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Jueves, 22 de abril de 2010

TELEVISION › MALPARIDA, LA NUEVA TIRA NOCTURNA DE EL TRECE

Por los caminos del culebrón

Sin medias tintas, con todos los ingredientes más obvios y lineales del género telenovelesco, la serie de Pol-Ka busca capitalizar el éxito de Valientes con una nueva historia de venganza. El rating le dio la derecha.

 Por Emanuel Respighi

Raúl Taibo cumple como Lorenzo; en el rol de Renata, Juana Viale tiene demasiados puntos débiles.

Una joven de clase baja dispuesta a todo con tal de vengarse de un millonario que en el pasado le hizo mucho daño a su mamá. El comienzo de un amor no buscado pero irrefrenable que, encuentro casual con el apuesto hijo de la víctima mediante, hace que la frialdad del plan de revancha comience a complicarse apenas se pone en marcha y la incipiente historia de amor se transforme en casi imposible. Un padre y un hijo que compiten por el corazón de la misma chica. Una troupe de ayudantes y villanos que le imprimen a la historia de amor y venganza todos los condimentos necesarios y vueltas de tuerca para que la trama se alargue en el tiempo según las necesidades televisivas. Así, con todos los clichés propios del culebrón clásico, arrancó el martes Malparida, la nueva ficción de Pol-Ka para El Trece (lunes a viernes a las 21.45). Una de esas ficciones propias de otros tiempos, pero a las que la TV acude cada tanto en busca de ratificar su probado éxito. Sin otra búsqueda que ésa.

Por oposición: ésa podría ser la lógica que envuelve a Malparida. Es que la ficción con la que El Trece intenta recuperar el prime time se sitúa en la vereda opuesta a Alguien que me quiera, la telecomedia a la que reemplazó en el horario por baja audiencia. Como para que no queden dudas, los productores decidieron que la nueva propuesta se diferencie completamente de la tira protagonizada por Andrea Del Boca, Osvaldo Laport, Susú Pecoraro y Miguel Angel Rodríguez: alejada del costumbrismo y el híbrido entre telenovela y comedia que signa a Alguien..., Malparida apela a la estructura clásica del culebrón sin medias tintas. Una fórmula que profundiza aún más la línea que tanto resultado le dio al canal en 2009. Por ahora, el público respondió: en el debut marcó 22,4 puntos de rating y fue el programa más visto del día.

Ideada inicialmente para el horario de la tarde, un detalle que condiciona su trama y elenco, Malparida cuenta la historia de Renata (Juana Viale), una joven mujer que decide poner en marcha un plan de venganza motorizado y encubierto por un evidente poder de seducción. El objetivo de Renata es destrozar el corazón de Lorenzo (Raúl Taibo), un empresario de bienes raíces que décadas pasadas dejó a la madre de la “malparida” y la hizo morir de tristeza. Renata no quiere matarlo: su manera de hacer “justicia” es enamorarlo para hacer con Lorenzo lo mismo que éste le hizo a su madre. Como primera medida, la joven consigue que Lorenzo la tome como empleada en su empresa. El inconveniente en el plan surge cuando Renata se topa en el ascensor con Lautaro (Gonzalo Heredia), el hijo de su enemigo. Aunque en su primer contacto casual se sacan chispas, no hay dudas de que entre los dos hay amor a primera vista. Y es ahí cuando la venganza empieza a complicarse.

Por oposición, además, funciona la estructura de la trama de la novela escrita por Lily Ann Martin, Pablo Junovich y Cecilia Guerty. Ideada a un trazo grueso a prueba de televidentes pasivos, en Malparida hay personajes que son muy, muy buenos, y otros muy, muy malos. Ni Alberto Migré, padre de la telenovela nacional durante décadas, habría escrito personajes tan lineales. Todos esconden algo, eso sí, pero el cuadro de relaciones quedó descripto sin ambigüedades en un primer capítulo en el que abundaron las discusiones y los gritos. Sin embargo, eso no sería tan grave, ya que la linealidad es parte del género. Parece imposible exigirle a una telenovela clásica que se corra del estereotipo. Demasiado riesgo.

No hace falta ser un erudito televisivo para darse cuenta de que la verdadera intención que parece motivar a Malparida no es otra que emular el fenómeno Valientes. Desde la venganza como nudo dramático, hasta el protagónico masculino a cargo de Heredia (Enzo Sosa en Valientes), pasando por la actuación en el elenco de Alejandro Müller (que compuso a “Huevo”) y la participación especial que tendrá Luciano Castro (otro ex Valientes), todos los caminos conducen a la telenovela más exitosa de los últimos años. Al igual que su trama, en este punto los hilos continuistas de Malparida están a la vista, sin esfuerzos por disimularlos.

La diferencia con su antecesora, sin embargo, es que la historia de Malparida no recae bajo la espalda de varios protagonistas, sino que se centra primordialmente en el personaje de Renata. Y es en este punto donde la telenovela muestra su talón de Aquiles, ya que la actuación de Viale lejos está de ser convincente (no así la de Heredia, con un personaje a medida). Exagerada en sus gestos al momento de demostrar toda la maldad del personaje, inexpresiva e insulsa a la hora de subrayar su poder de seducción, Viale parece no estar a la altura que la trama y un protagónico del prime time requieren. Es esa debilidad la que, incluso, termina por dificultar el contrato de verosimilitud que toda ficción necesita para cautivar una audiencia fiel. Un punto débil que no parece fácil de corregir.

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