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Viernes, 20 de noviembre de 2009

VIOLENCIAS

La doble ausencia de Carolina

Ayer comenzó en Santa Fe el primer juicio oral por un caso de trata de personas con fines de explotación sexual después de sancionada la nueva ley que considera a este delito como federal. Una de las víctimas, una niña que acaba de cumplir 14 años, todavía está desaparecida.

 Por Sonia Tessa

Carolina tiene 14 años. Los cumplió en agosto, cuando ya había sido captada por una red de trata que, en primera instancia, la llevó a un prostíbulo bonaerense. Hasta el año pasado vivió en los márgenes de Coronda, una pequeña ciudad ubicada a 50 kilómetros de Santa Fe, que siempre vivió del cultivo de frutillas, pero ahora también es tierra de soja. El 20 de diciembre, una mujer llamada Julia Núñez se la llevó prometiéndole a su madre conseguirle un trabajo como empleada doméstica en la capital de la provincia. Poco después, otra chica captada por la misma red, Viviana Ruiz, de 19 años, la vio en el prostíbulo Mimo, de América, en la provincia de Buenos Aires, cerca de Trenque Lauquen. A ella también la había captado Núñez, en febrero, con idéntica promesa. Y Juan Ramón “el Pollo” Rojas la mantenía cautiva con amenazas sobre la vida de su pequeña hija. Pero Viviana logró desembarazarse del proxeneta y volvió a Recreo, otra pequeña y pobre ciudad, aún más cercana a Santa Fe. Tras una primera denuncia de la mamá de Carolina, la policía de Coronda ubicó a la niña –todavía de 13 años– y la internó en la Casa de la Joven, una institución de Santa Fe, de donde la chica –según la versión oficial– escapó por los techos.

El primer juicio oral –pero no público– con la nueva ley de trata de personas que se realizará en la provincia de Santa Fe comenzará el jueves próximo. La única acusada es la “captadora”, ya que el proxeneta estuvo prófugo hasta fines de octubre, de modo que su parte de la causa continúa en etapa de instrucción. Y la Asociación Civil Las Diversas, que batalla continuamente para interesar a los poderes públicos en el tema, exige que se investigue a fondo, para llegar a las responsabilidades más altas de la red. Carolina sigue desaparecida, al igual que otras 32 chicas en toda la provincia.

Mientras la policía provincial y el poder político miran para otro lado, Núñez es parte de una red de trata que opera en la ciudad de Santa Fe, considerada un importante vértice de las redes que circulan por todo el país. El relevamiento de la Asociación Civil Las Diversas, que trabaja en temas de trata, indica que existen 32 chicas desaparecidas en la provincia. Según los datos de la diputada nacional e investigadora del tema, Fernanda Gil Lozano, consideró que la situación en la provincia es “particularmente crítica” y subrayó la inacción policial. “Generalmente, en las comisarías no toman las denuncias por trata, las desestiman diciendo que se escaparon con el novio”, relató la legisladora. Según el informe “Trata, trato y corrupción en la Argentina”, que elaboró Gil Lozano, “de las provincias de Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos provienen los proxenetas más importantes que operan en las redes de trata, algunos de los cuales regentean hasta 30 mujeres que alquilan a distintas whiskerías del país y a las que van rotando”.

En el caso puntual que irá a juicio esta semana, y que tiene a Núñez como única acusada, además de Rojas, también participa un hombre que está preso en la cárcel de Las Flores, Héctor Rousselot, que se comunicaba con la rufiana a través del celular que le prestaba un guardiacárcel, Jorge Mauricio Toledo. Claro que desde Las Diversas consideran que “éste es el principio de una cadena, hay que encontrar al pez gordo. Rojas es proxeneta, pero estamos segura de que trabaja para otros”, indicó Silvina Sierra, de la ONG.

La Asociación Civil Las Diversas exigió a la Justicia que “sostenga la investigación para dar con el paradero de Carolina”, al tiempo que exigió que la investigación de los implicados en la causa los tome como el “primer eslabón de una cadena que lleve a las cabezas de esa red de prostitución. Requerimos, por tanto, se investiguen todas las denuncias por desaparición de personas recibidas en comisarías y demás dependencias de la provincia”.

Gil Lozano indicó que la situación en Santa Fe es crítica y las integrantes de Las Diversas pueden comprobarlo cada domingo, cuando realizan actividades públicas para alertar sobre la trata. “Es muy común que se nos acerquen personas a contarnos que secuestraron a alguna chica del barrio, o que hay un auto dando vueltas, sacando fotos. Esto está generalizado”, dijo Sierra, quien puntualizó que “hay algunos secuestros, pero en general, lo hacen a través de propuestas amorosas. Cuando las chicas son más grandes, también con promesas de trabajo. Con las adolescentes, generalmente lo hacen a partir del noviecito. Y son chicas humildes”, dijo la activista feminista.

Carolina es humilde. La primera denuncia sobre su desaparición la realizó su madre, Carmen Acosta, en la comisaría de Coronda, a fines de diciembre del año pasado. La comisaria Sonia Acosta se hizo cargo de la búsqueda. Pero el rompecabezas recién empezó a armarse cuando Viviana Ruiz –que fue captada y retenida bajo amenazas– dijo haber visto a la chica en el mismo prostíbulo donde la tuvieron a ella y eso permitió avanzar en el juicio de trata.

¿Cómo logró escapar Viviana? Según relata el periodista santafesino Héctor Galiano, el Pollo Rojas recibió un llamado de Santa Fe donde la decían que llevara a Carolina porque el asunto “estaba complicado”. En un descuido del proxeneta, Viviana tomó su celular y llamó a su madre para contarle lo que estaba pasando. Llamó también al 101 de la policía de América, donde los agentes llegaron, le tomaron declaración a Ruiz, a otras chicas explotadas y al dueño del local. Claro que las redes no actúan sólo sobre el cuerpo de las mujeres que captan. Durante todos los meses que su familia la buscó, Carolina se comunicaba con su hermana, de 29 años. Con ella tiene relación la Asociación Civil Las Diversas. “Siempre estuvimos al tanto porque Carolina se contactaba con la hermana, nosotras tratábamos de hacer rastreo de llamadas, de movilizarnos. En las primeras comunicaciones le pedía a la hermana que retirara la denuncia, que de otro modo no la iba a ver más. Siempre estaba apurada, cortaba enseguida”, relató Sierra. Poco después, la hermana de Carolina recibía llamadas de Rojas, quien la amenazaba para que retirara la denuncia y le decía que le iba a devolver a su pequeña hermana por un tiempo, aunque después él la iba a cuidar. “La hermana dice que los responsables fueron la rufiana y el proxeneta”, puntualizó Silvina. Atemorizada, la hermana prefiere no exponerse a los medios y esperar el juicio.

Lo intrincado de la trama de las redes de trata se ve en las vueltas de esta causa. El 19 de febrero, Carolina se presentó ante la jueza de Menores de la provincia, Susana Giordano de Bilicich, que tenía la causa por su desaparición. Le dijo que no quería volver a su casa porque su padre y sus hermanos “la fiolaban y abusaban de ella”. También dijo que conocía al Pollo Rojas porque era amigo de su novio, y de confianza. Con el fierro caliente en las manos, la magistrada optó por remitirle las actuaciones a su colega Jorge Patrizi, quien internó a la chica en una institución. La versión oficial dice que la niña se escapó, pero Las Diversas tienen sus dudas. “La familia niega que se haya ido por su propia voluntad. Planteamos que no tuvo protección, se la llevaron de ahí porque es un lugar de puertas abiertas, sin seguridad. Esa es la convicción de la hermana, que siempre le reclamó al juez”, indicó la integrante de la ONG.

A partir de la ley aprobada en abril de 2008, la trata de personas es un delito federal. Y fue por eso también que el juez Patrizi giró lo actuado en el caso de Carolina, esta vez al juez federal Francisco Miño. Allí se unieron las historias de Carolina y Viviana, ya que las dos fueron captadas por la misma mujer, llevadas por el mismo proxeneta y compartieron el prostíbulo. Como la única detenida, hasta ahora, era Julia Nuñez, se elevó su parte de la causa a juicio oral, mientras Rojas seguía prófugo. El 29 de octubre pasado tenía que comenzar el proceso, pero la defensa oficial objetó que no hubiera asesor de menores para representar a Carolina. Porque se tratan hechos relativos a una menor, el Tribunal decidió que el juicio sea oral, pero a puertas cerradas.

La niña continúa desaparecida.

LA RESPONSABILIDAD POLITICA

La Asociación Civil Las Diversas responsabilizó al gobernador Hermes Binner y a la vicegobernadora Griselda Tessio por la impunidad. Recordaron que Tessio debe dar explicaciones por el caso Gamarra-Ojeda, de 2006, donde se cerró una causa sin tener en cuenta la evidente coacción que sufrieron las dos víctimas de trata —que lograron escapar de un prostíbulo en Córdoba, pero una vez en Santa Fe retiraron la denuncia después de un segundo secuestro que duró dos días—. “A pesar de varios pedidos de audiencias solicitadas por nuestra parte con intención clara de diálogo para plantear la situación de Santa Fe respecto de la Trata, nunca fuimos recibidas”, indicó la ONG que combate la trata en la provincia. Binner las derivó al Ministerio de Trabajo. “Es ahí cuando el ministro Carlos Rodríguez plantea que la solución para terminar la Trata es reglamentar la prostitución, a pesar de ser Argentina un país abolicionista de la prostitución. También derivó nuestro pedido al ministro de Justicia, quien nunca nos recibió”, dijeron alarmadas Las Diversas.

En cambio, Tessio las recibió el 28 de octubre, el día anterior al primer comienzo previsto para el juicio oral y público. Aunque no les dio respuesta, sí se refirió al cierre del caso Gamarra-Ojeda en 2006. Dijo que se debió a una decisión del juez y argumentó también que entonces la trata no era un delito federal. “Pero lo cierto es que pasaron cuatro años y nadie buscó esclarecer nada”, apuntó ahora Silvina Sierra, de Las Diversas.

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