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Miércoles, 27 de agosto de 2014

TELEVISION › BREAKING BAD FUE LA GRAN GANADORA EN LA 66ª EDICIóN DE LOS EMMY

Cena de gala en Los Pollos Hermanos

La serie creada por Vince Gilligan se llevó el triplete para sus actores, la dirección y el premio mayor: mejor drama. Otros galardonados fueron Julia Louis-Dreyfuss, Modern Family y Fargo. Fue emotivo el homenaje de Billy Crystal al fallecido Robin Williams.

 Por Federico Lisica

“MTV todavía tiene una premiación a videos musicales aunque ya no pasen videos musicales. Eso sería como que las cadenas de tevé tuvieran unos premios para darle estatuillas al cable y a Netflix. Eso sería muy raro, ¿por qué lo harían?”, bromeó Seth Meyers en su discurso de apertura como maestro de ceremonias de la 66ª entrega de los Emmy. Y justamente un programa de una señal de cable, Breaking Bad (original de la AMC), resultó el gran ganador de la noche del lunes, llevándose cinco estatuillas. Los intérpretes y realizadores de la comedia Modern Family también subieron varias veces al estrado del Nokia Theatre de Los Angeles. Los grandes perdedores fueron Game of Thrones y True Detective, ambos productos de HBO, ya que sólo el segundo pudo alzarse con un premio (mejor dirección en drama). La serie épica, por su parte, contaba con 19 nominaciones, pero no pudo triunfar en ninguna de las categorías en que competía. Lo mismo para Netflix: la plataforma audiovisual web por ahora es reconocida por sus productos (Dexter, Orange is the New Black y House of Cards sumaban 31 nominaciones), pero no pudo festejar anteayer en la gala mayor. Lo cual podría tomarse como un indicativo de los parámetros actuales y de los ánimos de renovación de la tevé norteamericana.

La última fiesta de la tevé de ese país demostró, eso sí, sus intentos de sacarse el corset y abrirse a públicos globales en la mayoría de sus segmentos (no en todos). Fue algo que Seth Meyers le había adelantado a Página/12 en la entrevista publicada el lunes pasado. En poco menos de tres horas de duración, con una dinámica precisa, caras en su gran mayoría reconocibles para el público local (fuese en los premiados o presentadores), se resolvieron las 26 categorías. Durante el primer segmento de la velada se percibió el espíritu de eso que llaman “industria del entretenimiento”, tanto por Meyers con sus chistes afilados y cortos como una navaja suiza como por la buena predisposición de los invitados que desde las butacas se daban a la “espontaneidad” de los gags. El mejor de todos fue cuando Bryan Cranston besó a Julia Louis-Dreyfuss, que acababa de ganar su Emmy como mejor actriz en comedia. Minutos antes, al presentar otra categoría, habían recordado el paso del actor con un papel menor en Seinfeld como novio de Elaine. Por lo prefabricado, el mayor pifie fue el que tuvo a Sofía Vergara y al presidente de la Academia de la Televisión de Estados Unidos como protagonistas: mientras Bruce Rosenblum daba su discurso, la actriz colombiana era “obligada” a lucir su cuerpo. Otro al que tomaron de punto fue a Matthew McConaughey. El rubio tejano resultó objeto de las burlas por ser sapo de otro pozo, “una auténtica estrella de cara de cine y no de tevé”, dijo alguien. Nominado por su papel en True Detective, iba por el record de ser el único actor en ganar en los protagónicos del Globo de Oro, Oscar y Emmy en un mismo año. Pero no pudo ser.

Promediando la ceremonia, la risa cedió a la circunspección con el segmento In Memoriam y el recuerdo de Robin Williams. Billy Crystal contó anécdotas en tono agridulce. “Era único, inigualable, totalmente talentoso. Es difícil hablar de él en pasado porque sigue muy presente”, dijo. Luego se proyectó un video con pasajes de su trayectoria en tevé, donde se omitió su paso por Mork & Mindy y se privilegió su tan mentada improvisación.

Quedaba lugar para los últimos premios y allí fue cuando la guitarra slide de la canción de apertura de Breaking Bad sonó en cinco ocasiones (triplete en las categorías actorales, mejor guión en drama y mejor serie dramática). Con felicidad, e innegable melancolía, fueron pasando las palabras de Aaron Paul, Anna Gunn, Bryan Cranston y el creador del programa, Vince Gilligan: “Gracias por esta despedida a nuestro programa. Han sido muy amables con todos nosotros”, sentenció. Era momento de cerrar las cortinas, increíblemente, tres minutos antes de lo pautado. Ya habían pasado los premios, las bromas y hasta los momentos musicales. Incluyendo uno de Weird Al Yankovic, otrora rey de las parodias de videos musicales en los ’80, que entregó su pastiche pop en formato canción de las series que habían sido nominadas.

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Los actores de Breaking Bad Aaron Paul, Anna Gunn y Bryan Cranston, con las manos llenas de Emmy.
Imagen: AFP
 
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