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Jueves, 28 de abril de 2016

PRINCE HA MUERTO PERO NO SE HA OLVIDADO

LA MADRE DE LA REINVENCION

A días de su fallecimiento, las comunidades del indie y la electrónica, de la música afroamericana y el pop, ya le rindieron tributo a uno de los artistas más importantes de la música, que siempre excedió los límites no sólo compositivos e interpretativos, también los formatos. Y los nombres.

 Por Yumber Vera Rojas

A una semana de la muerte de Prince, y mientras aún se determinan las causas (ya fue descartado el suicidio), la escena musical mundial intenta ponerse de pie de nuevo tras su sorpresiva partida. Si ya el fallecimiento de Bowie fue un golpe duro para la cultura pop en este 2016 donde parece que morirse está de moda, el de su antípoda soul y R&B fue todavía más bajo. Y es que no hubo otros artistas paridos en el siglo XX que no sólo tuvieran la capacidad de reinvertarse a sí mismos, sino a todo lo que les rodeaba. Por lo que el legado del ícono de Minneapolis, por más que intentara boicotearlo al arremeter contra las imposiciones de la industria discográfica (sacó su obra incluso de las plataformas virtuales como YouTube y Spotify), impactó en el indie y en la electrónica, en la música afroamericana y el pop.

De eso dieron fe muchas agrupaciones. Entre ellas, la estadounidense de electro pop Yacht, que a manera de ofrenda colgó en su cuenta de Soundcloud su cover de Annie Christian, que iba a ser parte inicialmente en su disco Shangri-La (2011), pero al final no entró. Pero la impronta del músico que adelantó en la estación Indie 103.1 (radio dedicada al pop independiente de Los Angeles), en 2008, algunas canciones de su álbum Lotusflower, también se podrá evidenciar mañana en Buenos Aires, en el show de Unknown Mortal Orchestra en Niceto Club, donde la banda liderada por el neozelandés Ruban Neilson ofrecerá un bacanal de soul psicodélico, donde puede que manden algún tributo.

Los homenajes abundaron apenas se conoció la noticia de su muerte, entre los que destacaron los de Guns N’ Roses, Bruce Springsteen, Rihanna, LCD Soundsystem, Sufjan Stevens y Mumford and Sons en sus recientes recitales. Y mientras Prince era recordado por colegas y fans, quienes pintaron calles de color púrpura, y la NASA le dedicaba una galaxia, The Weeknd confirmaba el peso que tuvo en su estilo de cantar el artista que murió al tiempo que promocionaba los dos volúmenes de HitnRun (2015). Sin embargo, ese arrebato iconoclasta y sexual es igualmente notable en exponentes de esta generación como Frank Ocean, Usher, Janelle Monáe, André 3000, D’Angelo, Pharrell, St. Vicent, Lady Gaga y Beck.

Aunque sin duda Purple Rain fue la producción que lo posicionó en todo el mundo, en la Argentina la influencia de Prince, quien le compró una ilustración al argentino Pablo Lobato que fue usada para su show de 2008 en el festival de Coachella, en la escena musical local es palpable a partir de la salida del álbum Sing o’ the Times (1987), lo cual está de manifiesto en discos como Parte de la religión (1987) y Cómo conseguir chicas (1989) de Charly García, Ey! de Fito Páez (Dame un talismán, de ese trabajo de 1988, es una reverencia obvia al músico estadounidense) y Peluson of Milk de Luis Alberto Spinetta (1991).

Justo el año en el que apareció ese material del Flaco, Prince debutó en Buenos Aires, en cancha de River, con el Diamonds and Pearls Tour, cuya prueba de sonido fue más larga que el show, que apenas alcanzó los 70 minutos. A pesar de que su corta duración causó indignación en buena parte de los 25 mil asistentes, ese desembarco sirvió para escribir una leyenda que formó y moldeó a bandas nacionales del tenor de Illya Kuryaki and the Valderramas, Babasónicos y Miranda! Dios te salve Prince, lleno eres de gracia.

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