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Domingo, 17 de junio de 2007

HALLAZGOS

Shakespeare & Cervantes

Mientras en Inglaterra afirman haber encontrado los originales de Cardenio, el eslabón perdido entre Shakespeare y Cervantes, en España revelaron cuál es el lugar de la Mancha de cuyo nombre no se quería acordar Cervantes.

Así empieza esta historia que ahora se da a conocer: en 1612, John Shelton traduce el Quijote al inglés. Las biografías dicen que, casi inmediatamente, William Shakespeare lee el libro, que le causa una profunda impresión. Durante unos meses le insiste al dramaturgo John Fletcher para escribir, a cuatro manos, algo así como una continuación. Y hay datos concretos de que ambos terminaron esa pieza, que se llama Cardenio, tomando el nombre de uno de los personajes del Quijote. La compañía King’s Men la estrena en 1613, y la representa sólo dos veces. A los pocos meses, un incendio destruye el teatro Globe de Londres, y los originales desaparecen. A partir de entonces, todo se vuelve algo difuso. En 1653, un historiador del arte afirma haber encontrado una Historia de Cardenio firmada por Shakespeare y Fletcher. Pero la obra nunca aparece y de a poco se va dando por desaparecida. Entonces Cardenio empieza a funcionar como un elemento de disputa entre estudiosos: algunos afirman que nunca existió, otros dicen que el original está en algún lugar. De esa tímida disputa al olvido, un solo paso. Ahora, el director de la Royal Shakespeare Company, Gregory Doran, asegura que han encontrado esos originales, han autentificado las versiones, y el resultado se podrá ver en escena hacia 2009 en España, en una coproducción hispano-británica.

Y hay más sobre el Quijote. Se sabe que aquel memorable comienzo (“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no me quiero acordar”) dejaba en el plano de la indeterminación las locaciones por las que se moverían los personajes de la novela. Ahora, un estudio ha determinado que la localidad de Villanueva de los Infantes, en la provincia de Ciudad Real, es el “lugar de Mancha” en el que vivió Don Quijote y que Cervantes no quiso recordar. El equipo que se abocó a la investigación, formado por diez catedráticos, trabajó durante dos años. La investigación partió de tres hipótesis vertebrales: la velocidad de Rocinante y Rucio, la venta donde se produjo el manteo de Sancho y el camino entre Venta de Cárdenas y Cartagena. Las referencias temporales en las que incurre Cervantes, como “está a dos días y una noche”, llevaron al equipo a calcular la velocidad de trote de los caballos, en verano y en invierno, y así determinar las distancias entre los lugares que se mencionan en el libro. El alcalde de Villanueva de los Infantes, Mariano Sabina, declaró que está muy contento de que su localidad sea “el lugar de la Mancha”, y ahora espera que la noticia dé la vuelta al mundo. Los pasos de la investigación están registrados en el libro El Quijote como un sistema de distancias y tiempos: hacia la localización del lugar de la Mancha.

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Quijote, de Alvaro Reja.
 
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