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Domingo, 9 de abril de 2006

MANUEL BENDERSKY: CUáNTA SANGRE CABE DENTRO DE UN CABALLO

Vamos a galopar

Una poesía de la tierra, alejada de la elocuencia.

 Por Sergio Kisielewsky

Cuánta sangre cabe dentro de un caballo
Manuel Bendersky
Ediciones en Danza
87 páginas

“El amor siempre vuelve a equivocarse.”

La imagen puede leerse desde diversas miradas. Lo cierto es que un libro de poemas que alude a la furia ligada a la patria perdida no es frecuente. El origen que se sugiere es, por cierto, la infancia, la primera naturaleza. Entonces el lector adivina el porqué de esos galopes a ras de la tierra que se nombran desde el título de la obra. Como si en ese caminar por la llanura (que siempre nos quiere decir algo, según Borges) se encontrara el sentido de todo. El aroma del peligro, la sustancia material de las ausencias. Allí es donde el texto se expande desde la furia (“Soy este otro voy / a matar”).

Cuánta sangre cabe dentro de un caballo está organizado en retratos que no se ven pero que circulan entre líneas como rostros y seres próximos. La evocación del frente de las casas logra instalar el olor de las glicinas y por sobre todo la memoria como punto de fuga, como punto de vista para moldear un imaginario. Pero allí no se agota la tarea de Manuel Bendersky. La arcilla de estos poemas es el amor. Por la mujer, por el hijo, por el padre. Y ante todo por la tierra.

Las letras se transforman en un animal a la intemperie. En este punto es donde la poesía evita la elocuencia, el gesto ampuloso y se transforma en un brillo al alcance de la mano. No es sólo el recuerdo de la campiña. No es apenas la evocación de los rasgos familiares atados a la memoria. Pero a la vez es la reunión de todos esos componentes.

Las anécdotas dejan paso a la idea de soledad. El autor prefiere correrse de las batallas y dar paso a una síntesis de experiencias. Se decanta el material con ritmo y sin obstáculo alguno. Es allí donde el poeta va descubriendo un sentido exterior e interior a la vez. En la escritura convergen escenas de la vida rural con un dispositivo de narración donde se nombra y se sugiere con igual intensidad. Nada está guiado por el azar. Sólo se recurre a la palabra esencial, visceral.

Bendersky nació en Entre Ríos en 1944. Es nieto de gauchos judíos y de criollos de a caballo.

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