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Domingo, 28 de septiembre de 2014

LO QUE GUARDA UNA CARPETA AMARILLA

CICLOS La semana que viene arranca la tercera edición de Mis documentos, conferencias performáticas concebidas por Lola Arias, un trabajo documental teatral, pequeñas piezas en formato mínimo donde diferentes artistas hacen visibles investigaciones, obsesiones, proyectos futuros o frustrados. Este año, por ejemplo, el escritor Iosi Havilio recordará que, de niño, actuó en Diapasón, la primera película de Jorge Polaco; la poeta y performer Tálata Rodríguez leerá las cartas que le envió a lo largo de los años su padre Gerardo, tarotista de la guerrilla colombiana, chamán, rockero y pintor. Y Liza Casullo hablará de la llegada a su vida de 23 cajas cargadas de ejemplares de El frutero de los ojos radiantes, una novela que escribió su padre, Nicolás Casullo, en sus últimos años de exilio.

 Por Mercedes Halfon

Mis documentos es el nombre de una carpeta amarilla de PC donde se guardan archivos personales. Word, Excel, imágenes, audios: el formato de esa memoria externa muta permanentemente y a tanta velocidad que puede llegar hasta tener una forma escénica. Algo así debe haber pensado Lola Arias cuando concibió un ciclo teatral llamado justamente Mis documentos. Una serie de conferencias de artistas de distintas disciplinas donde harán una puesta en escena de una experiencia que permanecía guardada en oscuros anaqueles personales. Como un urgente backup existencial: desde un acontecimiento al borde de lo traumático, a uno hermoso y –hasta ese momento– secreto. Siempre algo realmente sucedido, experimentado, documental. Como si se tratara de compartir esa canción que no dejamos de cantar para adentro y se hace necesario bajar a otras computadoras.

El ciclo va por su tercera edición apostando a instalar este formato bastante nuevo en Buenos Aires. ¿Qué son las conferencias performáticas exactamente? El nombre es una traducción, Lecture performance, algo así como una charla performativa o una performance hablada. Es, claro, una de las tantas ramificaciones de la performance. El género surgió a partir de John Cage y sus conferencias Lecture on Nothing, se desarrolló en los años ’60 por artistas como Joseph Beuys y otros ligados a Fluxus, con la idea de convertir un discurso en una obra de arte. Se trata de una práctica artística expandida y de un tipo específico de presentación que va más allá de la conferencia típicamente académica. Es un formato entre lo escénico, lo visual, lo discursivo y lo conceptual. En los últimos años fue proliferando dentro del teatro, la danza y las artes visuales, transformándose en una de las variantes del teatro conceptual. Artistas como el libanés Rabih Mroué, Tim Etchells, o el coreógrafo Jérôme Bel lo han incorporado a sus obras, mostrando la forma en que el género puede reinventarse. De todas estas vueltas se apropia entonces Lola Arias para hacer una variante contemporánea, interdisciplinaria y local.

Mis documentos –que tendrá lugar en el Cultural San Martín– está integrado por pequeñas piezas teatrales de formato mínimo. Un cuerpo en escena, acompañado de una computadora y una pantalla. Una forma de que diferentes artistas hagan visibles investigaciones, obsesiones, proyectos futuros o frustrados. Carpetas amarillas sin nombre que corrían el riesgo de perderse para siempre en la mente, lo que es peor, caer por error en la papelera de reciclaje.

LA OBSESION HACE LA FUERZA

Hay que saber que Lola Arias, la gestora y curadora del ciclo, viene trabajando con lo documental en teatro desde hace algunos años. En principio fue su biodrama Mi vida después donde utilizó las historias personales de actores y músicos que ponían en escena el modo particular que la dictadura argentina había atravesado la vida de sus padres y por ende, la propia. Más recientemente, en Melancolía y manifestaciones, trabajó sobre la vida de su madre. Pero en este ciclo, Arias se corrió del lugar de realizadora para ser la creadora del marco, de la iniciativa que convoca a distintos artistas a hacer lo suyo. Así narra cómo fueron delineándose el proyecto año a año: “En un principio pensé en artistas que de alguna manera ya hayan trabajado en algún borde de lo documental, con historias reales. O que fueran creadores que hayan rozado o yo tenga la intuición de que harían algo que hablara de una experiencia individual. Los invito a que hagan una investigación sobre eso. Otras veces he lanzado una botella al mar a ver qué viene, cómo a esa persona le resuena la convocatoria. Se trata de una conferencia que dé cuenta algo que los obsesiona”. Para esta edición, Arias invitó a artistas provenientes de la música, la danza, la performance, la literatura, el cine y las artes visuales. La poeta y performer Tálata Rodríguez; el músico Ulises Conti; el escritor Iosi Havilio, el cineasta Alejo Moguillansky y la coreógrafa Luciana Acuña –marido y mujer–; la música y actriz Liza Casullo; y el artista visual Leopoldo Estol.

Una de las aristas más interesantes de estas conferencias es que estos creadores se ponen ellos mismos en escena. Son los artífices y protagonistas de una misma puesta que, en cierta medida, incluye una suerte de culto a la personalidad. Un caso singular fue, en una edición anterior, la propuesta de Mariano Llinás que realizó su performance acompañado de su perro Cacho, un dúo tan inseparable como excéntrico. “Me interesa ver el cuerpo, la subjetividad, la persona real, sobre el escenario”, enfatiza Arias. Es en esa aparente soledad que la figura de la curadora se convierte en una socia infaltable de cada performance: “Eso es lo más divertido para mí: prestar servicio. Ser una especie de consultora, ayudante, psicóloga o frontón. Hay una necesidad de que haya alguien mirando de afuera en el momento en que ellos están solos en escena. Un primer espectador. Y esa soy yo”.

Pero esta soledad en el escenario se convierte en multitud al pensar el ciclo como serie. Por él ya pasaron en sus dos ediciones anteriores Félix Bruzzone, Albertina Carri, Beatriz Catani, Julián D’Angiolillo, Andrés Di Tella, Marsha Gall, Ana Gallardo, Laura Kalauz, Lux Lindner, Agostina López, Mariano Llinás, Sofía Medici, Gerardo Naumann, Martín Oesterheld, Ivana Vollaro, Nele Wohlatz. Claramente una conferencia discute con la otra, se inserta en una continuidad que va encontrando sus variantes. Como un pantone de obsesiones y demencias de artistas. Como un catálogo que se inicia en esta ciudad y en esta época y podría no terminar.

MUCHOS FORMATOS MINIMOS

Da la sensación que el acontecimiento elegido para contar en la conferencia no es cualquier acontecimiento. No hay arbitrariedad, sino por el contrario, algo definitorio: una definición que nace en la vida y se vuelve determinante en la obra. ¿Por ejemplo? ¿Qué podrá verse en esta edición? Vayamos por partes. La primera conferencia será la de la poeta y performer Tálata Rodríguez, quien rescata de la muerte por humedad las cartas que le envió a lo largo de los años su padre. Gerardo fue tarotista de la guerrilla colombiana, chamán, rockero y pintor. A los seis años, Tálata se mudó a Buenos Aires con su abuela y entabló con su padre una relación epistolar. Esas cartas –a veces acompañadas de plumas, pedazos de corteza de árbol y objetos– fueron armando una suerte de museo postal. Hoy ella reabre las puertas de ese edificio de recuerdos y muestra algunos de sus salones más destacados. Cuenta Arias: “Me interesaba cómo se cuenta una relación a partir de cartas. Ahora que ya casi no existen como dispositivo, que todo es mail, WhatsApp, son un material obsoleto. Retomar lo que significaba tener las cartas del otro. Más en este caso que se trata de un padre, es muy fuerte. Pensar cómo la ha influido tener una relación literaria con su padre”.

Con presupuestos totalmente distintos fue pensada la segunda conferencia, Piano invisible, por Ulises Conti. En vez del reino de lo escrito estamos en el reino de lo escuchado. Este músico habituado a la experimentación entre lo poético y lo científico, guiará a través de la historia del piano hasta llegar a su misma desaparición de ese instrumento. Prometen al final de la perfo un pequeño concierto realizado con un piano invisible.

Uno de los mayores hallazgos de esta edición de Mis documentos es la conferencia que dará el escritor Iosi Havillo, que incluye una revelación: a los diez años Havilio actuó en Diapasón, la primera película de Jorge Polaco. “Cuando Iosi me contó que había actuado en la película de Polaco me pareció que era un material increíble para el ciclo. Siendo un niño participó como actor en una filmación de este director tan particular, que trabaja con desnudos, seres marginales, mundos paralelos. Su pasaje por esa película tiene un lugar clave en su carpeta mental. Todo esto marcó para él su rumbo literario.” Sus escenas en Diapasón recreaban flashes de la infancia de Ignacio, el protagonista, que interpreta Harry Havilio, su propio padre. Según el escritor: “En el recuerdo, todo se confunde: el detrás de escena con lo que sucedía en la historia, los retos de la ficción con las vueltas a casa, los desnudos ante cámara con los miedos que vinieron después. La prueba está en que mis vivencias más las del personaje fueron poblando, a conciencia y no, un mismo imaginario”.

Alejo Moguillansky y Luciana Acuña –cineasta él y coreógrafa ella– harán una conferencia sobre cómo es ser una pareja de artistas. Con la hipótesis de que la obra de ambos se modificó desde que empezaron a ser novios y colaborar entre sí. “En Por el dinero, que es la primera obra que codirigen, se vio mucho esta dimensión inesperada que surge de sumar lo conceptual de Alejo con el mundo del baile de Luciana. Por eso les pedí que hicieran para Mis documentos algo de ellos como pareja. Cuánto se influyeron el uno al otro”, explica Lola. El resultado es Strippers y submarinos. Dos investigaciones paralelas, una hecha por Acuña y la segunda por Moguillansky, que dialogarán en el espacio de la conferencia.

Liza Casullo es la protagonista la conferencia Capítulo 32. La historia está llena de números. Nace de una comunicación que recibió en la cual se la informó de la existencia de 23 cajas con 32 kg cada una con los ejemplares de El frutero de los ojos radiantes, una novela que escribió su padre, Nicolás Casullo, en sus últimos años de exilio y que cuenta la historia de su familia. ¿Qué hacer con estas cajas y con estas historias? ¿Qué hacer con el pesado legado familiar? Liza no sólo escribirá un último capítulo para esa novela, sino que realizará en la conferencia un último acto psicomágico para elaborar esa herencia contundente y húmeda.

La conferencia que cierra el ciclo es la de Leopoldo Estol. En 2009 este artista visual empezó a ir a la villa 31. Desde entonces junto a un grupo entusiasta de vecinos y artistas ha preparado una representación de la toma de la tierra, una muestra de arte en un comedor, talleres de pintura, clases de apoyo escolar y hasta una zapatilla gigante que se convirtió en un monumento portátil que los habitantes de la 31 llevaron a la Legislatura para reclamar por sus derechos. En los sucesivos proyectos Leopoldo fue armando un mapa personal de la 31. Según él cuenta: “En contra de lo que muchas veces se cree, en la villa hay mucho. El ánimo de invención acompaña ese mundo dividido en un millón de partecitas recolectadas que agazapado al borde de los mapas dice yo estoy acá”.

Para Lola Arias este ciclo, además de abrirse al incierto formato de la conferencia performática, trae consigo otras virtudes que quedarán resonando en artistas y espectadores. “Es una forma de divulgar ciertas ideas, una especie de militancia artística que estoy haciendo, que consiste en incentivar un contagio entre disciplinas. No puede ser que haya tantos nichos compartimentados en esta ciudad. Que el público del teatro no se entere de lo que pasa en el arte, ni el de música tenga contacto con el de literatura. Lo lindo del ciclo es el cruce en los públicos que produce. Junto con el desprejuicio que tienen artistas que no vienen del teatro y se ponen a pensar una puesta en escena. Es muy interesante. Hay algo que se renueva.”

Viernes y sábados, a las 21.30, en el Cultural San Martín, Sarmiento 1551. Entrada $ 40 / abono x 3 fines de semana $ 100. Más info: centroculturalsanmartin.com

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Lola Arias, Ulises Conti, Tálata Rodríguez, Iosi Havilio y Leo Estol
 
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