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Domingo, 21 de abril de 2013

VALE DECIR

Leche que te quise tanto

Para recordar la etapa primeriza de los infantes, madres y padres continúan recurriendo a gestos ya clásicos (guardar el primer mechón o el primer diente, dibujar las primeras huellas) o gestos novedosos más bien perturbadores (encuadrar el test de embarazo, secar y conservar el cordón umbilical). Sin embargo, a pesar de las nutridas opciones, una empresa comprendió que faltaba algo más y decidió ofrecer una nueva posibilidad para familias ansiosas por registrar cada instante del recién nacido. Así, la tienda virtual Mommy Milk Creations, una de las tantas a disposición en el sitio Etsy.com, vende joyas... hechas con leche materna. Ninguna ambigüedad o metáfora: se trata de anillos, aros, collares y artesanías varias con ese material especial que nadie esperaba pero, al parecer, más de uno quería.

Porque, contrariamente a lo que el sentido común pudiera descular, estos productos son sensación entre madres lactantes norteamericanas. Al menos así lo afirma el Daily Mail en una nota que, además, acerca la palabra de la mujer que regentea la firma, Allicia Mogavero, una madre de tres hijos con sede en Rhode Island. Según la señora, la respuesta de la gente ha sido “abrumadora”. “Muchas clientas me dicen que estas joyas son un magnífico recuerdo para un momento tan especial y una gran manera de conmemorar la experiencia y el vínculo que han sentido con sus hijos”, declaró la empresaria, que no para de vender.

Acerca de la modalidad del proceso de fabricación, el sistema es sencillo: las compradoras envían dos cucharadas de su leche en una bolsa zip-lock que, luego, Mogavero conserva en resina, plastifica y moldea en forma de corazones, lunas, estrellas o pequeñas manos de miniatura. Más tarde, el detalle se engancha o agrega a estructuras de plata. Como bonus, un mensaje especial o el nombre del crío también pueden ser incluidos. Por si las moscas, en esta instancia Allicia advierte que el color de la pieza final variará dependiendo de la muestra y que nunca dos piezas son iguales. “Algunos ejemplares salen más amarillentos, otros más delgados”, describe en su web.

Con diseños que van de los 60 a los 150 dólares, el tiempo que lleva concretar el pedido es de un máximo de ocho semanas. Un mes y medio de espera para un innecesario e inquietante recuerdo de por vida que la propia Mogavero inventó mientras amamantaba a sus hijos. “La leche materna dura un período tan corto y es tan increíble, siendo capaz de hacer crecer tanto a una criatura, que pensé de qué manera conservarla”, declaró sobre una idea que devino proyecto y, ahora, inexplicable negocio rentable.

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