radar

Domingo, 29 de mayo de 2016

VALE DECIR

TRAS LOS PASOS DE FRANCESCA

“El motor de mi obra ha sido la incomprensión del dolor. Era incapaz de entender su origen; sin embargo, ahí estaba, irremediablemente, incluso cuando –en apariencia– todo parecía ir bien. Trabajar a partir del dolor me ha ayudado a entenderlo; lo ha vuelto agradablemente tolerable”. Así enuncia la joven fotógrafa española Silvia Grav la taciturna fuerza vital que se esconde detrás de sus fotografías. Fotografías melancólicas y fantasmagóricas, donde la imagen –en general, autorretratos posteriormente manipulados, en blanco y negro– devuelve una figura desdibujada entre fondos agrietados, que levita o se desvanece en humo, que deviene esqueleto o padece entre las sombras. Donde un yo espectral se tensa con el mundo exterior, y se exhibe visceral e íntimamente. “En el terror de estas fotografías se encuentra una suerte de éxtasis, una rendición de ensueño a la inestabilidad y el miedo”, esgrimen ciertos especialistas, que no pueden dejar de mencionar la notoria influencia de Francesca Woodman en las piezas de Grav, quien pareciera continuar el diálogo personalísimo entre feminidad y mortalidad. “No puedo evitar la oscuridad, del mismo que no puedo evadir cierta tendencia hacia la fatalidad. Al final, mi trabajo acaba expresando mi costado lúgubre, la necesidad de alivio, la adicción a que mi ego sea oído, la libertad –y prisión– que encuentro en todo esto”, anota la artista que, con apenas 22 años, ya ha expuesto individual y colectivamente en Italia, Francia, España, Senegal, Portugal, Taiwán y Estados Unidos. Con residencia repartida en Madrid y Los Ángeles, la muchacha que ganó en su momento el premio #20under20 de Flickr, continúa atrayendo atenciones muchas, y otro tanto de pesadillas.

Compartir: 

Twitter

 
RADAR
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.