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Lunes, 28 de febrero de 2011

FúTBOL › RIVER SE SUBIó A LA PUNTA DEL CLAUSURA CON EL GOL AGóNICO DE MARIANO PAVONE

De última, quedó primero en la tabla

Del discurso semanal del técnico J.J. López, y la arenga para ganar como sea posible, al trámite del clásico en el que el equipo de Núñez pudo haber asegurado la victoria un rato antes, no pasó tanto. La diferencia la hizo el delantero.

 Por Juan José Panno

En la semana, el Turco Mohamed se sintió chocho con su equipo, que le ganó a Peñarol, por la Copa Libertadores, con una gran facilidad resumida en el 3-0 final.

En la semana, Juan José López, el técnico de River, dio por terminado un partido de práctica, disgustado con el rendimiento de los jugadores. Del fútbol italiano se solía decir en otros tiempos que era el mejor del mundo de lunes a sábado y el peor los domingos. Entre no-sotros pasa algo parecido: se habla, se especula y se discute mucho en la previa, y a la hora de la verdad no queda margen para el juego.

En la semana, después de aquel fallido entrenamiento, el Negro López declaró que, contra Independiente, River debía ganar “como sea”. Seguramente pensará por estas horas, con la chapa del resultado puesta, que la reprimenda a sus jugadores y la motivación para que ganen “como sea” dieron buenos dividendos. Pero también se puede pensar que River ganó porque tiene buenos jugadores; porque Independiente jugó bastante mal y porque Hilario Navarro se equivocó solamente en la última jugada del partido.

River fue más que Independiente y tal vez no debió esperar hasta casi el epílogo para concretar la victoria. Lo pudo ganar antes en el error del línea que vio en posición adelantada a Ferrari en una buena maniobra de pases sucesivos que terminó en la red. Y lo pudo terminar antes con un par de situaciones que Pavone, Ferrari, Lanzini y Lamela no supieron concretar.

En una de ésas al Negro López se le da por pensar que en lugar de dar por terminada la práctica se puede aprovechar el tiempo para ensayar definición, que no hay que pegarle apurado en situación favorable, que a veces no hay que demorar el tiro por buscar una gambeta de más, que en el área en el mano a mano con el arquero es mejor amagar que ir al bulto.

En el gol, por ejemplo, Pavone se vio beneficiado por el rebote en el cuerpo de Navarro y terminó ganando por potencia física, no por habilidad, no por haber enganchado.

Se dirá que no hay nada que discutir si un gol sirve para ganar (esto viene a ser parte de la peligrosa idea de “ganar como sea”), pero habrá otras situaciones que exigirán una resolución mejor.

El Turco Antonio Mohamed, como la mayoría de los entrenadores, también definió alguna vez que lo que importa es ganar. Pero sabe que será muy difícil que se den los triunfos si su equipo juega como ayer, dando ventajas en el fondo, mostrando lentitud en la mitad de la cancha y pocas ideas ofensivas.

Las prácticas de Independiente, como las de River, deberán ser más largas para mejorar la técnica individual de los futbolistas. Parece absurdo tratándose de futbolistas de Primera, pero falta precisión cuando se juega en velocidad, manejo de los dos perfiles y eso también se puede trabajar.

Para ir tirando, Independiente tiene la Copa; y River, la punta de la tabla, que le hace olvidar de los promedios.

Pero los dos podrían jugar mucho mejor, seguramente.


Estadio: Independiente.

Arbitro: Saúl Laverni.

Gol: 88m, Pavone (R).

Cambios: 62m, Gracián por Defederico (I); 69m, Pellerano por Fredes (I); 76m, Bordagaray por Lamela (R); 83m, Núñez por Silvera (I); 86m, Buonanotte por Lanzini (R); 90m, Cirigliano por Pavone (R).

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n Mariano Pavone tuvo premio a su insistencia contra la defensa de Independiente, en este caso Matheu.
Imagen: Télam
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