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Jueves, 24 de noviembre de 2011

BOMBA ESTéREO Y EL PROBLEMA DE RECORRER EL MUNDO SIENDO DE COLOMBIA

“Casi no podemos viajar libremente”

Crecidos desde las entrañas de la cumbia colombiana, enaltecieron la música de su país y se instalaron en varios puntos del tablero, al grito de Fuego. Poco a poco, esta alianza entre la cumbia y electrónica tomó posesión desde el Caribe hacia el mundo. Pero viajar a veces se les complica. Hablan Simón Mejía y Li Saumet.

 Por Julia González

Bomba Estéreo no se caracteriza por ser una banda que se anda con vueltas. Es más bien clara en la irreverencia de apiñar sus raíces colombianas con la electrónica y parir así la cumbia psicodélica. Y como las paradojas suelen ser un desafío para la reflexión diremos que en este caso esas contradicciones son las mismas razones que embellecen su música. De un lado se subleva lo antiguo de la tradición: el folclore, donde los ancestros africanos se remolcan al presente. La cumbia y la champeta fueron impulsados por Simón Mejía, creador de Bomba, quien adherezó con un condimento kitsch y sirvió aguardiente en la pista de baile para todos y todas. Y del otro lado está el sonido nuevo de la tecnología, donde se alinean finos detalles de sintetizadores, dando como resultado la inevitable enajenación de aquel que los escucha en vivo.

Con sus amigos y compatriotas que también enaltecieron la cultura colombiana, Systema Solar y Chocquibtown, Bomba Estéreo atacó hasta Kamchatka y se instaló en varios puntos del tablero, apadrinados tácitamente por los puertorriqueños Calle 13. De a poco esta alianza de cumbia y electrónica fue tomando posesión desde el Caribe hacia el mundo. Con Fuego como un hit que más de un rockero querría tener (es la cortina musical de El puntero, unitario protagonizado por Luis Luque y Julio

Chávez, y además es el tema del juego FIFA 10), Bomba Estéreo se anota la victoria de haber llevado la cumbia donde jamás hubiera sonado, como Nueva York o Shanghai. Llamarlo pacatería o cultura, lo mismo da, lo cierto es que Estalla, el segundo disco de los colombianos y el primero en el que participó Liliana Saumet como vocalista guerrera, ya se ganó el cariño de gran parte del planisferio que los colombianos visitaron.

Pero atención, que aquí entra en juego otra de las paradojas; la dificultad burocrática de viajar que les arroja un manto de sospecha debido a su ciudadanía. Se preguntan en su blog: “Cuándo será el día en que los colombianos nos liberemos de ese proceso extremadamente caro, tedioso y hasta antiecológico de tramitar visas en donde se necesita imprimir casi una resma de papel para hacer un paquete del tamaño de La guerra y la paz de Tólstoi (...)”.

Julián Salazar (guitarra), el último en integrar la banda junto a Kike Egurrola en batería, y el único que vivió en nuestro país, cuenta que se torna bizarra la forma en la que viajan, ya que la desconfianza es una certeza no bien exhiben sus pasaportes en migraciones. En tres años de giras acumularon cerca de 28 visas para poder entrar a otros países, lo que significa ir 28 veces a las embajadas con los mismos papeles requeridos para conseguir el comprobante que los habilite a pisar suelo extranjero. “Son muy pocos los países por los que podemos viajar libremente. Necesitamos visas para la mayoría de lugares. La mayoría de la gente viaja con pasaporte normalito, pero nosotros es muy posible que viajemos con cuatro pasaportes cosidos. Es una alegoría esta cantidad de documentos que tenemos que procurar debido a nuestra ciudadanía, es como una burla. Tú como argentina tienes un poco más de libertad para moverte por el mundo que nosotros”, compara el guitarrista. Pero no son los únicos que expresan su descontento, el rapero Ali Aka Mind, escribió en pasaporte colombiano: “Soy colombiano como el producto que el mundo aspira / soy pacífico guajira o el paisaje que te inspira. (...) Y si me para algún agente de allá afuera / me vale poco, llevo con orgullo mi bandera”. Esta vez mostrarán sin culpas sus pasaportes para entrar en Argentina por una puerta grande, y cerrarán el Pájaros Tour, que comenzó aquí mismo este año, y los llevó por Lollapalooza Chile, Vive Latino en México, Coachella en EE.UU. y Europa.

–¿Viven el tema del pasaporte como una discriminación?

Julián: –No hablo por mí, no me lo gané, pero mis compatriotas... nuestra raza en sí da derechos que no corresponden y me imagino que nos lo ganamos en algún momento, sobre todo por la onda del narcotráfico. Creo que eso es lo principal que jodió al pasaporte colombiano para poder moverte. En los ‘60 y ‘70 era mucho más fácil, después se vino el narcotráfico fuerte, y es tremendamente molesto el proceso de visados.

–A partir de ahí todos los colombianos son sospechosos.

Julián: –Sí. Ojalá cambie.

...

Si tomáramos dos fotos por separado de Simón Mejía y Li Saumet de niños, costaría identificarlos con este dúo explosivo que hoy se prende fuego. Aquellas pequeñas personalidades que años más tarde liderarían Bomba Estéreo eran la antítesis, uno casi autista y la otra, un petardo que se subía a los árboles y se vestía de niño. Después fueron creciendo con el arte como motor, hasta que Simón comenzó a expresarse y Liliana a usar vestidos. Pero ese antagonismo entre los dos delinearía la historia de Bomba Estéreo. Tal vez el universo iba entendiendo la idea de que un país como Colombia, con una historia cargada de violencia, necesitaba cadencias salerosas para alegrar al pueblo. “Hay muertes y hay alegría a la vez. Es una particularidad un poco triste también. Quisiera que no haya tanta muerte y tanta violencia, pero a la vez uno agradece tener un país tan bello y con tanta riqueza natural. Tanto es así que nacen ritmos tan alegres y tan festivos como la cumbia, la salsa y lo que se baila acá”, cuenta Simón en comunicación telefónica desde Bogotá.

En Música acción exhortan de forma impersonal a alejarse de la mentira a fin de no ser como Alvaro Uribe Vélez, el ex presidente colombiano. Desde el año pasado, Juan Manuel Santos está al frente del país con su gobierno, el cual advirtió a las FARC tras el asesinato de Alfonso Cano, líder de la guerrilla, que se desmovilicen, de lo contrario acabarían en la cárcel o en la tumba. “Es una pena que se muestre como un festejo, porque nunca la muerte de una persona es un logro. Y mal que bien, así haya sido un asesino y haya secuestrado, cuando él decide integrar la guerrilla fue porque tenía ciertos ideales y ciertas cosas valiosas. Matar no es la manera de guiar a la paz, y lastimosamente así se está haciendo. Es difícil hablar sobre eso porque el conflicto es muy complejo, no es sólo blanco o negro, hay grises en el medio”, reflexiona Simón.

De ahí que las canciones tienen una carga social y la reivindicación propia de sus raíces. En Estalla casi no hay presencia del amor romántico, salvo en la dulce Agua salá. Pero ahora que Li se enamoró de un cordobés y está viviendo en la capital del fernet, la lírica comenzó a virar hacia un lugar más espiritual. Y entre reproches a su novio que promete llevarla a ver ovnis al Uritorco, cuenta Li vía Skype: “Yo estoy en total desacuerdo con el gobierno colombiano desde hace mucho tiempo y me da mucha tristeza que mi país cada vez vaya más para abajo. La verdad es un país corrupto, pero trato de no concentrarme solamente en eso, ¿sabes?. Todo bien con la política pero trato de pensar en otras cosas”. A propósito, cuando las mujeres se enamoran no dejan de sonreír, y ella no es la excepción. Esas “otras cosas” de las que habla la vocalista componen principalmente el disco nuevo, aún sin título.

El año que viene se cumplirán cuatro años de la salida de Estalla y en el medio hubo giras que los unió como a una familia, con el crecimiento consecuente que los llevó a dar el volantazo, según ellos cuentan. Julián lo llama “quiebre musical. De tanto viajar aprendimos a conocernos, a estar juntos y a hacer música más fluidamente porque sabemos bailar con el otro, sabes dónde va a poner el pie y sabes cómo no pisarlo, entonces eso lo llevamos hacia la música. Se puede adaptar a los deseos y a lo que va a salir. Estéticamente hablando, serán cosas muy cluberas, diría yo, del club. El disco va a tener un buen balance en cuanto a sonidos fuertes, con unos temas más tranquis, muy bien hechos, bonitos”, cuenta el guitarrista por Skype desde el estudio en Bogotá, con el triángulo de The dark side of the moon adornando su cabeza.

–¿En qué se diferencia concretamente el disco nuevo de Estalla?

Li: –Las letras son más de adentro, tiene otros sonidos, una cosa totalmente diferente, es muy Bomba Estéreo, pero obviamente con otras cosas nuevas. Con Estalla era la primera vez que escribíamos un disco entonces yo hice lo primero que se me cruzaba por la cabeza, creo que no lo pensé mucho, quería hablar de cualquier tema. Pero sabes que cada vez que uno va creciendo va cambiando, entonces ando pensando cosas diferentes y con todo este proceso hay una evolución. Porque cuando estás cantando no solamente estás de fiesta, estás además comunicando y cuando comunicas es una gran responsabilidad, entonces eso de pronto te lleva a escribir letras un poco más desde adentro.

Simón: –Pienso que es una evolución del sonido de Bomba Estéreo porque encontramos nuestra estética sonora, pero estamos explorando otros ritmos. En la música tratamos de tocar, no tanto la cumbia, sino también otros ritmos. La lírica de Liliana tiene otras temáticas, no sé si son canciones más maduras pero son diferentes. No se habla tanto de la fiesta y el sexo sino de cosas más internas, más espirituales, y la música es más electrónica aunque no dejamos de lado el folclore. A nosotros nos gusta mucho explorar, yo pienso que es el momento de explorar.

–¿De qué se trata la revolución psicodélica que nombran en la canción La cumbia psicodélica?

Simón: –Pienso que es algo que reúne varias ideas tanto musicales en general con la música que está haciendo Bomba Estéreo, la manera en la que está influenciada por la psicodelia. Y con esto me refiero a la experimentación de ligar con muchos sonidos, sintetizadores electrónicos, la influencia un poco de los ‘70, de Pink Floyd y esa onda, y también un poco a la colombiana, que es la manera en Colombia de vivir la fiesta y las expresiones musicales. Los colombianos tenemos una psicodelia muy particular y muy propia, entonces eso es lo que estamos tratando de expresar un poquito con la música de Bomba Estéreo con todo ese contexto musical con el que crecimos y hemos sido influenciados.

–¿Creen que la cumbia une a los países latinos?

Simón: –Sí, definitivamente. Yo creo que es el ritmo latinoamericano por excelencia. La cumbia como género musical acá en Colombia es de la época de las colonias, pero se popularizó en los años ‘60. Y cuando eso pasó, el mambo también estaba en auge y como que se puso por encima, pero creo que la cumbia se expandió desde México hasta Argentina y cada país tiene su propia expresión. Es un poco la constante en toda Latinoamérica.

–¿Y qué les pasa cuando vuelven a Colombia después de las giras?

Julián: –A mí me encanta poder irnos con la música para muchos lugares muy diferentes que nunca habíamos imaginado en una vida normal o de turistas, es mucho más gratificante y muy agotador también. Es un poco como estar en un gimnasio, una rutina. Fueron dos años increíbles de mucha carretera y mucho avión. La contraparte es llegar a casa. Yo me la paso encerrado, lo único que quiero después de la gira es estar encerrado en casa. Cuando estoy de gira procuro no estar pensando en las personas que están en Colombia, sino simplemente enfocarme en la gira y en el lugar que estoy para aprovecharlo al máximo y asimilarlo. Lo bonito de ir a un montón de lugares fue poder comprarme por ahí juguetitos, tesoritos. Y llego a casa y a disfrutarlos, estoy entre mis cables, mis máquinas y todo el tiempo haciendo música. No pretendo estar viviendo una doble vida, mi hogar es Colombia, Bogotá, y estoy de lleno en el lugar que estoy.

* Bomba Estéreo toca hoy en Rosario; mañana y el sábado 26 en Niceto Club (Niceto Vega 5510), a las 21, y el domingo 27 en Córdoba.

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