Bernardo Zupnik, Martín Alvarez Morales y Juan Vera, moderado por el periodista de Página/12 Emanuel Respighi. Hoy a las 9.30 será el turno de Los Cineastas y el Cine para Jóvenes, donde expondrán Manuel Antín, Alberto Lecchi, Anahí Berneri y Sergio Wolf. A las 11.30 cerrará la mesa debate “La televisión y el cine para jóvenes”, con la participación de Axel Kuschevatzky, Alejandro Fernández Mouján y Walter Sequeira. La inscripción es gratuita.

Compartir: 

Twitter

“Estaría bueno que el cine argentino logre lo que logró el rock nacional”, analizó Campanella.
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.