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Lunes, 21 de marzo de 2011

RIQUELME VOLVIó A JUGAR, PERO BOCA NO ESTUVO EN LA CANCHA...

Al conductor se le borró la orquesta

El equipo de Falcioni sumó otra derrota en el Clausura, ante Olimpo, que así se trepó a la punta y abandonó la zona de Promoción. El astro fue el más destacado en un equipo apurado por las urgencias, que no marca desde hace cuatro partidos.

 Por Juan José Panno

Faltaban cinco minutos y el “dale Boooo” desde la Doce sonaba apagado, lejano, como una letanía. Era la resultante de la impotencia que transmitía el equipo. Tanto, que de pronto el canto se encendió y empezó a caer como flechazo envenenado sobre los futbolistas: “A ver, a ver los jugadores si pueden oír / por la camiseta de Boca, matar o morir”. Fueron varios minutos de coro pesado, caliente, cargado de bronca. La gente ya no banca los resultados negativos, la sensación de que no hay rivales chicos, los pases a los contrarios, la anemia ofensiva, la endeblez defensiva, la nada futbolística.

La vuelta de Riquelme había despertado expectativa. Demasiada. Riquelme no fue el director de orquesta esperado, porque fue el mejor... pero de un equipo fantasma. No hay orquesta si los violines están desafinados, los bandoneones pinchados, las guitarras no tienen cuerdas y meten una batería de cocina en vez de bombos y platillos. Riquelme metió un tiro libre cerca de un ángulo, dio dos brillantes pases de gol, pero no está físicamente entero y se nota. Riquelme hizo lo que pudo, pero no alcanzó porque sus compañeros estuvieron casi todos por debajo de los cinco puntos, y porque Olimpo manejó el partido con inteligencia y se aprovechó de las grietas que se notan en una Bombonera que tiembla y ya no late.

A Boca lo matan las urgencias, los nervios, la necesidad imperiosa de dar vuelta una historia que empezó mal parida con la derrota contra Godoy Cruz en la primera fecha y siguió en la incubadora partido tras partido. Y si Insaurralde se cansa de tirar pelotazos a cualquier lado, si Battaglia anda demasiado por el piso, si Mouche se hace un nudo con las primeras gambetas y se deprime con los murmullos de la gente, si la pelota sale despedida desde el fondo buscando sin encontrar la sombra de Palermo, si Colazo se apura cuando tiene que buscar el arco, así, se hace difícil llegar al gol. Un dato tremendo: hace cuatro partidos que Boca está zapatero.

Olimpo, que es el puntero del Clausura y el equipo que más goles consiguió en el torneo (también es uno de los que más goles recibió) no es el Barcelona ni mucho menos, pero hizo circular la pelota mejor que su rival, se paró con mucho orden en el fondo, siempre tuvo al menos 8 jugadores detrás de la línea de la pelota cuando había que defender y salió rápido en contraataque.

Con armas nobles se fue al descanso con un gol en el bolsillo, que pudieron ser dos si no le hubieran anulado (mal) un gol. Con poco remató el partido en el segundo tiempo sobre el final, cuando la paciencia de los hinchas boquenses ya se había agotado.

Boca se despidió prácticamente del campeonato y Falcioni ya ni siquiera da la cara.


Estadio: Boca.

Arbitro: Luis Alvarez.

Goles: 40m, Rolle (O); 89m, Furch (O).

Cambios: 34m, Colazo (4) por Erviti (B); 45m, Chávez (5) por Rivero (B); 69m, Araujo por Monzón (B); 87m, Furch por Maggiolo (O).

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La expresión de Riquelme sintetiza el delicado momento que vive Boca.
 
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