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Jueves, 14 de febrero de 2008

SEBASTIAN KRAMER MUSICALIZO “CAPITAL (TODO EL MUNDO VA A BUENOS AIRES)”

Otra criatura sin tierra

Hace un par de años, Kramer hizo la música del film que ahora se presentará en el Festival de Cine de Punta del Este. Todo llega.

 Por Julia González

El ex guitarrista del ya mítico Jaime Sin Tierra, Sebastián Kramer, aparece de vez en cuando. Es arquitecto, es padre de una nena, se mueve entre Buenos Aires y Barcelona, y admite estar fuera del circuito del rock. Ni siquiera sabe cuándo sacó su último disco, La futura mirada del ex tenista. El NO le recuerda que fue en 2006. Kramer se ríe y pregunta: “¿Hace cuánto ya? Me parece que ahí toqué un poco, cuando vine de Barcelona. O si no toco cuando me invitan mis ex compañeros de Jaime Sin Tierra, también con mi hermano, que es El Robot Bajo el Agua, o con Juan Stewart. Y los Jackson Souvenirs, que es el baterista de Jaime y formó parte de la banda, pero tocan una vez por año. Estamos todos viejos ya”, se resigna Kramer revoleando los ojos claros al techo.

También enumera otras razones que vienen por detrás de la fiaca, como que no le gusta cantar y tocar la guitarra a la vez, entonces prefiere tocar sólo la guitarra que más o menos sabe que lo hace bien. Ahora se le están juntando unas nueve canciones y piensa sacar su segundo disco solista, pero bromea con que si sigue con su ritmo poco prolífico, lo tendrá listo para dentro de dos años.

Otra aparición reciente de Kramer, teniendo en cuenta que reciente en su mundo pueden ser dos o tres años atrás, fue en la película Capital (todo el mundo va a Buenos Aires), opera prima del misionero Augusto González Polo, que aún no fue estrenada en el circuito comercial pero sí premiada en Francia y exhibida en el Marfici y próximamente en Punta del Este. La película está contada a través de la mirada del protagonista, que llega a Buenos Aires desde su Misiones natal, pero retorna deprimido a su pueblo porque no pudo resistir la crudeza de la gran ciudad, y menos superar el abandono inexplicable de una chica de la que se enamoró. La película es una especie de radiografía de la generación de chicos melancólicos amantes de la música y las fiestas, donde la cerveza se toma del pico y a las 4 de la tarde.

“La verdad que fue bastante fácil hacer la música de esta película –dice Kramer–. Augusto me llamó ya habiendo escuchando mis discos, yo a él no lo conocía. El proyecto de la película venía hace mucho, pero él tenía muy claro que quería mi música.” De esta forma charlaron largo y tendido, el guión le pareció divertido, y como el protagonista era un fanático de la música y de las frases de las canciones, entendió que el film requería mucha música. “No me tuve que adaptar mucho, es como que yo hacía lo mío. Muchas cosas que hice y que aparecieron en la película son proyectos de canciones que nunca les puse la parte vocal, y terminaron entrando en la peli”, cuenta Kramer, aunque también tuvo que hacer cosas más específicas, como un tango para una escena. No salió lo que se dice un tango sino un vals medio raro: “Yo no puedo hacer un tango”, se ríe.

Sebastián Kramer vio Capital (todo el mundo va a Buenos Aires) terminada en una función para los íntimos y quedó bastante conforme con el resultado. Cuenta que con el director se entendieron muy bien, lograron adaptarse, a pesar de que él estaba en Barcelona mientras se rodaba la película. Ahora Augusto está escribiendo una nueva película y Kramer espera que lo llame de vuelta para musicalizarla. Una de las similitudes entre el director y el músico es el gusto por Paul Thomas Anderson. “Veo mucho cine. El cine independiente americano me gusta bastante. Me gusta Wes Anderson, que por eso le puse a mi disco La futura mirada del ex tenista, basado en un personaje de la película Los excéntricos Tenembaum, de alguna manera me sentí un poco identificado.” No le gusta David Lynch, y sabe que será la eterna discusión con los cinéfilos: “Todos adoran a David Lynch y yo no lo entiendo”.

–¿Cuándo vuelve Jaime Sin Tierra?

–Estamos esperando el millón de dólares (se ríe). Una vez volvimos y fue una chantada. Fue mucha gente, estuvo buenísimo que no ensayamos nada. Pero bueno, nos divirtió mucho la idea. Yo creo que el impedimento más grande es que mi hermano está en otra ya. O sea, el personaje de Jaime Sin Tierra, que era un personaje muy trágico y conflictuado, de alguna manera, lo superó completamente.

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