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Viernes, 16 de agosto de 2013

ESCENAS

La tragedia de la esquina

A diez años de su estreno, A mamá, la obra de Guillermo Cacace, reproduce con fuerza las paradojas del sometimiento, el patriarcado y un sistema que tabica la autonomía de las mujeres.

 Por Sonia Jaroslavsky

A mamá, escrita y dirigida por el actor y director Guillermo Cacace, se había estrenado en 2003. Hoy pasaron diez años y la reposición de esta obra realizada por CITA (Colectivo de Investigación Teatral Apacheta) fue la excusa perfecta para celebrar la primera década que cumple la Sala-Estudio Apacheta de teatro independiente. El espacio ha otorgado a la mujer un lugar fundamental. En la actualidad cuenta en su programación de artistas emergentes con tres talentosas mujeres. Julieta Abriola a cargo de Después de nosotros, Ana Laura Suárez Cassino con Mensajes al poblador rural y Lucila Eliascher con Gesta y suelta.

A mamá, que continuará en cartel durante todo este año, tiene referencias específicas al clásico La Orestíada de Esquilo. Sin embargo, el trabajo de Cacace demuestra que esas huellas no tienen por qué llevarnos al original. Los personajes se nombran Clitemnestra, Crisóstemis, Egisto, Electra y Orestes pero se trata de una familia que en vísperas del año nuevo evita confrontar con lo más siniestro de su realidad. No obstante, una de las hijas hará todo lo posible por vengar la muerte de su padre en manos de su madre y su padrastro... “Los personajes de A mamá –explica el director de Anfitrión, Bacantes, Sangra, nuevas Babilonias o Mateo, entre otras– son extraídos del clásico, tienen sus mismos móviles, atraviesan idénticas tensiones y luego se cargan de la subjetividad que les aporta esta especie de desterritorialización que los traslada a la actualidad y emplaza la tragedia en algún barrio del conurbano bonaerense.”

Con un elenco integrado por Paula Fernández, Clarisa Korovsky, Aldo Alessandrini, Iride Mockert y Gabriel Urbani, el trabajo con ellos –explica Cacace– consistió en improvisar situaciones que permitiesen desarrollar tensiones presentes en el material.

En diálogo con el director, éste indaga sobre su pieza y observa que desde un punto de vista contemporáneo la cuestión de género encierra en A mamá varias paradojas. Clitemnestra, la madre, al dar muerte a su marido corta el sometimiento al patriarcado que éste ejerce. Hasta allí se rescata de la opresión que sobre ella ejerce Agamenón, hipótesis que elige ponderar Marguerite Yourcenar en su libro Fuegos. “En nuestra versión la tragedia también reside en que ese rol, el rol de quien impone un relato unívoco y obtura la emergencia de otras voces, no puede quedar vacío. Entonces, Clitemnestra queda corrida de ese lugar en el que la coloca la autora francesa y pasa a formar parte de la cadena que reproduce lo más viciado del sistema. Sistema que impide a la hija pronunciarse en su deseo desde un espacio de autonomía. Electra está colocada en el lugar de ‘la falta’, pareciera que no puede porque no tiene algo, ese algo es el falo –símbolo de poder masculino– que sí tiene su hermano Orestes. Electra necesita de Orestes porque el dispositivo en el que se mueve le impide pensarse en independencia de un hombre. Se mueven en un dispositivo que precisa conservar sus estereotipos culturales de género para menguar la fuerza de la diferencia.”

El director aborda el grotesco desde los inicios de su profesión y ha investigado este género en profundidad en sus sucesivos trabajos. “Al punto –explica– que en un momento decidí tomar algunas de las piezas más significativas del grotesco como género (Stéfano, Babilonia, Mateo) para seguir descubriendo su impronta de lenguaje y sus procedimientos en nuestra literatura dramática. Me siento placenteramente cautivo de lo grotesco, al punto que yo creo que ya no lo manejo... que lo grotesco emerge, toma mis producciones sin que yo me lo proponga. En este momento quiero descubrir cómo materiales muy disímiles aceptan su impronta. Cada tanto seguir estudiando lo grotesco en piezas que lo contienen en su origen pero hacer viajes creativos hacia otras texturas que me permitan explorarlo, modelarlo en otras frecuencias: lo grotesco en Chejov, en Shakespeare, en algún autor contemporáneo...”

A mamá. Viernes, a las 23. Apacheta Sala/Estudio. Pasco 623. Reservas: 49415669. $ 60. Descuentos a mayores de 65 y menores de 28: $ 45.

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