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Viernes, 26 de diciembre de 2008

VIOLENCIA DE GéNERO

Muy tarde, muy poco

 Por Rafael Barca

Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Amnistía Internacional presentó este año el informe Muy tarde, muy poco. Mujeres desprotegidas ante la violencia de género en Argentina. Prioridades de acción para el Estado argentino. Muy tarde para las cientos de mujeres que ya han fallecido y porque la lucha contra la violencia de género aún no es una política de Estado en el país y hay un desfase entre los compromisos asumidos por el Estado y las medidas implementadas; muy poco porque las acciones que se están tomando no están coordinadas, no llegan a todas las mujeres por igual y no se convierten aún en una respuesta pertinente para las mujeres víctimas de la violencia.

Esa es la realidad que viven miles de mujeres argentinas que sufren a diario la violencia de género y que, en su expresión más extrema, se tradujo en la muerte de al menos 116 mujeres a manos de su pareja, ex pareja o miembro del núcleo familiar en los primeros once meses del año, según un relevamiento parcial de casos reportados en prensa.

Si bien la violencia contra las mujeres en Argentina es una violación recurrente de los derechos humanos y no es tratada aún como un problema de Estado, hay que reconocer, al hacer un repaso de lo acontecido en 2008, que se han dado algunos pasos en la lucha contra la violencia de género.

En marzo, el Ministerio de Defensa puso en marcha la medida preventiva de reclusión de las armas de fuego de aquellos hogares de militares en los que haya denuncias de violencia doméstica. De esta manera, se ordenó restringir el uso de armas al personal militar denunciado por casos de violencia familiar hasta que se resuelva su situación judicial o administrativa.

Un mes después, en abril, el Ministerio de Educación y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) lanzaron un proceso de revisión de los textos escolares para que éstos estén libres de discriminación y con el objetivo de que en el 2010 los nuevos textos estén en todas las escuelas del país, desde una perspectiva de género, pueblos originarios y afrodescendientes. En la misma línea de actuación, en septiembre, fue lanzado el Programa Nacional de Formación de Formadoras/es contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo por el Inadi, dentro del cual se contempla una mirada de género y el abordaje de la discriminación que sufren las mujeres.

Estos dos últimos avances son especialmente relevantes porque se utiliza el sistema educativo para cuestionar los prejuicios de género y combatir la discriminación, y son parte de las recomendaciones incluidas por Amnistía Internacional en el “Plan de Acción de 14 puntos contra la Violencia Doméstica”, que se lanzó en noviembre de 2007 en Argentina, y de las recomendaciones que Amnistía Internacional realizó al ministro de Educación durante este año. La lucha contra la violencia de género debe ir acompañada por la lucha por la igualdad de derechos de la mujer.

Recientemente, se concretó otro importante paso. El 26 de noviembre se dio media sanción, por unanimidad, en el Senado de la Nación a un proyecto de Ley para la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, resultado del trabajo de debate y consenso de diversos proyectos de ley sobre el tema. Amnistía Internacional considera que esto, y el hecho de que en la Cámara de Diputados se estén discutiendo a fines de 2008 éste y otros proyectos de ley específicamente centrados en la violencia contra la mujer, son un importante avance en la lucha contra la violencia de género.

Avances, acciones o pasos adelante hay. Todo lo descripto anteriormente es un ejemplo de ello, pero la gran tarea pendiente sigue siendo la definición de una política de Estado en esta materia. Amnistía Internacional continúa exigiendo al Estado argentino la implementación de un plan integral contra la violencia de género, con medidas efectivas y coordinadas, que garantice a todas las mujeres que viven en la Argentina el disfrute de sus derechos humanos sin discriminación ni violencia basadas en el género. Es preciso que, entre otras medidas, se utilice el sistema educativo para combatir los prejuicios, se cree una base de datos nacional unificada sobre violencia de género, se convoque a una mesa redonda nacional sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres y se asuma un liderazgo público para poner fin a la violencia contra las mujeres por parte de altas autoridades.

Mientras la violencia contra las mujeres continúe, será imposible hacer realidad la promesa de los derechos humanos para todas las personas.

* Director ejecutivo de Amnistía Internacional en Argentina.

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