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Jueves, 4 de febrero de 2016

CRISóLOGO Y LOS CUERDOS

“Somos Cultores de la canción”

El combo funciona como acceso directo al rock fundacional.

 Por Julia González

“Hay algunos que creen en una sola visión verdadera e instituyeron la idea dominante de lo que entendemos como ‘cordura’. Pensarnos como locos sería darles la razón”, dice Manuel Bence Pieres, fundador, cantante, pianista y guitarrista de Crisólogo y los Cuerdos, a propósito del bautismo de su banda. Parado en el umbral es el único tema instrumental del disco que lleva ese nombre, producido por Manza Esaín. La banda se completa con Mariano Cantarini en guitarra eléctrica, Mariano Bruno en bajo y Rodrigo Bence Pieres en batería; y también participó Marcos Fernández Moujan, baterista de La Perla Irregular y Pels, tal vez bandas hermanadas en cuanto a sonido y concepto.

Crisólogo y los Cuerdos no sólo retoma la sonoridad de los ‘60 y tempranos ‘70, sino que resignifica aquellas olvidadas ideas del cuestionamiento a las instituciones y a las estructuras sociales como Charly García cantaba en Botas locas o Nito Mestre al diferenciar mediocridad de locura en El tuerto y los ciegos, de Pequeñas anécdotas sobre las instituciones de Sui Generis. Beatles, Beach Boys y aquella primera formación de Charly componen la búsqueda musical de Crisólogo a través del folk, la balada, el beat y el rock psicodélico. Los órganos Farfisa y las progresiones de las melodías dan forma a armonías que atestiguan referencias sesentistas.

Parado en el umbral fue compuesto durante el vértigo de la grabación de Melodías para dar (EP, 2012). “Creo que la situación de estar produciendo un disco es muy inspiradora, se da algo muy intenso que te hace estar todo el tiempo conectado con la música. Además, da un poco de vértigo pensar que después de grabar esas canciones no te queda nada”, dice Manuel, que también grabó los órganos. Por eso durante la grabación de este disco surgió una situación similar, y ya casi tienen el repertorio del siguiente.

“Cuando grabamos Melodías para dar todavía no sabíamos bien qué queríamos hacer. Parado en el umbral es el resultado de una búsqueda que sabemos infinita, pero de la cual no podemos alejarnos. Somos cultores de la canción y nos gusta pensar que éstas son las mejores que hicimos”, dice Manuel acerca del último trabajo, que incluye, además, un cuarteto de cuerdas, saxos y clarinete, cuyas presencias sugieren un trabajo ambicioso y pulcro que aporta identidad a este nuevo sonido ya escuchado.

Frases como “La ciudad contagia putrefacción / ,ientras giran sin dirección las agujas” o “No vino a mí la esperanza / muy lejos me embarqué / construí una gran balsa” son un acceso directo a los primeros estertores del rock cuando los chicos de La Perla y La Cueva no sabían que estaban convirtiéndose en grandes.

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Imagen: Cecilia Salas
 
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