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Sábado, 8 de mayo de 2010

La Teoría del Colmillo

 Por Facundo de Almeida *

Uno de los argumentos más frecuentes para no catalogar un inmueble que no tenga valor patrimonial extraordinario en sí mismo es argumentar que se encuentra emplazado en una cuadra o área donde los demás edificios superan ampliamente su altura.

Este criterio, muchas veces razonable, es comúnmente denominado como principio de la “muela cariada”. Es que el inmueble patrimonial queda fuera de escala frente a las otras “muelasedificios” que la superan en altura y conforman el “perfildentadura” de esa cuadra. Obviamente, este principio no debe aplicarse si el inmueble patrimonial en cuestión es de una calidad y valor que ameritan su protección más allá del entorno.

Sin embargo, si se abusa en la aplicación se perderán piezas del patrimonio arquitectónico de la ciudad, por el hecho de que en una cuadra existan dos o tres edificios en altura. Más de una vez, esos edificios fueron construidos fuera de norma en la época del festival de excepciones del antiguo Concejo Deliberante o porque fue autorizado con los criterios del Código de Planeamiento Urbano, que no regula la ciudad que existe sino una que no existía y que alguien imaginó en su tablero o escritorio sin consultar a los ciudadanos.

Frente a esta teoría podríamos oponer otra, y es la Teoría del Colmillo. Por lo pronto, la metáfora es válida porque los depredadores –cual vampiros patrimoniales– van succionando la “sangre cultural” de nuestra ciudad. Esta teoría, si seguimos el mismo razonamiento de la “muela cariada”, significaría que debemos demoler las torres y edificios en altura que estén construidos en cuadras donde los otros inmuebles sean bajos, pero seguramente se nos diría que es una locura.

Para no llegar a eso, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debería tener presente la Teoría del Colmillo y aplicar las normas con razonabilidad y buen criterio y no autorizar torres como la pomposamente denominada Quartier San Telmo, que se construirá en una zona de casas bajas y dentro del Casco Histórico de la ciudad, y cuyos 29 pisos sobresaldrán a varias cuadras de distancia. Las imágenes difundidas en el sitio web que promociona este adefesio no dejan dudas sobre lo fuera de escala que está el proyecto con relación a su entorno y el impacto visual negativo que ocasionará.

El argumento falaz de que la “norma” les impedía negar el permiso de construcción no solamente no es cierto, sino que además es francamente hipócrita, porque cuando cambian el nombre del Teatro Opera demuelen ilegalmente edificios patrimoniales, evitan crear el régimen de sanciones de la ley 1227 o vulneran los procedimientos de protección del patrimonio, los funcionarios parecen olvidar que la ley existe y que hay que hacerla cumplir.

También debería responder el Ministerio de Desarrollo Urbano porteño si realizó un estudio de impacto ambiental, cuya ley establece en el artículo 1º que tiene como fin “preservar el patrimonio natural, cultural, urbanístico, arquitectónico y de calidad visual y sonora” de la ciudad, ya que no se trata solamente de una cuestión de alturas, sino también de proteger la forma de vida de los ciudadanos que habitan en el barrio de San Telmo, ya bastante deteriorada por la presión comercial y turística en la zona, y para la que, seguramente, la construcción de una torre no será una contribución muy positiva.

La Teoría del Colmillo, reflejada en los considerandos de la recomendación emitida por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y en el texto del recurso de amparo presentado por la asociación Basta de Demoler contra la torre de San Telmo, tal vez sea el argumento que le permita al juez que tiene a cargo la causa –y que visitó el lugar dando claras muestras de interés en el tema– disponer la paralización de las obras y exigirle al Gobierno de la Ciudad que obligue a los propietarios a adecuar el proyecto al entorno. Es la única forma de evitar que ese colmillo de hormigón y vidrio cambie para siempre el perfil arquitectónico, histórico y cultural del Casco Histórico.

Licenciado en Relaciones internacionales. Magister en Gestión cultural por la Universidad de Alcalá de Henares. http://facundodealmeida.wordpress.com

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