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Viernes, 10 de diciembre de 2010

MEDIOS

Si, toca botón

Se llama Clítoris y es una revista de historietas que, seductoramente y desde la portada, propone “exploraciones varias”, ¿hace falta algo más para pasarse la lengua por los labios celebrando lo que vendrá? Sí, saber que es un proyecto de mujeres creadoras, deseantes, agitadoras de discursos propios que van a hablar en cuadritos de eso que nos afecta a todas: el aborto, la violencia sexual, el reparto de tareas y un largo etcétera que no se agota en los padeceres sino que se extiende también en los placeres.

 Por Elisabet Contrera

Ellas no quieren aparecer como la madre devota ni la esposa servicial. Tampoco como la puta del barrio ni la compañera de aventuras. Quieren ser mujeres deseantes, pensantes y creadoras. No quieren ser parte del decorado, sino protagonistas y productoras de sus discursos. Romper con lo deglutido y consumido. Quieren transformar/se. Esas son las creadoras de Clítoris. Revista de historieta y exploraciones varias. Dentro y fuera de los cuadritos, ellas promueven otras miradas con menos rímel, más fuerza y más acción.

Clítoris es una revista de historieta dirigida y dibujada en su mayoría por mujeres, que habla de cosas que afectan a todas: el aborto, la violencia sexual, los femicidios, el reparto de tareas, el machismo, la discriminación. Hasta ahora su existencia es sólo virtual (http://revistaclitoris.blogspot.com), pero en pocos meses comenzará a circular su versión en papel.

Es que las chicas ganaron uno de los diez premios del Concurso Nacional de Revistas Culturales Abelardo Castillo, un certamen impulsado por el Ministerio de Cultura de la Nación que brinda incentivos económicos para la concreción de este tipo de proyectos. Así, el staff de Clítoris contará con un subsidio de 20.000 pesos que las incentiva, a la vez que compromete a lanzar cuatro números de la publicación. Por delante queda el intenso trabajo de edición y distribución de la revista.

Mariela Acevedo es investigadora en el área de Comunicación y Género de la UBA, militante feminista y directora de la revista. Su primera aproximación a la historieta fue a través de la investigación. Ella quería saber cómo aparecía la mujer en los cuadritos y tras el análisis llegó a las siguientes conclusiones: la mujer es representada por los varones; los varones la representan bajo dos categorías: madre-esposa y puta; el campo es comandado e integrado por lápices masculinos y las pocas mujeres que ingresan son relegadas a tópicos femeninos. En este contexto –remarca–, son las mujeres quienes a través de la acción pueden torcer el discurso dominante que impregna el mundo de las viñetas.

“Clítoris es una respuesta a esta situación”, sostiene Acevedo. “La idea es generar un espacio donde se cuente algo diferente. No hablar de cosas femeninas o de chicas, como la rutina, los novios, la maternidad, la depilación, los hombres o el gimnasio, sino rastrear otros tipos de discursos creados por mujeres que están al margen del campo, que quedaron afuera del canon, y que pueden encontrar en la revista un lugar para visibilizarse y debatir sobre los temas que nos importan”, agrega. Luego, aclara la consigna: “No queremos crear un ghetto, pero tampoco el suplemento de ollas y sartenes. La idea es hablar de nuestros derechos, de nuestras luchas, del feminismo”.

Con la fecha de presentación al concurso encima, en febrero pasado, Mariela abrió la convocatoria para sumarse al proyecto entre compañeras/os militantes. Así, el equipo incorporó a Hernán Bayón (editor), Romina Rodríguez (redactora), Ernestina Arias (fotografía), Florencia Pastorella y Paula Martínez (arte y diseño). Cada uno desde su lugar y su experiencia colaboró en la realización del número cero y en la búsqueda de las/os artistas.

No restringieron la búsqueda al campo de la historieta argentina, sino que fueron más allá y, por ejemplo, lograron sumar a la revista la obra de Aniel, una historietista madrileña creadora de la tira autobiográfica Anima Fragile (www.animafragile.blogspot.com). “Narra la historia de una transexual mujer cuyo cuerpo es vivenciado como extraño, por lo que aspira a realizar el tratamiento hormonal y quirúrgico que adecue su apariencia externa a su identidad de mujer, para poder así expresar su deseo sexual hacia otras mujeres”, se define en Clítoris. “Esta elección tiene que ver con nuestra postura contraria a buscar esencialismo en ser mujer y dar el debate sobre si se puede establecer quién es mujer y quién no, o en realidad una aprender a serlo”, explica Acevedo.

El número cero, con el que convencieron al jurado de la valía del proyecto, cuenta con tres humoristas gráficas. Una de ellas es Nani Mosquera. Nació en Colombia, pero reside desde años en España. Es autora de Magola, una mujer que vive las contradicciones de una treintañera en pareja que trabaja dentro y fuera del hogar. A través de su blog sobreviviendoenpareja.blogspot.com, las lectoras pueden seguir la lucha de esta mujer contra la explotación laboral, la discriminación a inmigrantes, y por los derechos de las mujeres, desde una mirada humorística.

Otro plumín extranjero es Cintia Bolio, mexicana, historietista e ilustradora autodidacta. “En sus páginas de humor se dan cita un abanico de temas como la política, la religión, el machismo de varones y mujeres, las formas que adquiere la soledad y la sexualidad a principios del nuevo siglo, el poder y la muerte, la ciencia ficción y la vida cotidiana”, así la presentan en la revista.

Y casi en la contratapa, y a modo de cierre, aparece Ana Von Rebeur, argentina, humorista, escritora y periodista. Fue redactora permanente de las revistas Humor y Sex Humor. En un extracto de una entrevista realizada por Clítoris, Ana plantea varios problemas que actúan para que haya pocas mujeres humoristas. “Por un lado, es cierto que el circuito está hegemonizado por editores, agentes, dibujantes y lectores que son mayoritariamente varones. Por otro, las mujeres que pueden destacarse lo hacen a partir de asumir ciertas formas de actuar masculinas. Por ejemplo, las que llegan a los espacios de decisión en las grandes empresas se comportan como tipo y compiten de forma agresiva, sin tener miedo de pisar cabezas”, explica.

¿Por qué hay pocas mujeres en el campo?, es una de las preguntas implícitas en la revista. La respuesta, por lo menos en el primer número, vendrá de la boca de Patricia Breccia, historietista argentina e hija del gran Alberto Breccia. Es una de las tintas invisibilizadas en la historia de la historieta argentina. A través de sus tiras Sol de noche y Sin novedad en el frente, publicadas a fines de los ’70 y comienzos de los ’80, Breccia se ganó un lugar en el movimiento feminista por cuestionar las formas de representación de la mujer y crear un propio lenguaje.

“Las mujeres de Breccia son distintas a lo que se veía (y se sigue viendo) en las historietas. Distintas porque recorren los espacios de otra manera y no se detienen a contemplar las acciones de un héroe. No son heroínas tampoco, son minas –como les dice Breccia– algo salvajes y algo asustadas, pero que actúan en medio de un clima opresivo que a veces se resuelve con ironía o simplemente, se interrumpe de golpe, como en un salto al vacío en el medio de la noche”, define Acevedo en un artículo.

Este proceso de construcción de nuevo discurso no es responsabilidad exclusiva de las mujeres. Una de las voces masculinas del primer número será Alan Moore, considerado un Dios entre los fanáticos de la historieta del mundo (entre sus muchas obras figuran Watchmen y V de Vendetta). La revista contará con parte de un ensayo en el cual critica el sesgo machista que impregna los cómics. “Queremos transformar el discurso”, remarca Florencia Pastorella, otra de las integrantes de Clítoris, licenciada en Artes de la UBA. “Si hay varones que cuestionen lo que cuestionamos nosotras bienvenidos sean. Apostamos a realizar una construcción colectiva”, sostiene.

La revista tendrá una salida trimestral y será distribuida en diferentes circuitos alternativos, como universidades, centros culturales, librerías, organizaciones feministas. “La idea es conseguir publicidad y que la revista se sostenga más allá del premio del concurso”, explican las jóvenes. Otra de sus metas es poder trabajar con la revista en las escuelas. “La historieta tiene un lenguaje lúdico y accesible, a diferencia de un texto académico de lo que es el feminismo. Nos va a permitir indagar y preguntar desde otro lugar”, remarca Florencia.

A través de la crítica, del ensayo, de visibilizar obras ocultas, del humor, del dibujo, las integrantes de Clítoris construyen un nuevo discurso y ubican a las mujeres de la historieta en otro lugar. El casting de artistas detallado en esta nota no está cerrado ni es el único. La revista está abierta a las y los artistas que crean y quieran trabajar por algo distinto.

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