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Jueves, 24 de julio de 2014

UNDER THE DOME, TEMPORADA II

Vivir en un termo

¿Hasta dónde se tensarán las paredes invisibles de la ciudad bajo la cúpula?

 Por Javier Aguirre

El aislamiento forzado de un grupo de gente, en tanto tester de Apocalipsis, rinde bien como carne de suspenso. ¿Cómo reacciona una comunidad cuando desaparecen el Estado, los medios de comunicación, el Google y la continua reposición de productos en las góndolas del supermercado? Todo recurso se vuelve no renovable y empieza a tensarse la cuerda entre solidarios-procivilización y mezquinos-provaletodo. Ese largo y sinuoso camino que se remonta leyendo El Señor de las Moscas (novela de William Golding) o viendo The Walking Dead o Lost es el mismo que conduce a Under The Dome, la serie de TV basada en el libro del gran Stephen King, que estrena su segunda temporada este lunes 28 desde las 22 en TNT, con episodio inicial doble y precedida de las fanfarrias del alto rating en pantallas estadounidenses.

King pone aquí algo más que la idea, ya que también produce, mete cameos–como suele hacer– y hasta escribe algunos guiones, como el que se estrenará el lunes. Y no está solo: la serie cuenta con la producción de Steven Spielberg y con aportes del riñón de Lost, como el también productor Brian K. Vaughan. Pero aquí no se trata de un aislamiento insular, sino de una inmensa burbuja invulnerable e invisible (La cúpula, como se llama, de hecho, la serie en otros mercados hispanoparlantes) que ha rodeado y encerrado herméticamente una ciudad entera.

Ese disparador–parodiado por Los Simpson– permite un sinfín de “nuevos personajes” que entran en acción todo el tiempo, ya que la ciudad aislada es bastante grandecita y las combinaciones de cuentas pendientes, casi infinitas. Y el formato de serie lleva a dosificar todo lo posible, si no ya a amarretear, la información concerniente al fenómeno inexplicable en sí (¿es la cúpula un ente biológico, extraterrestre, castrense, paranormal?), así como también a explorar con deliberada y desesperante paciencia las consecuencias posibles del desabastecimiento devenido del encierro: medicamentos, agua, energía, comida, balas, drogas...

¿Cuánto más se podrán estrechar las paredes de un encierro colectivo? El siniestro gancho de Stephen King es la máxima esperanza de que Under The Dome, a pesar de su rica premisa, no se deshilache en su propia tinta. Como pasó con Lost.

* Lunes a las 22 por TNT.

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