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Jueves, 27 de julio de 2006

CINE › “LA PREMONICION”, DE NORIO TSURUTA

La clarividencia como una nueva forma del “J-Horror”

El horror japonés llega en una versión devaluada.

 Por L. M.

El productor Taka Ichise está considerado el Roger Corman japonés. En veinte años ya lleva producidas más de cincuenta películas, entre ellas algunas de las más taquilleras de la historia del cine nipón, como Ringu (1998), de Hideo Nakata, y Ju-On (2000), de Takashi Shimizu, las dos películas que se convirtieron en la punta de lanza del llamado “J-Horror”, el cine de terror japonés. Rodadas generalmente con un presupuesto modesto y casi sin efectos especiales, el J-Horror retoma la vieja tradición de las kaidan mono (las historias de aparecidos) y basa su eficacia no tanto en lo que muestra sino más bien en aquello que esconde y sugiere, con una utilización muy expresiva del sonido y del fuera de campo. Es por eso quizá que esta bienvenida variante del cine de terror se ha dado tan mal en sus remakes de Hollywood, donde parecería haberse perdido el secreto esencial de la puesta en escena a causa de una preocupación desmedida por la parafernalia técnica.

Enésima producción de Taka Ichise, La premonición está dirigida por Norio Tsuruta (realizador de una de las tantas continuaciones de la redituable franquicia Ringu) a partir de un manga muy popular en Japón en la década del ’70, titulado El diario del terror. El prólogo del film es curioso y trae a la memoria la legendaria antología de la literatura fantástica reunida por Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo, que reunía relatos brevísimos y escalofriantes, muchos de ellos de procedencia oriental. Aquí se alude a la historia de una famosa clarividente de la era Meiji (1862-1912), llamada “Ojo de águila”, que no pudo sino suicidarse después de haber leído en el periódico su propia necrológica, con la correspondiente foto.

Ese inquietante comienzo es mucho más promisorio y sugerente de lo que luego el film está en condiciones de entregar. Un matrimonio de profesores universitarios regresa con su pequeña hija de unos días de vacaciones, cuando el marido (que no ha podido liberarse de su adicción al trabajo) le pide a su mujer que detenga el coche, para enviar un e-mail desde una cabina de teléfono público. La conexión es previsiblemente lenta y, mientras espera el fin de la transmisión, Hideki se entretiene hojeando los restos de un viejo periódico que encuentra en el piso, donde para su horror lee la noticia de la muerte de su hija en un accidente vial. No alcanza a salir de su estupor cuando un camión fuera de control arrasa el coche estacionado donde estaba su hija.

Tres años después, el matrimonio se ha separado e Hideki aún no puede dormir en paz. Pero no sólo la culpa y el recuerdo le impiden conciliar el sueño. Poco a poco, el profesor descubre que tiene unas extrañas cualidades de clarividente: unos periódicos marchitos y medio chamuscados se le aparecen cada vez con mayor frecuencia, anunciándole muertes violentas y catástrofes, que inexorablemente se verifican minutos después. Su ex mujer lo ayuda a investigar el fenómeno y descubren casos similares, pero esto no los ayuda ni a explicar la espantosa muerte de su hija ni a prevenir otros accidentes. Unos videos que encuentra en una casa abandonada (referencia inequívoca a Ringu) lo ponen sobre la pista de otro clarividente que, como él, quiso modificar los destinos trágicos que preveía y que terminó consumido como las cenizas de un papel de diario.

Errática y reiterativa, durante su última media hora La premonición pierde además el rumbo narrativo y, para alcanzar los 90 minutos de rigor, apela a vulgares golpes de efecto, que no son precisamente los que han cimentado la fama del mejor J-Horror. Es una pena que en un panorama de estrenos tan mezquino como el que atraviesa Buenos Aires en estos días la única película japonesa que llega a la cartelera sea ésta, cuando hay muchas otras expresiones del cine fantástico oriental (entre ellas las de Kiyoshi Kurosawa, como Doppelgänger, exhibida en el Bafici 2004) capaces de estar a la altura de la cultura de la que provienen.

5-LA PREMONICION

(Yogen) Japón, 2004.

Dirección: Norio Tsuruta.

Guión: Noboru Takagi y Norio Tsuruta.

Producción: Taka Ichise. Intérpretes: Hiroshi Mikami, Noriko Sakai, Maki Horikita, Mayumi Ono, Kei Yamamoto, Kazuko Yoshiyuki.

Música: Andrei Dergachiov.

Interpretes: Vladimir Garin, Ivan Dobronravov, Konstantin Lavronenko, Natalia Vdovina.

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Unos periódicos marchitos y medio chamuscados anuncian muertes violentas y catástrofes.
 
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