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Viernes, 20 de noviembre de 2015

ENTREVISTA

El mapa de las cicatrices

La Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y Homicidios Agravados por razones de género se prepara para presentar sus primeros datos en concordancia con el Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres, el próximo 25 de noviembre. Su puesta en marcha se aceleró como uno de los efectos inmediatos de la movilización Ni Una Menos y suma a la revisión de expedientes judiciales entrevistas en profundidad con familiares de víctimas, que ayuden a develar cuándo un homicidio tiene detrás una historia de violencia machista, que el Poder Judicial tiende a invisibilizar.

 Por Irupé Tentorio

Cuando durante el mes de mayo de este año la consigna Ni Una Menos empezó a viralizarse por las redes sociales a fuerza de fotos de personas famosas que se sumaban con su imagen y carteles manuscritos para suscribir esas tres palabras que fraguaron en una masiva manifestación contra la violencia machista y su expresión más cruel, los femicidios, se elaboraron los primeros cinco puntos de una serie de demandas, muchas de las cuales, de frente al Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres –el próximo 25–, todavía siguen vigentes. En aquellos primeros cinco puntos estaba el que exigía la creación de un registro único de femicidios que permitiera después la elaboración de políticas públicas adecuadas para prevenirlos. A poco de pasada la histórica movilización del 3 de junio, se dio a conocer la flamante Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y de Homicidios Agravados por el Género, bajo la órbita de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que depende del Ministerio de Justicia. Ana Oberlín, directora de Asuntos Jurídicos de la misma Secretaría lidera desde el 5 de junio el equipo de esta Unidad, con el objetivo de visibilizar a nivel nacional la violencia machista en nuestro país y de rastrear expediente por expediente cuándo hay un femicidio que no ha sido calificado de esa manera, ya que usualmente (aunque cada vez más) el aparato judicial no lo toma como tal y no rastrea ciertos elementos que para esta Unidad, tal vez, son de gran relevancia. Su trabajo es intervenir aportando datos clave para que en dichas causas judiciales los y las fiscales y jueces logren encarar una investigación con mirada de género.

La metodología para armar su base de datos actual se va modificando a partir de las entrevistas con los familiares de las víctimas mujeres y también cotejando con las demás bases de datos que otros organismos vienen llevando a cabo, para visibilizar lo que el resto no logra poder ver. “Nuestro trabajo se dio a conocer después de la enorme convocatoria de Ni Una Menos, pero lo cierto es que ya veníamos trabajando desde septiembre del 2014 junto al Consejo Nacional de las Mujeres, organizaciones civiles y ONG, como por ejemplo, la Casa del Encuentro” dice Oberlín.

En esta entrevista, junto a Claudia Silva y Claudia Perugino, quienes forman parte del equipo, se intenta revisar el trabajo inicial y la organización de la Unidad para comunicar la problemática y proponer cambios en la actual agenda de género, antes de presentar los primeros datos oficiales que se darán a conocer el próximo 3 de diciembre.

¿En qué consiste la Unidad de Registro de Sistematización de casos de Femicidio y Homicido Agravado por violencia de género?

Ana Oberlín –En junio de 2014 la Secretaría de Derechos Humanos y el Consejo Nacional de las Mujeres crearon el Registro de sistematización de casos de femicidio y homicidio agravado por razón de odio en género. Decidimos hacerlo en el ámbito de la Secretaría de Derechos Humanos para visibilizarlo como un problema de derechos humanos y no dejarlo como una problemática que sea únicamente de mujeres. Los femicidios son una violación de derechos humanos. Son crímenes que no tienen que ver con una lógica violenta personal solamente, aunque puede formar parte, sino que tiene que ver con una problemática cultural dentro de una cultura machista y patriarcal como la nuestra. Esta es la fundamentación de porqué lo encuadramos dentro de las políticas de Derechos Humanos. No es una cuestión entre femicida y mujer, sino cultural y social.

¿Cómo armaron su base metodológica? , ¿Qué tiene en cuenta?

Claudia Perugino: Empezamos haciendo una investigación respecto a los registros que ya existían en otros organismos del Estado que también estaban trabajando con femicidios o violencia de género y también qué era lo que estaban relevando. Cuando nos llega el informe del femicidio además de incorporarlo a nuestra base de datos, armamos una investigación. La idea es hacer un análisis cualitativo, que suma al cuantitativo ya que apuntamos a hacer un análisis más minucioso de cada caso, porque es importante estudiar si hubo un historial de violencia previo, si ese historial fue desatendido o hubo fallas por parte de todos los factores o herramientas que brinda el Estado. El equipo no está en busca de juzgar a las diferentes instituciones que venían trabajando la violencia machista, sino que es prevenir asumiendo la responsabilidad de todos los niveles del Estado en relación a lo que está sucediendo para que dejen de suceder femicidios.

¿Con qué organismos hicieron redes?

A.O. –Con La Defensoría del Pueblo y de la Nación, con la Procuración General de la Nación, con el INDEC que desde el 2012 está haciendo estadística sobre violencia de género, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema, con el Ministerio de Seguridad que nos brinda información del área policial. Nuestra intención es saber cómo se estuvo registrando y qué metodología aplican; y por supuesto con la Casa del Encuentro, compañeras que vienen relevando hace muchos años los femicidios a partir de noticias en los medios de comunicación.

¿Qué datos toman para armar esta base metodológica sobre femicidios?

Claudia Silva –Entre las cuestiones fundamentales de esta base se encuentran los datos judiciales respecto de lo que hace el Poder Judicial sobre los femicidios, porque es muy importante ver qué respuesta se da desde la Justicia. También tenemos en cuenta la edad de la víctima, si fue un femicidio directo o vinculado, si la víctima tenía hijxs, si trabajaba o su fuente de ingreso era propia o no, si administraba los ingresos o no, si contaba con una cobertura sanitaria, qué tipo de cobertura, si tenía una discapacidad o no. Esta base no se queda únicamente en el dato duro de la cantidad. Apuntamos también a datos cualitativos, por eso ampliamos mucho más allá del lugar donde fue el femicidio, o qué pasó en ese momento. Porque la idea es reconstruir la historia de vida de estas mujeres ya que hay muchos datos que no aparecen en el expediente judicial, por eso son muy importantes las entrevistas que hacemos a su familia que son quienes pueden dar cuenta de lo que no está escrito en el expediente, que muchas veces declaran si hubo denuncias anteriores, si existió maltrato anterior, si había una relación particular o no. En el imaginario de la sociedad siempre se vincula el femicidio con una relación en pareja y muchos casos no se dan en ese marco y son femicidios igual. Nosotras trabajamos constantemente en la base, es decir, que muchas veces a partir de las entrevistas, o lo visto en los expedientes modificamos o sumamos datos a tener en cuenta.

Además de las redes que tienden con los demás organismos del Estado ¿de qué otra manera llegan a la Secretaría de Derechos Humanos los hechos sobre femicidio?

A.O. –Hay muchos que llegan a otras instituciones y organizaciones, por ejemplo la de las mujeres en situación de prostitución que nos comunican de diferentes organizaciones y además tomamos datos de lo que comunica la prensa, como así también de la línea 144. Hay que tener en cuenta que muchos de los familiares de las víctimas se acercan a la Secretaría de Derechos Humanos por medio de algún movimiento barrial, es decir desde lo territorial, desde ese trabajo militante que hacen las mujeres en cada barrio.

¿Incluyen datos de femicidios de mujeres trans?

C.P. –Nos alcanzaron datos la CHA (Comunidad Homosexual Argentina). Ellos nos entregaron un informe con estadísticas de casos terribles. Además de los que relevamos por nuestra cuenta.

¿Cuál es el recorte temporal que ustedes tiene en cuenta?

A.O. –Desde diciembre de 2012, que es el momento en que se incorpora como agravante el artículo 80 inciso 11 a diciembre del 2015, reconstruimos hacia atrás porque se incorpora la figura penal.

¿Qué pudieron encontrar en los expedientes judiciales de víctimas de femicidios que no estaban catalogadas así y sí como homicidio? ¿Por qué creen que suceden estas irregularidades?

A.O. – Hay casos donde en el expediente aparecen como suicidios y en realidad son suicidios inducidos, o aparecen como accidentes de tránsito pero en realidad hay un femicidio. Nosotras partimos de la base que ésta es una sociedad patriarcal. El Poder Judicial es patriarcal, misógino y machista. Existe una fuerte impronta de no escuchar a las mujeres y de no creerles el relato. En función de estos hechos, creemos que hay tantas denuncias previas no escuchadas donde creyeron en la versión del varón.

C.P. –En muchos de estos femicidios, los únicos testigos son los hijos e hijas que muchas veces son pequeños, y surge el cuestionamiento de si hay que interrogarlos o no, y en estos casos, la recolección de datos es muy compleja porque cunden en la intimidad. Muchas de las víctimas tenían otorgada la medida de protección y sin embargo el acusado no la respetó. Esas medidas no son controladas por parte de la Justicia, entonces son violadas sistemáticamente.

¿Hay formas de femicidios que se repiten más que otras?

C.S. –Después de casos puntuales que son visibles en los medios, se repite la modalidad. Por ejemplo el caso Wanda Taddei, también el suicidio de los femicidas. Lo que nos impactó mucho cada vez que entrevistábamos a la familia de la víctima es que se repitió el relato sobre que eran mujeres muy alegres, la alegría de las fiestas, las que bailaban, cantaban. Mujeres muy expresivas. Todo lo contrario de lo que se suele decir en base a que “le faltó carácter, o era una mujer sumisa”.

¿Cómo está compuesto el equipo?

A.O. –Es multidisciplinario, hay sociólogas, psicólogas, antropólogas, abogadas, comunicadoras, informáticas y muchas militantes en temas de género o derechos humanos. El equipo que se formó tiene múltiples miradas que son las que creemos que hacen falta. Estamos diseñando una política pública eficiente a la hora de prevenir un femicidio y ése es nuestro objetivo, y lo queremos hacer con la seriedad de una investigación a la altura de las circunstancias. Estamos trabajando con muchas organizaciones, organismos, universidades.

¿Las provincias colaboran entregando datos regionales sobre femicidios?

A.O. –Es bastante desigual. Lo que sí existe es desde noviembre de 2014 un compromiso de colaborar con esta nueva Unidad. Lo que estamos haciendo es armar convenios con cada Poder Judicial de cada provincia de la Argentina para obtener sobre todo la información judicial. El primer convenio lo firmamos con Salta, fue la primera provincia que mostró voluntad en aportar datos sobre esta temática, incluso antes del 3 de junio. que fue cuando nuestro trabajo tuvo mayor visibilidad.

Cuáles son las provincias con más femicidios?

C.S. –De momento, Córdoba. Hay regiones donde se concentran más que otras. Pero los datos más precisos lo vamos a dar a conocer el 3 de diciembre.

Desde el momento en que iniciaron la base de datos cuantitativa y cualitativa, ¿qué evaluación pueden hacer?

A.O. –Podemos decir que pensamos un registro con características particulares y una de ellas es la entrevista a los familiares. Nosotros vemos todos los expedientes, porque en este tiempo nos encontramos con causas no caratuladas como femicidio, o abandono de persona seguida de muerte, que a raíz del análisis y de la entrevista con la familia llegamos a la conclusión de que eran femicidios. El registro no sólo tiene el trabajo de contabilizar a las víctimas de femicidio sino ver en qué lugares hay mecanismos más aceitados, en qué lugares falta políticas públicas y en función de este registro hacer las propuestas pertinentes. Hay distintas formas en que se presenta un femicidio y lo importante es trabajar en todas. La hipótesis es que aumentaron, pero tampoco podemos saber porque no existía ningún registro oficial. No existía tampoco una figura penal específica. Toda esa información se vuelca en esta base que construimos, y una vez que presentemos nuestros resultados vamos a proponer a los distintos poderes desarrollar o ajustar diferentes políticas públicas que servirían para prevenir los femicidios.

Luego de dar a conocer los resultados finales del período que relevaron ¿Tienen propuestas para los organismos del Estado pertinentes?

A.O. –En términos generales, podemos decir que vamos a elevar propuestas a los tres poderes del Estado en relación a algunas cuestiones que deben ser tomadas en cuenta. Y luego específicar para algunas provincias, por ejemplo algunas no tienen un protocolo para actuar ante los femicidios: el equipo de esta Unidad cree necesario que lo tenga. Todas nuestras propuestas serán comunicadas a todos las áreas responsables a nivel nacional y provincial, como lo estamos haciendo. Es importante involucrar al Ministerio de Seguridad, porque muchas veces la policía no trabaja correctamente en ciertos casos, también en fiscalías. Entre tanto no logremos obtener una sociedad más igualitaria, difícilmente logremos acabar con los femicidios.

C.P. –Ojalá este registro logre visibilizar qué efecto tienen las políticas en prevención sobre violencia de género que el Estado pone en práctica, si en ciertas provincias disminuyen los casos de femicidios probablemente dichas políticas sean exitosas. Algunas provincias tiene el botón de pánico. Si funciona o no funciona, ahora lo podemos saber a medias, esperamos que con más datos esta evaluación sea más certera, por ejemplo. l

Para aportar datos sobre femicidios comunicarse a la Unidad de Registro,

Sistematización y Seguimiento de Femicidios y de Homicidios Agravados por el Género  [email protected]. (011) 5167-6500, interno 6646 / 6570. Por intermedio de ambos canales se receptan denuncias de casos de femicidios ocurridos a partir de diciembre de 2012 hasta la fecha.

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Imagen: Constanza Niscovolos
 
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