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Miércoles, 28 de enero de 2015

CINE › GRAN PRESENCIA LATINOAMERICANA EN EL INMINENTE FESTIVAL DE BERLíN

Las venas abiertas en la Berlinale

Unos cincuenta films, repartidos en las distintas secciones del festival, forman esa amplia presencia latina, la mayor representación de cine de habla hispana que se recuerda en el festival. El cine argentino estará en varias secciones.

Los cineastas chilenos Patricio Guzmán y Pablo Larraín, más el guatemalteco Jayro Bustamante, abanderan a América latina en la competencia oficial de la Berlinale, que se celebrará del 5 al 15 de febrero y cuyo programa incluirá la mayor representación de cine de habla hispana que se recuerda en el festival. “La Berlinale se ha puesto muy latinoamericana. De ahí proceden films de alto impacto, sea de cineastas de la región o de otros ‘adoptados’...”, apuntó el director del festival, Dieter Kosslick, al presentar ayer su programa completo y en alusión al Eisenstein in Guanajuato, rodado por el británico Peter Greenaway en México.

Unos cincuenta films, repartidos en las distintas secciones del festival, forman esa amplia representación latina en Berlín, en cuyo jurado internacional estará la cineasta peruana Claudia Llosa, Oso de Oro en 2009 con La teta asustada. Entre los filmes de impacto político en competencia este año, Kosslick sitúa a El botón de nácar, un “intenso documental” incluido entre los 19 aspirantes al Oso de Oro, en que el cineasta chileno vuelve sobre los pasos de su película anterior, la aclamada Nostalgia de la luz. Si allí Guzmán situó su cámara en el desierto de Atacama, para seguir los pasos de familiares de desaparecidos en la dictadura, ahora incide “en uno de los capítulos más terribles del régimen de Augusto Pinochet”, dijo Kosslick, en referencia a quienes fueron arrojados al mar. El film traza hilos conductores entre los crímenes de la dictadura y el exterminio de etnias australes durante la colonización, “como si Pinochet hubiera perfeccionado un mismo instinto criminal”, en palabras del director de la Berlinale.

Por su parte, su compatriota Larraín estará también entre los candidatos a los premios mayores con El Club, la historia de unos sacerdotes “perdidos” entre problemas judiciales, personales o mentales. Son dos exponentes del buen cine chileno del momento, que acuden a la Berlinale tras el éxito de Gloria, de Sebastián Lelio, Oso de Plata en 2013 a su actriz Paulina García. “Por fin tenemos a Guatemala en competición”, apuntó Kosslick respecto del filme de Bustamante, Ixcanul, una película que además concurre al premio a la mejor ópera prima de la Berlinale.

A las tres aspirantes de cineastas latinoamericanos se une el film de Greenaway, centrado en el larguísimo rodaje de ¡Que viva México!, la película que el legendario Eisenstein nunca llegó a completar. Esta coproducción de México encabeza la representación de once films que presenta ese país en Berlín, entre ellos 600 millas, de Gabriel Ripstein, que se exhibirá en la sección Panorama, la segunda en importancia del festival.

Muy profusa será también la presencia de América latina entre los cortometrajes a concurso, donde estarán el argentino-danés The Mad Half Hour, de Leonardo Brzezicki, el brasileño Mar de Fogo, de Joel Pizzini, y el chileno San Cristóbal, de Omar Zúñiga Hidalgo. Por su parte, la sección NATIVe, dedicada a la producción cinematográfica relacionada con pueblos originarios, se abocará exclusivamente a la región, con un total de 18 títulos, de los años ’50 a la actualidad, con los que se quiere recrear “la aventura vital, artística y ancestral del cine indígena en América latina”, en palabras de la responsable de la sección, la neocelandesa Maryanne Redpath.

En la prestigiosa sección Panorama, no competitiva, Argentina presentará dos estrenos mundiales: El incendio, ópera prima de Juan Schnitman, y Mariposa, cuarto largometraje de Marco Berger, premiado en la edición 2011 de la Berlinale con un Teddy Bear (el premio a la mejor película de temática homosexual) por Ausente. Por su parte, Brasil estará en la sección Panorama con Que Horas Ela Volta?, de Anna Muylaert, Sangue azul, de Lirio Ferreira, y Ausencia, de Chico Teixeira.

A su vez, en el Forum del Cine Joven, dedicado a la producción más experimental, se exhibirán la brasileña Beira-Mar, de Filipe Matzembacher, la argentino-estadounidense H., de Rania Attieh, las chilenoargentinas Mar, de Dominga Sotomayor, y La mujer de barro, de Sergio Castro San Martín, así como la mexicana La maldad, de Joshua Gil, y la colombiana Violencia, de Jorge Forero.

El cine de habla hispana estará asimismo representado en Generation, la sección de temática infantojuvenil, con films como el argentino El Gurí, de Sergio Ma-zza, y el boliviano Primavera, de Joaquin Tapia, entre otros. Finalmente, en Cine Culinario, sección instituida por Kosslick hace diez años y “mimada” especialmente por el festival, presentará las peruanas Buscando a Gastón, de Patricia Pérez, y El sueño de Sonia, de Diego Sarmiento.

Para quienes piensen que no queda lugar en la Berlinale para cines de otras regiones, el festival se aseguró una fuerte representación local, con el regreso de dos viejos baluartes del otrora llamado Nuevo Cine Alemán, Werner Herzog y Wim Wenders, que presentarán sus producciones más recientes, amén del homenaje especial que se le tributará a Wenders, con una retrospectiva de su obra. También se verán los últimos films del iraní Jafar Panahi, del estadounidense Terrence Malick y del ruso Aleksei German Jr., entre muchos otros.

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Juan Barberini y Pilar Gamboa en El incendio, ópera prima de Juan Schnitman, en la sección Panorama.
 
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