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Lunes, 12 de marzo de 2012

TELEVISION › MAD MEN PRECALIENTA MOTORES PARA SU QUINTA TEMPORADA

El publicitario y sus mujeres

A más de un año del fin de la cuarta temporada, Don Draper volverá a fines de marzo, comprometido con su joven secretaria, Megan Calvet. Jessica Paré, la actriz que le da vida, brinda algunas pistas sobre lo que significa trabajar en la exitosa serie.

 Por Sarah Hughes *

Cuando la cuarta temporada de Mad Men llegó al final, en octubre de 2010, los fanáticos más leales quedaron impactados por la proposición de matrimonio de Don Draper a su joven secretaria Megan Calvet, una decisión que para muchos espectadores vino completamente por izquierda. En rigor, tal como explica Jessica Paré –la bella actriz de 29 años, nativa de Quebec, que encarna a Calvet–, la decisión no es tan descolgada como pareció en ese momento. “Creo que el asunto sobre Megan es que ella le dice a Don ‘No me importa nada, te amo’ –dice Paré–. Puedo ver por qué Don le pide casamiento. Ella es buena con los hijos de él. Parece aceptarlo con sus puntos buenos y malos. El puede no ser perfecto, pero es perfecto para ella. Yo creo que ese nivel de aceptación incondicional es un sentimiento maravilloso para cualquiera.” A medida que se acerca el demorado estreno de la quinta temporada de Mad Men, a fines de este mes, éstas y otras cuestiones salen a la luz.

Tiene sentido que el mujeriego Draper prefiera casarse con una chica más joven, incluso naïf, en lugar de comprometerse con Faye Miller, la doctora que conoce la verdad sobre su vida oculta. Como Joan Holloway remarcó fríamente al enterarse de las noticias: “El está sonriendo como un tonto, como si fuera el primer hombre en casarse con su secretaria”. El creador del programa, Matthew Weiner, lo puso de manera más sucinta en una conferencia de prensa: “Ella tiene 25 años. El quiere volver a esa situación de estar casado con una persona que lo ve como él quiere ser visto”. Es una decisión que parece fiel a las características del personaje. Los televidentes quizá desearían que Draper tomara decisiones más maduras en sus relaciones, pero proponerle casamiento a una secretaria mucho más joven tras unas vacaciones sorpresa en California es exactamente lo que haría el ejecutivo publicitario, casado dos veces. Una decisión enraizada en su tiempo y en el personaje, y otra razón por la que Mad Men sigue siendo irresistible. Donde otros programas hubieran optado por solidificar la relación entre Draper y Miller, Weiner eligió ilustrar por qué los Don Draper de este mundo prefieren la opción fácil.

“Creo que un montón de gente se sintió decepcionada cuando él eligió a la mujer más fácil –admite Paré entre risas–. Faye era desa-fiante, demandaba su mejor versión. Ella quería que él creciera y evolucionara, pero Faye lo conoce bien.” Están aquellos que sienten que Calvet llevó a cabo una sigilosa campaña para ganarse a Don, argumentando que ella es más como la manipuladora Jane –la joven esposa de Roger Sterling– de lo que parece. “No creo que sea así –dice Paré–. Para mí no está conspirando, o manipulando... aunque, por supuesto, todo puede cambiar.”

Ciertamente, la decisión de Draper de casarse con ella parece dirigir la trama de la nueva temporada a múltiples caminos. Como dejó claro el episodio final de la última temporada, mientras Draper explora la chance de un nuevo comienzo con una joven y complaciente esposa, para Sterling eso es una prueba de cómo Draper se vuelve más como él, y para Peggy Olson y Holloway allí hay una declaración de guerra. La cuarta temporada terminó con una crecientemente desilusionada Olson preguntándose qué anda mal en un mundo en el que se celebra más a Draper proponiendo matrimonio que a ella salvando el negocio. Weiner ha dicho que el tema de la nueva temporada será “cada uno para sí mismo”. Y mientras Calvet parece encaminarse a convertirse en la segunda señora de Draper (y la tercera señora de Dick Whitman), Weiner se encarga de subrayar que la pareja aún no se ha casado, y Paré mantiene la boca cerrada a pesar de las fotos que se filtraron de los dos juntos.

“No puedo confirmar ni desmentir nada sobre la nueva temporada –dice ella–. Ellos están comprometidos, pero no puedo decir si la boda tuvo o tendrá lugar.” El secretismo sobre lo que sucede en el set no es nuevo para Paré, que admite que uno de los mayores desafíos de trabajar en Mad Men fue no contar con una historia del personaje (“Es interesante, porque realmente no sabía dónde estaba yendo ella, y no quería excederme y hacer más de lo que estaba escrito en la página”), y dice que se sintió tan sorprendida como cualquiera al ver a Calvet elevada del lugar de recepcionista a secretaria y de allí al interés amoroso. “‘Sorprendida’ es una manera leve de decirlo. Había una broma en el set porque alguien del sector de vestuario había leído el siguiente guión y decía ‘Megan besa a Don’, con lo que todos estaban diciendo ‘bueno, estás en el camino de salida’, porque las mujeres que Don besa no suelen tener gran vida útil –-se ríe–. Todos decían ‘bueno, fue bárbaro trabajar con vos’... Para ser honestos, yo ya estaba entusiasmada con tener una línea de historia a desarrollar. Cuando audicioné por primera vez, todo lo que se sabía sobre Megan era que era una especie de vago personaje de pelo oscuro.”

La referencia al pelo oscuro es interesante porque hasta ahora Calvet aparece como un descanso para Draper con respecto a Betty, su rubia ex mujer, para quien la palabra “frialdad” parece hasta amistosa. Betty es abiertamente desdeñosa hacia sus hijos, Calvet se relaciona con ellos con facilidad. Betty anhela la aprobación de Draper, Calvet sólo la espera, sin presiones. Betty busca desesperadamente su lugar en el mundo, Calvet parece segura de ya tener uno. La brecha de edad entre las dos mujeres es a la vez de unos pocos años y toda una generación. “Cuando Don y Megan se besan, Calvet dice ‘No voy a salir corriendo de aquí llorando mañana’, y lo dice de verdad –señala Paré–. No hay agenda, es una chica moderna en muchos sentidos: espera tener una carrera, y el trabajo de secretaria es solo un paso en su camino. Muestra interés en la publicidad, no está planeando una carrera como secretaria. Hay una sugerencia de que, al ser un poco más joven, es también un poquito más libre que Peggy, Joan y Betty.” La misma Paré es realista sobre su rol en el show al admitir que “podría estar fuera el próximo guión”. Sabe que lo que significa ser señalada como la próxima gran cosa y luego pasar largos períodos ganándose la vida con apariciones como invitada en TV.

“Solo tener este trabajo es más de lo que podría decir de un largo tiempo –dice la actriz–. Lo que aprendí con Stardom es que conseguir un logro en la actuación no se obtiene con un gran golpe, sino con una serie de ellos. Para gente que no tiene que audicionar y puede financiar sus proyectos debe ser precioso, pero solo hay un pequeño porcentaje que puede hacerlo. Cuando no trabajaba tenía que mantenerme haciendo cosas, así que pasé mucho tiempo tratando de escribir, aunque no soy muy buena. Intenté tejer, pinté, aprendí a hacer crochet, intenté la jardinería, cocinar... fue bueno, pero obviamente no me gusta estar desempleada.” Si el futuro de Calvet resulta teniendo poca cuerda, Paré igual está agradecida por su tiempo en el set. “Estoy fascinada por ser parte de este show. Para mí no hay lado malo en esto. No, hay que decir que tengo una suerte increíble no solo de estar trabajando, sino de estar trabajando en Mad Men. Es una de esas cosas que serán siempre una pluma en tu sombrero”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Don Draper (Jon Hamm), Megan Calvet y Roger Sterling (John Slattery), frente a la nueva temporada.
 
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