En 1970 el japonés Kenzo Takada revolucionó la moda parisina con su estilo campesino sofisticado, colecciones coloridas que predicaron un modo de abordar las etnias y el crisol de estilos de Oriente y Occidente que cautivó a las intelectuales francesas y se diferenció de las prédicas burguesas de la alta costura.

Desde Jungle Jap, su primera boutique, innovó tanto con textiles impresos con flores, rayas y estampas escocesas como con las siluetas holgadas que recreaban morfologías orientales del kimono aunque con absoluto desparpajo y prédicas de hippie chic a las que sumaron modismos indumentarios de Sudamérica y Escandinavia.

Es vox populi que Kenzo creó un imperio de moda, del que se retiró a fines de 1990 para dedicarse a pintar (algunos de sus cuadros y el mismísimo Kenzo calzado con las emblemáticos geta, calzado japonés de los campos de arroz y de las geishas arribaron a una galería de San Telmo hace más de un año). La firma que integra el holding de LVMH desde 2004 continuó con el diseñador italiano Antonio Marras al frente del equipo creativo. Podría afirmarse que las colecciones más recientes carecían de la chispa que supo tener la firma y que los perfumes Flower fueron tal vez el máximo hit by Kenzo de las últimas temporadas. Con el furor tribal que impregna pasarelas, vidrieras y reportes de tendencias, en julio de este año los actuales dueños de la firma anunciaron la contratación de nuevos diseñadores y la búsqueda de “nuevos aires”. Se trata de Carol Lim y de Humberto León, conocidos en el circuito de la moda por ser los creadores de la tienda Opening Ceremony, con una casa matriz en Nueva York, una sucursal en Tokio, que conjuga interiorismo western con hogares victorianos y otra más reciente situada en Los Angeles.

Carol y Humberto crecieron en Los Angeles y se conocieron en la Universidad de Berkeley, él trabajó en The Gap y Burberry y ella fue asesora en inversiones y luego de compartir sus gustos por los últimos gritos de la moda y del arte en 2002 y de un viaje conjunto a Hong Kong decidieron armar una tienda propia que renovó la comunicación y las alianzas con diseñadores y artistas de todo el mundo.

Un video reciente que integra la nueva comunicación de Kenzo los presenta desde un jardín proclamando sus gustos por el color, las etnias, los viajes y las ricas comidas; el corto ilustra la frescura con que abordan la moda. También permite afirmar que la espontaneidad, el uso del color, la ausencia de toda pompa y de divismo son el valor más codiciado por las firmas multinacionales ante la recesión y el ineludible recambio generacional. La colección primavera 2012 de Kenzo por Lim y León tuvo buenas críticas y cautivó con morfologías de abrigos, vestidos mini y maxi, en tonos de azul, verde intenso, rojo con estampas de la selva, op art resignificado, sombreritos y gafas retro.

Sin duda, se remitieron a los archivos del inicio de la marca, cuando la tienda Kenzo estuvo ambientada con los climas de las pinturas de Douanier Rousseau, pero también a su buen ojo para detectar usos y costumbres e imponer tendencias y modismos.

Se impone mencionar que los actuales diseñadores de Kenzo acostumbran visitar Buenos Aires en tour de moda étnica y de gastronomía. Venden prendas tanto de Mishka, Pesqueira tm, Nadine Zlotogora, Li Torres y están en tratativas con Cecilia Gadea y varios otros diseñadores. En estos días su página web proclama “OC visita Argentina”, y entre la bandera blanquiceleste, emerge “El Mercadito”, un puesto de feria virtual que indaga en piezas rara avis en cuero, algo así como iconografía de la feria de Mataderos en versión hype. Así, entre los nuevos referentes de la moda americana e internacional, desfilan el folk y la vanguardia de Buenos Aires. Carol y Humberto no participaron del último viaje, estaban en París revisitando los archivos Kenzo e imprimiendo un desparpajo afín al que antaño supo tener la firma con raíces japonesas.

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