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Lunes, 8 de enero de 2007

FúTBOL › OTRA VEZ SE REPITEN LOS INCONVENIENTES DE INTERESES QUE AFECTAN AL CONJUNTO NACIONAL

La Selección, un problema muy viejo

Mientras la AFA negoció con la empresa Renova un contrato por 18 millones de dólares y la Copa América aparece como el principal objetivo del año, la declamada prioridad de la albiceleste parece haber quedado en desuso, ya que el entrenador Alfio Basile no puede desarrollar su plan de trabajo por la presión de los clubes para no entregar a sus jugadores.

 Por Gustavo Veiga

La selección que en el Mundial de Alemania arrojó ganancias por 15.682.222 pesos; la que le permitió a la AFA cobrar por adelantado 9 de los 18 millones de dólares que acordó con el grupo ruso Renova; la que no es bien explotada por Punto Gol SA, la empresa que controla su merchandising; la que dejó de ser noticia si no fuera por un par de derrotas con Brasil y España y la renuncia de Juan Román Riquelme a integrarla; la que ya no parece prioridad para los dirigentes del fútbol argentino; la que Alfio Basile confiesa que sólo ve en videos, es, más que un espacio para ilusionarse de nuevo, un problema que parece muy viejo.

Desde que finalizó sexta en Alemania 2006 y tras la renuncia intempestiva de José Pekerman, la selección pasó a un inevitable segundo plano. Era esperable, después de semejante fiebre mundialista. Como era esperable también que Alfio Basile, el flamante entrenador, bajara del piso más alto de su exposición pública mientras dirigía a Boca al subsuelo de la discreción en su nueva tarea como seleccionador. El mismo lo acaba de confesar en la revista de la AFA: “Miro videos todo el día. Antes era distinto”. En efecto, el Coco y sus principales colaboradores –de vacaciones en Punta del Este–, es poco lo que pueden hacer.

Según Julio Alegre, el responsable de la Comisión de Selecciones, la persona que está más en contacto con el técnico, “Grondona se reunirá con él a fines de esta semana”. O sea, en los próximos días. A diferencia del presidente de la AFA, que escogió responsabilizar a la prensa por el malestar que se le atribuye a Basile (“El no dice nada de eso, son los medios que lo dicen”), el vicepresidente de Estudiantes de La Plata sólo comentó: “No pasó nada”. Sin embargo, quienes conocen muy bien al DT aseguran que su vozarrón se dejó escuchar con amargura en más de una reunión informal sobre la avenida Gorlero, en el balneario top de la costa uruguaya.

Es evidente que mientras el cuerpo técnico de la selección tiene como prioridad “laburar con el plantel tres veces por semana o como mínimo dos” (frase textual de un ayudante de Basile a este diario), en la AFA están ganando tiempo para reunir voluntades deseosas de cooperar. “Vamos a ver cómo se compatibilizan los calendarios internacionales de los clubes con la selección. Tal vez, una posibilidad sea que el entrenador trabaje con ocho, diez o doce jugadores y más adelante con el plantel completo”, apuntó Alegre, y además puntualizó que “no hay un plan, sí nos tiró algunas ideas”.

Depende de qué campana se escuche, el plan puede o no estar redactado, pero existe en la cabeza del técnico. La cuestión es que quedó postergado si se analizan las palabras del colaborador de Basile: “La idea era intentar arrancar con la base del fútbol local entre el 12 y el 15 de enero. Con unos 28 jugadores y entrenando dos o tres veces por semana”. Si no hay una lista de futbolistas convocados para trabajar en el predio de Ezeiza, es porque la resistencia de los dirigentes primero y de algunos entrenadores que dirigen equipos después hizo estéril cualquier intento de armarla. El torneo Clausura, que comenzará en febrero, y la Copa Libertadores que se avecina chocan con los intereses de la selección. De ahí que los dirigentes cuyos clubes participarán en las dos competencias se hagan los desentendidos.

El caso Vélez

Un caso testigo resultó el de Vélez, que le negó a Mauro Zárate y Damián Escudero a la selección Sub 20 que hoy comenzará a disputar el torneo Sudamericano de Paraguay frente al equipo de Ecuador. Este certamen es clasificatorio para el Mundial de Canadá (otorga cuatro plazas) y para los Juegos Olímpicos de Beijing (irán los dos primeros). Grondona, para moderar la postura de los clubes que se resisten a ceder futbolistas, subrayó como contrapartida lo que hizo el de Liniers: “No escuché que ningún club se haya negado a entregar jugadores. El único fue Vélez, que no cedió juveniles. En la Argentina hay otros 44 clubes profesionales. No es un índice muy alarmante”. De acuerdo con el cable de la agencia DyN que reprodujo esas declaraciones, el presidente de la AFA se quedó corto en la cantidad de instituciones afiliadas. De la Primera A hasta la B Metropolitana son 62 los equipos que juegan fútbol profesional.

Quien no se quedó cortó en la réplica a Grondona fue su adversario político más importante, el vicepresidente de Vélez en uso de licencia, Raúl Gámez: “Es cierto, les negamos a los dos jugadores. Pero nos pidieron dos titulares para ir a un torneo juvenil, sin considerar que Zárate se desgarró en la última fecha del campeonato y que volvería con un exceso de trabajo cuando nosotros lo necesitemos para jugar la Copa Libertadores. Además, ¿para qué? Para que algunos hagan negocio. ¿Por qué no convocaron también a Sergio Agüero si el torneo era tan importante”.

La polémica por una selección –en este caso la Sub 20, cinco veces campeona mundial– tiene un costado político, fogoneada como está por el enfrentamiento declarado entre los dos dirigentes. Como también resulta evidente que Basile no se siente respaldado, aunque evitó tomar a Vélez como el chivo expiatorio de su malestar. Su relación con Gámez es muy buena y Jorge Ribolzi, uno de sus colaboradores, es amigo personal del vicepresidente.

Otra cuestión pendiente es la lista de jugadores comprometidos por contrato con los rusos de Renova. Como se sabe, la AFA armó una con los 23 que estuvieron en el Mundial de Alemania y siete que se agregaron para enfrentar a Brasil y España en Londres y Murcia, respectivamente. Pero esa nómina, ahora un tanto desactualizada, requerirá cambios a lo largo del año. Una variante es que se invierta la proporción de futbolistas que militan en clubes europeos –hoy mayoría– con los que juegan acá. Pero además, Basile está limitado por lo que ciertos rivales le exigen a la empresa World Eleven del agente FIFA Guillermo Tofoni (ver El empresario que...) para concretar los partidos. Por ejemplo, la federación de Australia, que según el empresario paga muy bien, demandaba que en junio fueran a su país Lionel Messi, Carlos Tevez y la mayoría de los integrantes del seleccionado que jugó el Mundial. Como no pudieron asegurárselo, a Sydney viajará el 80 por ciento de los convocados para el partido en Wembley, una semana antes.

Compatibilizar el prestigio de la selección y los intereses de los clubes, como la tarea de su entrenador y los negocios que la condicionan, son los puntos de fricción del momento. Esta película ya se vio. Y su nudo argumental es muy conocido: cómo engrosar la cuenta bancaria sin perder de vista el juego que la alimenta.

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Tevez y Messi en acción, figuras de la Selección que se viene. Habrá que ver cuándo los puede juntar Basile.
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