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Viernes, 22 de julio de 2016

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La teta que ofende

 Por Flor Monfort

El año pasado circuló una noticia en las redes sociales que aseguraba que se había aprobado en México una ley para penar con cinco años de cárcel a las mujeres que dieran la teta en público. Al tiempo se aclaró que la iniciativa había salido del entorno del diputado del PRI Oscar García Barrón, pero él lo negó y dijo ser víctima de una operación en su contra. Rápido de reflejos, se dice que Barrón testeó su ideíta usando Internet como laboratorio y que el repudio fue más fuerte que su impulso conservador y misógino de castigar mujeres por dar de mamar ante los ojos del mundo. Pero Barrón no estaba solo con sus deseos: hace pocos meses la revista Proceso publicó un video en que una mujer es hostigada por una pareja que encuentra aberrante el hecho de que saque sus tetas al viento para alimentar a su hijo. “¡Hay niños señora, los pechos no se exhiben, esto se hace en la casa!”, grita la representante femenina del dúo que hace bullying a esta madre que apenas puede meter bocado entre tanto alarido; en el medio, un bebé de pocos meses sufre la violencia de la escena, pero sobre eso nadie dice demasiado.

La resistencia a que dar de mamar sea considerada un acto exhibicionista (entre la variedad de escotes y pezones que cada vez que se “escapan” accidentalmente de sus lugares son noticia, si de una celebrity se trata) es cada vez más grande, prueba de eso son las diputadas que van a sesión con sus hijxs, como Camila Vallejo en Chile, Carolina Descansa en España o Victoria Donda acá en Buenos Aires y dan la teta mientras hablan en público, pero parece que el gesto no alcanza, nunca alcanza, para que la locura colectiva con el amamantamiento, o hilando más fino, con la autonomía de nuestros cuerpos, no haga su aparición de los modos más extraños.

La semana pasada, Constanza Santos, de 22 años, fue abordada en San Isidro por dos policías que la amenazaron con detenerla luego de pedirle documentos de ella y su bebé de nueve meses que osaban con exhibirse dando-tomando la teta. Las mujeres de uniforme citaron una ley fantasma que, como la de México, penalizaría el amamantamiento en la vía pública, como para seguir uniendo en el aire sincronicidades varias que multiplican los sentidos de los “ofendidos”: no sólo hay quienes se acercan a los pares mamá-bebe para pedirles que sus hijxs dejen de mamar (aunque una mujer puede lactar a unx que no sea su hijx biológico) sino que desde el Estado se baja una línea restrictiva y moralizante, que censura cualquier gesto de disidencia. No es casualidad que México y Argentina sean países gobernados por representantes de una descarnada versión del neoliberalismo que tiene en las fuerzas de seguridad un aliado seguro a quienes ni siquiera tiene que adoctrinar demasiado: el odio está ahí, esperando oportunidad de salir a la superficie, como en el caso del hombre que fue bajado de un tren por portar un cartel que decía “Macri mentiroso”, o del 9 de julio celebrado con un desfile militar digno de las épocas más nefastas de nuestra región, sólo por nombrar dos manifestaciones de esta reacción política que aprieta y señala con saña, como advirtiendo que lo que viene puede ser mucho peor.

Después de irse del lugar, humillada incluso por otro grupo de policías varones a quienes increpó por el delirio del amedrentamiento, Constanza recorrió comisarías y fiscalías para radicar una denuncia, pero la chance le fue negada porque finalmente, de qué se quejaba tanto si no había recibido ninguna agresión física. Entones vino el descargo en Facebook y la reacción en cadena de miles de personas, trama de la que nació el #pique-tetazo organizado para este sábado. Pero más allá de la saludable respuesta de tantxs, ¿es posible que alguien presente una ley de las características que improvisaron las policías? ¿Por qué la exhibición pública del cuerpo de una mujer dando la teta molesta tanto? ¿Cómo conviven estos debates con las políticas de privacidad de los espacios virtuales donde se dan, que censuran automáticamente un pezón cuado alguien comparte una imagen que lo muestra? Mientras algunxs discutían la ineficacia de una acción como el tetazo, por ingenuo o pequeño, otrxs insisten con que la lactancia es un acto privado y que mostrarlo es asqueroso, repudiable, un insulto al resto de la gente, como una señora que amenazó a esta cronista por arengar la iniciativa colectiva en la red social de pajarito.

Para la doula Melina Bronfman, ferviente defensora de la lactancia a demanda y creadora del método Materpater, “si indagamos un poquitito más en la historia de cada persona que rechaza el amamantamiento nos daríamos cuenta de que quienes suelen tener una actitud de intolerancia en su historia personal no han tenido contacto con esta experiencia. Dicho de otro modo, es una ostentación de una experiencia sumamente placentera ante sus ojos y no la pueden tolerar, no pueden tolerar su propia carencia. Por eso cada vez que me encuentro con alguien que tiene esta actitud siento compasión por esa persona, que por muchas razones recibió una pésima atención sanitaria y con separación adrede de su madre, con instalación de leche de fórmula que tiene más que ver con el marketing que con otra cosa. Lamentablemente, tenemos una población que tiene una experiencia de amamantamiento muy pobre. Gracias a la información y el instinto de las mujeres cada vez esto se está revirtiendo un poco más”, dice y recuerda la ley con la que sí contamos, la 26.873 de Lactancia Materna, que da cuenta de la importancia del amamantamiento y habla de la promoción y concientización pública de la lactancia materna, en concordancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para Raquel Vivanco, coordinadora Nacional del Movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), “amamantar es nuestro derecho y solo requiere de un espacio respetuoso y sin prejuicios”. Espacio por el que, una vez más, tendremos que poner el cuerpo para hacer valer, abrazarnos en un grito que nos respalde de frío (real e institucional) y como es necesario lo haremos en tetas.

El #Tetazo se va a replicar en el lugar del hecho (centro comercial de San Isidro), Rosario, Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, La Plata, Bariloche, Paraná, Trelew, Misiones y otras ciudades del país, este sábado 23 de julio a las 15.

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