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Martes, 17 de febrero de 2009

PLASTICA › LA CASA DEL BICENTENARIO Y LAS EXPOSICIONES PROYECTADAS PARA 2009

Con nuevos lenguajes y tecnología

Los proyectos del nuevo centro cultural, dedicado a celebrar los 200 años de la Revolución de Mayo, que funcionará bajo la hipótesis de que el pasado no es un proceso cerrado, sino un reservorio activo cuyos sentidos continuamos reinterpretando.

 Por Valeria González *

La Casa del Bicentenario (un edificio de cuatro plantas y subsuelo ubicado en Riobamba entre Paraguay y Marcelo T. de Alvear) se gestó con el propósito de que la celebración de los 200 años de la Revolución de Mayo estuviera acompañada de un espacio dedicado a repensar y debatir la historia argentina desde una perspectiva actual y pluralista. Su creador y director, el Dr. José Nun, secretario de Cultura de la Nación, explicó que más que en un museo de historia se pensó en un centro cultural dinámico que pudiera poner en escena las más diversas manifestaciones, donde los documentos del pasado integraran un tejido vivo de miradas contemporáneas, no sólo desde las disciplinas científicas y teóricas sino también desde el arte, la música, el cine, la literatura. Liliana Piñeiro, quien estuvo a cargo del Centro Cultural Recoleta hasta 2007, asumió la coordinación general del proyecto.

La programación de la Casa se fundamenta en cuatro ejes principales. En la PB habrá, de modo permanente, un dispositivo audiovisual que resume la historia argentina desde 1810 al presente. En el resto del edificio se llevarán a cabo exposiciones temporarias articuladas en torno de diferentes temas. Algunos de los ejes serán: las mujeres, las culturas originarias y la inmigración, la historia del cine, la literatura, el humor, la arquitectura y las ciencias en la Argentina. Estas muestras tendrán una duración considerable, de acuerdo no sólo con su escala, sino también con su intención de funcionar como disparadores de eventos paralelos, de ciclos de reflexión y de programas de educación. Además de las exposiciones, habrá conferencias, seminarios, ciclos de música, poesía y cine. Un intenso programa educativo estará destinado a niños, jóvenes y docentes. El proyecto parte de la hipótesis de que el pasado histórico no es un proceso cerrado que se puede relatar sino un reservorio activo cuyos sentidos continuamos reinterpretando y donde a menudo encontramos perspectivas para abordar mejor ciertos conflictos del presente. Se apuesta a que el uso de medios y soportes tecnológicos de última generación va a contribuir a este objetivo. Los lenguajes multimedia son una herramienta fundamental para actualizar la lectura de la historia desde un enfoque dinámico e interactivo. Para el equipamiento de la Casa se logró un acuerdo de cooperación con la Aecid. La asociación con la Untref será clave tanto en términos de instalación y operatividad de estos medios, así como la coproducción de material audiovisual. Este tipo de alianzas con instituciones culturales y académicas (que incluyen también al Incaa para el área de cine y al FNA para la difusión de publicaciones) permite optimizar recursos y potenciar la construcción de contenidos. En este sentido, la Casa trabajará en forma conjunta con el Ministerio de Educación a través del portal educativo educ.ar y del canal Encuentro.

La muestra permanente, titulada “1810-2010 en la República Argentina” se aleja de un relato lineal y unilateral para poner en escena historias paralelas en diálogo y tensión. El guión, a cargo del historiador Fernando Devoto, se materializa en una videoinstalación en varias pantallas simultáneas. Organizada en cuatro ejes (poblamiento y urbanización, economía, cultura y política), da cuenta de las fricciones entre los ideales de progreso y los avances reales en términos de desarrollo material frente a la persistente desigualdad social. También pone en escena cómo los procesos de democratización sufrieron avances y también retrocesos, muchas veces violentos. El mito de una historia unívoca se deshace cuando se incluyen en ella las diferencias regionales, las diversas temporalidades y los distintos testimonios y vivencias que la conforman.

La primera muestra temática, con la cual la Casa abrirá sus puertas durante el primer semestre de 2009, estará dedicada a las mujeres. Para su elaboración se contó con el asesoramiento de tres investigadoras ampliamente reconocidas: Dora Barrancos y Mirta Zaida Lobato, doctoras en Historia, y Laura Malosetti Costa, doctora en Historia del Arte. La curaduría, comenzada por Clelia Taricco y en este momento a cargo de quien firma estas líneas, está abocada a generar un guión visual y espacial a partir de elementos seleccionados de los textos y fuentes señalados por las asesoras, y a imbricar los contenidos históricos desde una perspectiva actual, apelando a diferentes experiencias y testimonios, artísticos, mediáticos, culturales, sociales, etc.

No se trata de tomar a la mujer como “tema”, sino más bien de proponer un eje estratégico para una reescritura de la historia argentina. El objetivo de la Casa es constituirse en un nuevo foco cultural que plantee la identidad desde la diversidad, fomentando la participación de todas las provincias e incorporando voces y experiencias que han quedado fuera de los relatos hegemónicos. Por lo tanto no es nuestro objetivo añadir nombres de mujeres a la cronología consabida (mujeres de la Revolución de Mayo, mujeres unitarias y federales, y así siguiendo) sino plantear lo femenino como un punto de vista diferencial.

La muestra desarrollará en el primer piso los diferentes aspectos de la presencia de la mujer en el ámbito político, laboral, gremial, etc., y la vida privada y la intimidad en el segundo. No como relatos separados, ya que ha sido precisamente esta separación arbitraria entre el espacio doméstico (“naturalmente” femenino) y la arena pública un factor fundante de la subordinación de las mujeres en la historia. Desde los primeros tiempos la acción de las mujeres cuestiona y relativiza la pretendida división entre lo privado y lo público. Ya desde las “tertulias” del siglo XIX las hijas y esposas, confinadas al hogar, hicieron de la conversación supuestamente ingenua e informal un arma para influir en las decisiones políticas. También desde la maternidad surgieron fenómenos políticos específicos. El ejemplo irrefutable de las Madres de Plaza de Mayo nos habilita a revisar la historia argentina desde esta perspectiva. Desde Juana Azurduy hasta las mujeres que lideran hoy luchas campesinas o reclamos por la preservación de comunidades indígenas, la radicalización de la figura de la madre implica también posicionarnos no desde una historia de “la vida privada” sino desde el cuestionamiento de las fronteras que distinguen los afectos de la acción política.

La convocatoria a artistas contemporáneos a trabajar desde diversas disciplinas sobre los contenidos de esta exposición será un eje fundamental no sólo para mirar el pasado desde el presente sino también para aportar, desde la subjetividad creadora, otros puntos de vista sobre los documentos y los archivos históricos.

De alguna manera, en las rebeliones juveniles de los ’60, reclamos como los que venía sosteniendo la minoría femenina hacía décadas se vuelven patrimonio general. Hoy, que la participación de la mujer en diversas áreas de la vida cívica, política y laboral no cesa de ensanchar sus límites, los llamados “estudios de género” suelen apuntar a la persistencia de discriminación sexual en determinados márgenes económicos y sociales. Desde allí, no cesa de denunciarse el abismo persistente entre los avances en términos de derechos y legislación y su capacidad efectiva de aplicación. Quisiéramos, no obstante, que el llamado de atención sobre estos márgenes no quedara reducido a un relato de victimización. Ciertos protagonismos silenciosos nos interpelan desde la construcción de lazos y valores diferentes a los que delimitan el ideal moral de la familia burguesa.

Como en muchos otros campos, la erradicación de ciertos miedos y la transformación de hábitos y mentalidades implican tiempos más largos y constituyen las conquistas más difíciles de obtener. De algún modo, la máxima aspiración de esta exposición sobre las mujeres en la celebración del Bicentenario sería ser la última en su género, en un mundo donde todas las diferencias tuvieran igual derecho a existir e igual peso simbólico en la constitución de nuestra identidad.

* Crítica de arte, docente universitaria y curadora.

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Trabajadoras textiles durante la primera década peronista.
Imagen: Archivo General de la Nación
 
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