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Lunes, 12 de marzo de 2012

FúTBOL › INDEPENDIENTE LE GANó 5 A 4 A BOCA EN UN ELECTRIZANTE PARTIDO QUE HARá HISTORIA

Al fútbol querelo así, piantao, piantao

Ganaba Independiente 2 a 0 y después 3 a 1; Boca se puso 4 a 3 y parecía cosa juzgada, pero en los dos minutos finales Ernesto Farías apretó las teclas que le dieron la victoria a su equipo y cortaron el invicto de Boca. Histórico.

 Por Juan José Panno

Loco, loquísimo que el partido terminara 5 a 4, especie de resultado en extinción en la jungla del fútbol nacional.

Loco que Independiente hiciera cinco goles en la Bombonera y pasara a ser uno de los equipos que más goles marcaron en el campeonato; había hecho uno solo en cuatro encuentros y metió cinco en uno solo.

Loco, raro, rarísimo que a Boca le convirtieran cinco goles en un partido, después de haber recibido solamente seis en todo el campeonato anterior y ninguno en las cuatro fechas que precedieron a ésta.

Loco el recuerdo del 5 a 4 de River-Boca en la cancha de Vélez en el ‘72, que terminó con el mismo resultado después de que Boca arrancara de abajo, lo diera vuelta y terminara lamentando el gol de Morete sobre la hora, que quedó en la historia como quedará éste del Tecla Farías.

Loco. sorprendente. inaudito, que Independiente metiera dos goles en siete minutos en el arranque del partido, cuando apenas se empezaban a parar en la cancha y que nadie tuviera la sensación de que el partido estaba liquidado.

Loco, insólito y maravilloso para entender de qué se habla cuando se habla de fútbol, que algunos segundos antes del quinto gol de Independiente Mouche lanzara un centro fuerte que Silva no pudo conectar porque venía tan embalado que la pelota le pasó por entre las piernas, desde el área chica. Se pasó del potencial 5 a 4 de Boca al 5 a 4 de su rival.

Loco, saludablemente loco, que Boca siguiera yendo al frente cuando había remontado el 2 a 0 y el 3 a 1 y se había puesto 4 a 3 cuando faltaba poco para el final, acaso porque flotaba la idea de que los rojos estaban ya resignados a un nuevo capítulo de su cadena de desgracias recientes.

Loco que Orion, que fue figura de Boca en el último año, cometiera varios errores, empezando por dejar libre su palo en el tiro libre de Osmar Ferreyra en el segundo gol de los de Avellaneda.

Loco que a un equipo de Falcioni, un técnico que se preocupa por ajustar todos los tornillos defensivos, le metieran tres goles de pelota parada, pero más loco que eso es que Falcioni se mostrara audaz, en el planteo inicial y en los cambios.

Loco que apareciera en el arco de Independiente, que tiene en su plantel a Gabarini e Hilario Navarro (además de Assman, lesionado), el pibe Diego Rodríguez, que tuvo mucha responsabilidad en el tercer gol de Boca y poca reacción en el cuarto.

Loco, increíble, que a Boca no le alcanzara con la extraordinaria lección de fútbol que dio Riquelme ni con los goles de Roncaglia ni con las muchas situaciones de gol de que dispuso.

Loco, extraordinario, sensacional, que el Tecla Farías definiera picando la pelota por sobre la cabeza de Orion, en el noveno gol del partido.

Loco bien, loco de corazones galopantes, un partido de fútbol inolvidable. Al fútbol hay que querelo así, piantao, piantao...


Estadio: Boca.

Arbitro: Saúl Laverni.

Goles: 1m Vidal (I), 7m Ferreyra (I), 12m y 51m Roncaglia (B), 32m, 89m y 90m Farías (I), 45m Riquelme (B), 79m Ledesma (B).

Cambios: 45m Chávez por Caruzzo (B), 60m Godoy por Vidal (I), 66m Mouche por Gaona Lugo (B), 75m Parra por P. Rodríguez (I), 77m Galeano por Milito (I), 87m Rivero por Ledesma (B).

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Farías, la figura del partido, festeja el primero de sus tres goles. El tercero lo definió a lo Messi, por arriba de Orion.
Imagen: DyN
 
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