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Jueves, 9 de diciembre de 2010

ONDA VAGA CIERRA UN AñO EN CRECIMIENTO

Toda la onda

ANTES DE PRESENTAR SU FLAMANTE DISCO ESPIRITU SALVAJE, LA BANDA QUE EXPLOTO DESPUES DE TELONEAR A MANU CHAO REPASA ESTOS MESES DE CHICAS BAILANDO BAJO EL ESCENARIO PIDIENDOLES FOTOS PARA FACEBOOK, DE CANCIONES SONANDO EN LA TELE Y DE ELLOS MISMOS HABLANDO POR TODOS LADOS.

 Por Julia González

”Ahora sí tengo ganas de hablar”, dice Tomás Justo Gaggero, invitando a la cronista a retornar al “rec” de su grabador. Unos momentos antes, la entrevista había terminado. Vagos, aburridos, mal dormidos, transpirados, Onda Vaga se congregó bajo la copa de un árbol de la vereda de un restaurante que, de no ser por la ubicación palermitana, no valdría dos mangos. Tomando “pomelada” transcurre la mañana, conversando de los dos años que pasaron de aquella primera nota que el NO publicó y en la que advertía que esta banda sería la revelación de 2008. En aquel entonces se trataba de un quinteto nuevo y relajado, formado por músicos de otras bandas (Doris, Michael Mike y Satélite Kingston) que, hartos del circo montado alrededor de los recitales –sonido, equipos, tarifas de los bolicheros–, armó su propia ronda para aullar como perros a la luna.

La idea era también presentarse en fiestas con lo puesto, tocar con lo que hubiera y emborracharse en paz. Pero no se trataba de cinco perros locos sino de unos perros que minuciosamente arreglaron las voces para darle fuerza a lo que se canta sobre un ritmo flamenco con aires a lo Manu Chao y velas iluminando el lugar. Súper íntimo. Aunque temas como Mambeado, Te quiero y Sequía de amor hicieron que las velas ardieran y ya no hubiera quórum para seguir con el acusticazo. Hubo que amplificar y aquel sueño del fogón en las claras playas del Cabo Polonio inicial se precipitó.

Chicas bailando debajo del escenario pidiéndoles fotos para subir al Facebook, chicos reversionándolos en las fiestas, canciones sonando en la tele, y ellos mismos hablando en la tele y en la radio. Así, todo el mundo conoció la onda, que de vaga sólo conservaba el atuendo. De a poco sumaron a Jano “Alvy Singer” Seitun (contrabajo), “Faca” Flores (percusión) y a Santiago Castellani (tuba), para darle a la señal un sonido que trazaría la nueva época de la banda. Con la flamante incorporación, el vivo fue más compacto y audible, completando todas las frecuencias sonoras. Y listo, Onda Vaga se fue al cielo con sólo un disco, Fuerte y caliente, que tuvo la participación de Fito Páez, el visto bueno de Andrés Calamaro, y la aceptación absoluta de sus fans (al término de esta edición, el grupo de la banda en Facebook tiene 52.825 seguidores y siguen los clicks).

Espíritu salvaje, grabado en El Calafate, es el segundo paso que dio Onda Vaga, ya a sabiendas de que este trabajo sí iba a ser escuchado. Invitados por Solo Studio, sito en las blancas calles de Santa Cruz, los vagos se apersonaron con sus ropas más abrigadas. Toda una experiencia. Tenían la llave para ingresar al estudio y tocar y retocar las canciones cuanto quisieran. Pasaron su estadía de tres semanas en un hotel cuatro estrellas, tuvieron sobredosis de cordero y otros abastecimientos, y se volvieron a Buenos Aires con algo de sobrepeso y un disco que no tiene nada que ver con el primero. “Grabamos muchos temas y no nos pusimos de acuerdo en sacar ninguno, entonces dijimos: ‘Bueno, va todo’. De hecho grabamos 24 o 25 canciones. Y teníamos ganas de que entren todos los temas. Hay algunos que duran un minuto, son muy cortitos. Fue una discusión entre nosotros elegir hacer un disco como el anterior o hacer algo que la gente no esperaba, incluso que fuera medio incómodo”, cuenta Germán Cohen. Un poco también influyó esa fama súbita que Onda Vaga experimentó al encontrar a sus integrantes desbordados y tener que transformar su propuesta. Porque cuando editaron Fuerte y caliente no esperaron el feedback de la gente, simplemente porque no había gente. “Tiene que ver con el cambio y el crecimiento, te das cuenta de que lo escucha mucha gente, cosa que antes no pasaba porque no teníamos alcance, ni idea de hasta dónde podíamos llegar. Entonces ahora podemos saber que va a haber gente esperando el disco. Saber que a esa gente le podés dar más o menos”, expone Marcelo Blanco.

–¿Cómo está repartida la autoría de los temas?

Germán: –Cada uno llevó temas y los armamos entre todos. Pero, o la forma o la letra, muy concretamente, está escrito por cada uno. Y en eso somos muy intuitivos: si traés cinco temas, a todos nos van a gustar esos cinco temas. No hay un límite, ni un filtro, más allá del gusto. De hecho se incluyeron temas que uno no está del todo conforme. Había uno que era muy lento, Lolita, creo que es el 10, y yo decía: “Pero es medio bodrio”. Y al final quedó porque a ellos les encantaba y a mí me parecía medio bodrio porque era lento. Cuestión que terminó teniendo un montón de repercusión porque era casi una balada.

–Al igual que en el disco anterior, Espíritu salvaje sostiene esa línea en las letras que invita a mantener vivo el niño interior, a pesar del crecimiento cronológico.

Marce: –Sí, hay algo de eso. No sé si “no crezcas”, es más bien “crecé con la felicidad de un niño”.

Nacho: –Igual, el tema Lolita sí es “no crezcas”.

Marce: –Pero no es en ese sentido.

Nacho: –¿Cuál es el sentido, jefe?

Marce: –Mantené la juventud.

Germán: –Hacé gimnasia.

Marce: –No sé, para mí es todo un tema. Yo cumplí 30. Por ahí un chabón que es re rutinario y que hace tres años tenía la misma vida que yo, ahora, para mí tiene otros ideales. De pronto se metió en un laburo, vendió el amplificador y la guitarra, y se olvidó de todo eso. Y capaz que muchos, incluso, ahora se echan para atrás y dicen: “Ah, eso es una pelotudez”. Y tal vez cuando tengan hijos les dicen: “No toques la guitarrita”. Entonces para mí ese cambio es clave, cuando dejás de tener ilusiones y de creer en la magia y en la fantasía para transformarte en un conformista del sistema.

Nacho: –Yo en una canción lo nombro, y para mí va el significado de no perder el niño interior, que tiene que ver con la mirada. La mirada del descubridor o del niño, de tener esa actitud para con la vida, no perder la sorpresa o no perder eso, la fascinación por la vida, por la novedad. Levantarse cada día, a veces, es difícil. Pero cada situación tiene algo nuevo, cada día tiene algo nuevo y, no sé, yo cuando tengo esa mirada, me gusta la vida. Me lo digo a mí, pero lo pongo en una canción y parece que se los digo a todos, pero es un autoconsejo. Pero, bueno, como vos hiciste la pregunta, te lo quería explicar un poco como yo lo veía.

Estas miles de personas que aseguran gustar de Onda Vaga vía Facebook, se desparraman en recitales por todo el país, a los que asisten para disfrutar de una hora y media de felicidad asegurada. Y tanto deambular con sus antiguas (o paralelas) bandas por los escenarios del under sin ver un peso, por fin llegó lo que todo músico ansía en un país con pocas posibilidades para el arte: cobrar por tocar. Vivir de la música, el paraíso perdido. “Ese cambio es buenísimo, yo se los recomiendo a todos –revela Marce, que trabajó de telemarketer cuando recién se formó Onda Vaga–. A uno de los primeros shows llevé a cinco compañeritos telemarketers, de las diez personas que había. Les hice pagar la entrada con ese sueldito de mierda. Qué mundo de mierda. Yo era la misma mierda. Con mi primer sueldo compré un Jack Daniels y lo llevé al camarín.” Dice Nacho: “Es lo que tendría que pasarle a todo el mundo que va a tocar. A mí me llevó ocho años llevarme plata después de tocar. Está mal no llevarse plata porque la movida que hace un músico que va a tocar es impresionante”. Y Germán completa la idea: “Se lleva guita el fletero, el sonidista, el chabón que corta los tickets, el dueño del boliche, y el músico... jamás. Eso es lo limado”.

Pero volvamos al principio de este relato. Algo, aun después de terminada la nota, les quedaba en el tintero: la muerte de Mariano Ferreyra. “A mí ya me había parecido limado porque vi videos del pibe tocando la guitarra, era la imagen militante de un estudiante. Me hizo acordar a la dictadura, que desaparecieron los pibes, estudiantes, artistas, que ayudaban, pibes que en su vida agarraron un arma”, expone Tomi. “Aparte lo mata un chabón que es un barrabrava –interrumpe Marce–. Yo creo que la educación futbolera aniquila a la educación en el amor. Está muy equivocada la educación y el enfoque, nadie te enseña a valorar la vida y a amar. Entonces, un chabón que vive en una realidad de odio, tiene un chumbo y el patrón le dice ‘matá al zurdito’, y lo mata, le chupa un huevo. Y le divierte, quizá.”

Movilizados por la participación que tuvo Onda Vaga en el Festival por el Juicio y Castigo a los asesinos de Mariano, la banda vive la situación desde otro lugar, de una manera más cercana. Unos minutos antes de subir al escenario montado en la plaza, estuvieron hablando con un amigo de Mariano y les dijo que él tocaba sus canciones en la guitarra y que siempre iba a verlos. “Nos pasó de hablar con el pibe éste, que era su cuñado, y nos contó del último día del chabón, que no se pudo despedir, pero que había estado hablando con el viejo del pibe éste. Se fue a la marcha y ya está, no lo viste más”, cuenta Marcos Orellana. La pregunta, al comienzo de la charla, fue cómo se habían sentido al tocar frente al Perito Moreno la canción La muerte canta. Pero Marce contestó, lapidario: “Fue más fuerte cantar en la Plaza de Mayo frente a 40 mil personas”.

–¿Quién los convocó a tocar en el festival?

Marce: –Un amigo de Mariano que militaba con él.

Marcos: –Una situación un poco limada y es que terminó siendo un acto del Partido Obrero encubierto, se terminó haciendo política en vez del reclamo. Terminó teñido de partidismo y eso me chocó un poco.

–¿Por eso no tuvieron un discurso potente como tal vez lo tuvo Alika?

Germán: –No tenemos un discurso potente. Que maten a un chabón que no se lo merece no está bueno nunca, el discurso era estar ahí. Yo no soy muy bueno para hablar y está bien sumarse a una causa noble y justa como un pedido de justicia; no sé si fue por el Partido Obrero que no tuvimos un discurso.

Marcos: –Lo que pasa es que iba a ser medio así, que el PO iba a abanderar la ceremonia porque el chico estaba en el PO. El respeto a cualquier tipo de militancia está, pero a veces los partidos generan eso, se mezclan los intereses con las cosas artísticas, entonces por ahí también nos choca un poco.

–Y ahora que los sigue mucha más gente que antes, ¿creen que tienen que tomar algún tipo de compromiso?

Nacho: –Yo creo que nos comprometemos de alguna manera con algo. Si bien no estamos diciendo “salgan a comer carne” o “no salgan a comer carne”, o algo muy preciso, yo creo que sí estamos diciendo algo.

Marcelo: –El mensaje es claro, y hay mucha gente a la que puede parecerle naïf y ridículo, pero para mí hay un mensaje de “salí a vivir la vida y pará, por un lado, de sufrir al pedo, y por otro lado, date cuenta de lo que hacés vos”. Podés salir al jardín a cosechar lo bello, podés salir también a correr, a disfrutar, no hace falta estar metido dentro de una nube gris y lleno de mierda cuando la decisión está en vos e irte; en vez de hacerte una choza en una villa miseria, te podés ir a hacer la misma choza en el medio del campo.

Tomás: –Con pinzas también todo eso.

Marcelo: –No, ni a palos con pinzas, ni a palos. O sea, es una decisión, yo no digo que sea fácil.

Tomás: –Para mí no es todo tan así, “bueno, es tu decisión ser feliz”, porque hay muchas causas que son inevitables y llevan al sufrimiento.

* Onda Vaga toca en el Centro Cultural Konex (Sarmiento 3131) los domingos 12 y 19 de diciembre, a las 20. Entrada: $ 35.

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Imagen: CECILIA SALAS
 
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