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Domingo, 19 de junio de 2016

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TUVE UN SUEÑO

Después de una gestación que se prolongó durante más de un año, este jueves se inaugura Dream come true, la primera retrospectiva de Yoko Ono en nuestro país. Estará centrada en sus míticas Instrucciones, e incluirá la pieza con la que deslumbró a John Lennon, aquella escalera hacia la palabra sí. Además de la muestra, que presentará tanto sus instrucciones como las obras generadas por ellas, se desarrollará también una serie de actividades paralelas, como la reedición del libro Pomelo, la reposición de sus performances y una muestra de sus películas experimentales. Junto con las palabras de sus curadores, Agustín Pérez Rubio y Gunnar V. Kvaran, Radar recorre todas las versiones de Yoko que se pasearán por el Malba y diferentes espacios de la ciudad de Buenos Aires hasta el mes de octubre.

 Por Marina Oybin

Con el poder de la palabra, con su potencia simbólica, Yoko Ono lanzó al mundo sus Instrucciones mucho antes de que se comenzara a experimentar con el arte desmaterializado. Con más de ochenta trabajos entre objetos, videos, films, instalaciones y registros sonoros, Dream Come True, su primera retrospectiva en nuestro país, pondrá el foco justamente en esas famosas Instrucciones. La muestra, que inaugura el jueves, comenzó a gestarse hace más de un año cuando Agustín Pérez Rubio, director artístico del Malba y cocurador de la muestra junto con Gunnar Kvaran, visitó a Yoko Ono en su casa de Nueva York. Habrá que estar preparado para participar y hasta para concretar algunas de ellas, como la que unió a John Lennon y Yoko Ono en noviembre de 1966 en Indica Gallery, en Londres. Es que en el Malba se recreará Ceiling Painting -YES Painting (Pintura de techo - Pintura SI), la instalación que Yoko presentó ese día y gracias a la cual se conocieron. La obra propone: “Sube a la escalera. Observa la pintura del techo con una lupa y encuentra la palabra Sí”. Lupa en mano, los espectadores podrán vivir esa experiencia que caló profundo en el ex Beatle. Lennon contó que tras llegar al último peldaño y leer la palabra Sí con letras chiquitas, quedó impactado: “Fue ese Sí el que hizo que me quedara”, dijo. Ese Sí, que en ese momento se volvió tangible, fue para él una especie de revelación. Ese aspecto esperanzador y participativo es clave en la obra de Yoko Ono desde los años cincuenta: Sí es una palabra que aparece en muchas de sus composiciones y objetos.

Las instrucciones que Yoko Ono viene haciendo desde hace sesenta años hasta hoy, a sus 83 años, son mensajes poéticos y al tiempo conceptuales. Algunas son realizables, otras no: invitan al espectador, por dar un ejemplo, a “escuchar el sonido de la Tierra girando”. En una de ellas, Yoko pide evitar hablar mal de otros. Esperar, ver qué ocurre. Son sugerencias orales o escritas que evidencian el deseo de Yoko Ono por modificar la realidad con la participación y el intercambio creativo. Carecen de sentido si el público no las completa con su acción o con su pensamiento, apropiándose de ellas o de alguno de sus fragmentos. Es que ponen en el centro de la escena el impacto de la palabra en las relaciones interpersonales y en la praxis social. “Son experiencias renovadoras: buscan que el arte te traspase. Son acciones donde las imágenes quedan grabadas en el inconsciente de cada uno. Yoko juega mucho con el poder del texto convertido en una imagen”, comenta Agustín Pérez Rubio. Por ejemplo, en Pieza de limpieza IV, Yoko propone: “Escribe todos tus temores en un papel. Quémalo. Vierte un aceite herbal con una dulce esencia sobre las cenizas”. En Pieza final, dice: “Cada planeta tiene su propia órbita. Piensa en la gente cercana a ti como planetas. A veces está bien sólo mirarlos orbitar y brillar”.

Además de las instrucciones propiamente dichas, que podrán leerse y escucharse, habrá una gran cantidad de obras expuestas que tienen sus raíces en estas piezas y que las hacen realidad. En la muestra se incluye Pieza de iluminación, de 1955, que es la primera obra de instrucción que escribió Yoko Ono, y el Film N°1: Fósforo, de 1966, donde se realiza esa instrucción. También se presentará Pieza risa, invierno, de 1961 (“Pásate una semana riendo”), con el Film N°5: Sonrisa, de 1968, del que participa John Lennon. Se verán sus Piezas susurradas, con las que desde 2001 Yoko Ono entrega al público pines con frases como “Sueña”, “Toca” o “Ríe” para que los espectadores se coloquen en la ropa.

Pieza de iluminación (“Enciende un fósforo y observa hasta que se consuma”) es un ejemplo muy temprano de arte conceptual donde Yoko Ono cuestionó la singularidad y la santidad del objeto de arte mediante la apelación a la participación de los espectadores. “En vez de trabajar con las interacciones visuales entre materiales y métodos, como los artistas abstractos que dominaban el mundo del arte en aquel momento, trabajó desde la base del concepto, utilizando solamente palabras que son la descripción y la definición de una acción a la vez. Sin embargo, las palabras permiten un alcance considerable para el artista, material y mentalmente”, explica Gunnar V. Kvaran, director de Astrup Fearnley Museet en Oslo y especialista de la obra de Yoko Ono.

Lo de Yoko fue el arte efímero, singular, por fuera del maistream. Por su propia naturaleza, las instrucciones eluden la definición de obra de arte tradicional, no pueden comercializarse como mercancía singular. Arte y vida, en Yoko son indivisibles. “Mientras el arte de Marcel Duchamp era principalmente conceptual, él mantenía la idea del objeto de arte, al igual que muchos artistas contemporáneos de Yoko Ono. Las obras de Yoko Ono se basan en un concepto. Su elaboración material se determina en gran medida por el espectador/participante, lo cual permite la eventual disolución/destrucción de la obra de arte”, considera Kvaran.

Algunas de las instrucciones otorgan libertad de expresión limitada al participante, como Pintura para martillar un clavo y Pintura para ser regada, donde la participación toma la forma de repetición matizada. En otras obras como Mi mamá es hermosa y Resurgiendo –ambas presentes en la muestra del Malba– el público puede involucrarse y modificarlas de forma muy personal y emotiva. Para Kvaran, en el caso de Yoko la obra de arte se transforma en un proyecto mental o físico compartido. La participación es un factor clave en el proceso de disolución de la singularidad de la obra de arte ya que es posible que muchas personas la representen en sitios diferentes. “La participación evidencia un rechazo de lo comercial en el arte. El participante se vuelve cómplice en el proceso creativo”, resume finalmente Kvaran desde Oslo.

Dream Come True inaugura este jueves 23 en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415. Desde las 19, la entrada será gratuita. Se extenderá hasta el 31 de octubre. Horario: jueves a lunes de 12 a 20, miércoles de 12 a 21, martes cerrado. Entrada: $90. Miércoles: $45. Visitas guiadas: viernes y domingo a las 17.

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Ceiling painting - YES painting, 1966
 
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