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Lunes, 2 de julio de 2012

FúTBOL › SAN LORENZO SALVó LA CATEGORíA Y SE MANTENDRá EN PRIMERA A

Siempre categoría de grande

En la historia del club de Boedo hay de todo: inauguraciones, despedidas, descensos, ascensos, goleadas, títulos, bailes y giras gloriosas y ahora hay que sumarle salvadas angustiosas. Se queda en la A y repasa su pasado glorioso.

 Por Juan José Panno

El partido largo de 180 minutos de la Promoción, el 3-1 contra Instituto en el global, ya tiene su página en el extenso y riquísimo historial de San Lorenzo de Almagro. En el listado de los encuentros más significativos de los disputados por jugadores de la camiseta azulgrana hay de todo: inauguraciones, despedidas, descensos, ascensos, goleadas, títulos nacionales e internacionales, recaudaciones extraordinarias, bailes y giras gloriosas. Hay que sumar ahora salvadas agónicas con la soga al cuello.

El primer campeonato profesional lo consiguió San Lorenzo en 1933. Llegó cabeza a cabeza con Boca y en la última fecha superó 1-0 a Chacarita en Villa Crespo, consagrándose por su victoria y por la caída de Boca ante River. En aquellos tiempos, en enero del ‘36 se inauguró la iluminación del Gasómetro. “Hágase la luz” se titula el capítulo del extraordinario libro Memorias del Gasómetro de Enrique Escande, en el que se da cuenta de aquel torneo. Jugaron , bajo las nuevas luces, San Lorenzo, Boca, River, Racing, Independiente, Central, Newell’s y los uruguayos Peñarol y Nacional, nada menos. Salió campeón Independiente por un punto de ventaja sobre San Lorenzo , que en ese campeonato cumplió algunas actuaciones brillantes ganándoles a Boca y River

Unos años más tarde se produjo el recordado debut del vasco Isidro Lángara, que le metió cuatro goles a River en media hora en un inolvidable partido que terminó 4-2. Lángara, un republicano de ley, que se había exiliado durante la Guerra Civil Española. tenía en su currículum 7 goles para el Oviedo en un 7-1 contra el Atlético Madrid. Jugó durante cuatro temporadas y metió 110 goles.

San Lorenzo volvió a salir campeón en el ’46 y en el ’59. Una vez cada 13 años, como si se tratase de un mandato divino. El equipo del ’46, aquel de la delantera conformada por Imbelloni, Farro, Pontoni, Martino y Silva, que recita de memoria cualquier veterano que se diga futbolero, salió campeón en la última fecha al vencer 3-1 a Ferro, También le habían ganado 5-0 a Vélez, 7-0 a Central, 5-1 a Lanús, 6-1 a Atlanta, 5-0 a Racing y 5-0 a Platense. Arrasaban: metieron 90 goles, de a 3 por partido, y recibieron 37. En una gira por Europa, aquel equipo venció 9-4 al Porto, 10-4 a la selección portuguesa y 7-5 a la selección española. Impresionante.

El cuadro del ’59 tuvo otros números, pero igual brillo y fue un digno campeón. Todavía se registraban las formaciones con el 2-3-5. La base era ésta: Carrillo; Cancino e Iñigo; Martina, Reinoso y Schiro; Facundo, Ruiz. Omar Higinio García, Sanfilippo y Boggio. Superó a Boca, a River, goleó a Huracán 4-1 en Patricios y 6-3 en el Gasómetro, y se consagró campeón con 7 puntos de ventaja sobre el segundo, Racing.

El goleador del torneo fue José Francisco Sanfilippo, con 31 tantos. “Si me apuran, digo que el mejor goleador que vi en mi vida fue Sanfilippo. Oportuno, descuidista, merodeador, el Nene tenía esa falta de interés por todo lo que sucedía fuera del área como solía mostrar, por ejemplo, el brasileño Romario (...) era como uno de esos bacilos que se protegen en su pequeñez, en su minimalismo, era un virus que se instalaba en el sistema del área y no había forma de localizarlo, ni de anularlo”, definió brillantemente el Negro Fontanarrosa en su libro No te vayas, campeón. La mala leche del ácido crítico de hoy es otra historia.

En un plano similar de idolatría con Sanfilippo está el “Bambino” Héctor Rodolfo Veira, que deslumbró como eje de los Carasucias en torneo de Doval, Areán y Casa y que escribió una marca indeleble contra Boca en el ‘67. Cuatro goles en un ratito. Como Lángara. Inolvidable.

Del campeón invicto del torneo de 1968 se destaca La final, contra Estudiantes de La Plata (en sus años dorados) en la cancha de River, un partido que terminó 2-1 con goles del Toti Veglio y el Lobo Fischer. La base era Buttice; Villar, Calics, Albrecht, Rosl; Rendo, Telch, Cocco; Pedro González, Fischer, Veglio. El técnico era el brasileño Tim, que había patentado aquello de “el fútbol es una manta corta, si te tapás de arriba, te descubrís abajo”. Sin embargo, el equipo alcanzó un notable equilibrio lo que le permitió ganar el torneo invicto, por primera vez en la historia del fútbol argentino.

La cancha de River fue testigo de otros partidos inolvidables de San Lorenzo. En el ’82, en Primera B, se enfrentó en la sexta fecha a Tigre. Pagaron entrada 70 mil personas y se recaudó más que en toda la fecha de Primera del día siguiente. El partido terminó 1-1, pero el resultado era lo de menos. San Lorenzo, que ya no tenía el Gasómetro (el último partido se había jugado el 2 de diciembre del ’79, un empate contra Boca) volvió ese mismo año a la A. El otro partido emblemático en el Monumental es historia no tan antigua. En el 2008 jugaron el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores. En la ida había ganado el Ciclón 2-1. En la revancha River se imponía 2-0 y tenía dos jugadores más en la cancha. Pero dos goles de Bergessio provocaron un “silencio atroz” (como lo definió Oscar Ahumada) en el Monumental. Dos a dos y clasificación. Una hazaña que ningún cuervo podrá olvidar. Del mismo modo se recuerda con intensidad el partido inaugural del Nuevo Gasómetro el 16 de diciembre del ’93 y la increíble coronación del ’95, con un gol del Gallego Esteban González ante Central, mientras Mazzoni aportaba para lo suyo para que Independiente le quitara la coronación que se daba por hecha a Gimnasia.

Luego llegarían los títulos en la Sudamericana y el Mercosur, además del Campeonato del 2001 en el que ganó once partidos consecutivos (1-0 contra Boca, con gol de Abreu, en esa racha) en el último tramo del torneo, hasta alcanzar merecidamente el título, con 6 puntos de ventaja sobre River. El ingeniero Pellegrini era el entrenador de un equipo que tenía estos nombres: Saja, Serrizuela, Michelini, Coloccini, Tuzzio, Ameli, Erviti, Romeo y el hoy imprescindible Pipi Romagnoli. El último título fue en el 2007, con Orion, Lavezzi, Alvarado, Jonathan Bottinelli, Cristian Ledesma. Gastón Fernández (el goleador), Osmar Ferreyra, Silvera y Rivero como estandartes, con Ramón Díaz en el banco.

Lo demás está muy fresco. Quedará registrado que San Lorenzo zafó del descenso en dos partidos contra Instituto, pero no se podrán dejar al margen las victorias contra Newell’s y San Martín de San Juan, para mantener la categoría.

De todos modos, en Primera, o en la B, San Lorenzo tiene categoría de grande. De grande de verdad y para siempre.


Estadio: San Lorenzo.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 70m Lagos (I), 79m Ortigoza (SL), de penal.

Cambios: 61m López Macri por Moreno (I) y Coronel por Gaitán (I), 63m Romagnoli por Tellechea (SL), 73m Gigliotti por Bueno (SL) y Palomino por Salgueiro (SL), 86m M. Fernández por Sills (I).

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Leandro Romagnoli, clave en el título del 2001 y en el rush final para mantener la categoría.
Imagen: Julio Martín Mancini
 
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