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Domingo, 14 de marzo de 2004

MúSICA

Música del alma

En el piano, Bebo Valdés: hombre orquesta de la música cubana en su época de oro, arreglador de estrellas y pianista sin par, organizador de las primeras jam sessions y responsable de vestir de lujo al mambo, a los 84 años acaba de ganar dos Grammy con El arte del sabor. En la voz, el Cigala: el cantaor que hace diez años era la joven promesa del flamenco y hoy se ha convertido en una de las voces más celebradas de España. El repertorio: de un tango de Cadícamo a un bolero mexicano, pasando por Jobim y Vinicius y La bien pagá. El resultado: Lágrimas negras, un disco de culto que suma adeptos día a día. Fernando Trueba, productor de este hallazgo, explica en el siguiente diario de grabación cómo se hizo casi todo en cuatro días.

POR FERNANDO TRUEBA
El Gran Wyoming llevaba un par de años hablándome de el Cigala, y por fin me lo presentó cuando estaban acabando la grabación de Entre bareta y canasta para 18 Chulos. Ahí empezó todo. Les hice un videoclip de la canción, y un día Diego se pasó por la sala de montaje de Calle 54. Vio la película aún sin terminar, pero tuvo un flechazo con el Lágrimas negras que interpretaban a dúo Bebo y Cachao. Al siguiente viaje de Bebo a Madrid los presenté y comenzamos a hablar del proyecto.
Javier Limón estaba produciendo el siguiente disco de Diego –Corren tiempos de alegría– y pidieron a Bebo colaborar en dos de ellos; la guajira y el Pierre Jambaliah reconvertido en bulería. Yo insistí en que incluyeran Amar y vivir, el bolero de Consuelo Velázquez que un día Diego me había cantado al oído en mi casa.
Aún recuerdo la emoción de aquella mañana de domingo en que Diego y Bebo grabaron juntos por vez primera. Las lágrimas inundaban el estudio. Allí lloró hasta el apuntador. Aquello era el ensayo general del disco que yo soñaba hacer con Bebo y Diego.
Por fin, en la primavera del 2002, el proyecto se puso en marcha. Primero la selección de los temas. Lágrimas negras, lógicamente, era el primero, el origen de todo. Bebo y Diego comenzaron a incluirlo en su repertorio, en algunos de los conciertos, al igual que el bolero mexicano Se me olvidó que te olvidé.

AGOSTO 2002.
Diego, Javier Limón y yo nos reunimos en mi casa, para acabar de cerrar el repertorio, y ver el tono que le va más a Cigala para cada tema. Grabamos una cinta que le enviamos a Bebo. En Estocolmo, Bebo escribe los arreglos.

7 DE SEPTIEMBRE.
Bebo llega a Madrid, en mejor forma que nunca. Tan guapo y elegante como de costumbre.

8 DE SEPTIEMBRE.
Al día siguiente, después de una paella colectiva en mi casa, comenzamos los ensayos. Nat Chediak nos había sugerido algunas inspiraciones para Lágrimas negras. Javier Limón se las escribe, y bien flamencas. Le cambiamos el “mi santa” por un “gitana”, más apropiado para Diego. Bebo se emociona en los ensayos cuando Diego canta Vete de mí, y nos cuenta anécdotas de Bola de Nieve, a quien conoció mucho.
Aunque cuando se la propuse, Bebo y Diego se enamoraron de la canción y sus armonías, Diego todavía se siente inseguro cantando Eu sei que vou te amar. Lo del portugués le asusta, aunque le sale un portuñol precioso. Veinte años sale sola a la primera, como si llevaran toda la vida tocándola juntos. Ojos verdes –que tanto gusta a todos– no acaba de convencer a nadie.

9 DE SEPTIEMBRE.
Primer día de grabación. El maestro Pepe Loeches en la mesa. Diego llega preocupado con Ojos verdes. No le acaba de pillar el punto. Cree que no aporta nada nuevo. Decidimos dejarla fuera. Grabamos Se me olvidó que te olvidé la primera, un tema con el que ya se han familiarizado en los conciertos. Javier Colina borda su solo. Euforia, ya tenemos uno. Atacamos Veinte años, que había ido como la seda en los ensayos. Emoción general. Solo hermoso y cubanísimo de Bebo. En plena euforia, nos metemos con Lágrimas negras. Está previsto que haya dos solos. El primero que grabará en su día Paquito D’Rivera y el segundo de Bebo. Como vamos bien de tiempo, decidimos meternos con uno de los temas nuevos: Niebla del riachuelo, el tema argentino del disco. El solo aquí se le reserva al violinista uruguayo residente en Miami, Federico Britos. Bebo, Diego y Javier bordan el tema. El ambiente está cada vez más cargado de emoción. Propongo no romper la intensidad del momento e intentar Vete de mí. Es el único dúo del disco. Sólo voz y piano. La primera toma es impresionante. No podemos creernos que hayamos hecho cinco temas en un día. Nos vamos felices del estudio.

10 DE SEPTIEMBRE.
Volvemos al local de ensayos. Aunque no estaba previsto en principio, a petición de Diego, decidimos incluir Corazón loco, el tema que popularizó Machín. Cantado por Diego, me parece oírlo por vez primera. Aquello de “Cómo se pueden querer dos mujeres a la vez, y no estar loco” pierde cualquier atisbo de ironía o humor, y en la voz de Diego se convierte en algo desgarrador. Decidimos que el Niño Josele haga un solo de guitarra flamenca. Bebo, secundado por Javier Colina y Piraña dan un vuelco rítmico a La bien pagá y la hacen sonar diferente de cualquier versión que hayamos oído antes.

11 DE SEPTIEMBRE.
Segundo día de grabación. Corazón loco se graba la primera. Sale sola. En La bien pagá, Bebo se lanza en un solo de cuatro minutos que nos deja boquiabiertos. Él mismo no sabe qué le ha pasado ni qué ha hecho. “Pues escúchalo.” Lo oye en silencio y al final dice: “Amén”. No damos crédito. Felicidad general. Bebo: “Yo soy un viejo. Mi cuerpo ya no funciona bien. Pero mi espíritu tiene veinte años”. Para relajar el ambiente hacemos Eu sei que vou te amar. Una maravilla.
13 DE SEPTIEMBRE.
Tras un día de descanso, nos juntamos en mi casa antes de ir al estudio. Diego ha soñado con otra canción: Inolvidable, el clásico bolero del pianista cubano Julio Gutiérrez. Les pongo el disco de éste tocándola al piano. Decidimos incluirla. Llegamos al estudio y Diego la graba del tirón. La segunda toma resulta ser la mejor. Ya tenemos los nueve temas del disco. Faltan algunos solos y mezclar.

18 DE SEPTIEMBRE.
Bebo gana su primer Grammy (Latino) con El arte del sabor.

9 DE OCTUBRE.
Bebo cumple 84 años.

29 DE OCTUBRE.
Bebo y yo llegamos a Nueva York. El y su hijo Richard vuelan desde Estocolmo. Yo, desde Madrid. Vamos a grabar allí dos discos de música escrita y arreglada por Bebo. Uno es un disco de Big Band, su obra más ambiciosa de composición y arreglos. El otro disco es para un grupo de nueve músicos y Bebo lo define como música bailable. Muy cubano: descargas, boleros, guaguancó...

4 DE NOVIEMBRE.
En Madrid, Javier Limón graba a Tata Güines en congas, Changuito en timbales y Pancho Terry en chekere para el montuno de Lágrimas negras.

7 DE NOVIEMBRE.
Hemos terminado la grabación del disco de Big Band que empezaremos a mezclar al día siguiente. Paquito viene al estudio y grabamos su solo para Lágrimas negras.
Milton Cardona, Puntilla y Pedrito Martínez, tres viejos amigos de Calle 54, graban los coros para La bien pagá.

17 DE NOVIEMBRE.
Volamos a Miami donde Bebo tiene un concierto en el Gusman Theater el día 22, y donde vamos a grabar nuestro cuarto y último disco –de momento–, un dúo de piano y violín con Federico Britos.

22 DE NOVIEMBRE.
Concierto de Bebo en el Gusman Theater. Artistas invitados: Diego el Cigala, Federico Britos y Lázaro Galarraga. Es la primera vez que el Cigala canta en Miami. Está previsto que cante 4 o 5 temas. ¿Cómo reaccionará el público? ¿Cuántas canciones necesitará para ganárselo? Cuando Diego sale a escena, coge el toro por los cuernos y se arranca nada menos que por Vete de mí, que inmortaliza Bola de Nieve, en un teatro repleto de una mayoría de cubanos: “Tú, que llenas todo de alegría y juventud...”. Al primer verso, el teatro se viene abajo. Al día siguiente, el historiador de la música cubana Cristóbal Díaz-Ayala mecomenta: “No he visto un caso igual de amor a primera vista”. Y la prensa americana, tras celebrar a Bebo como el clásico vivo de la música cubana que es, califica a Diego como “el Sinatra del flamenco”. No está mal.

25 DE NOVIEMBRE.
Terminamos de grabar el disco de dúo. Federico Britos graba el solo de violín para Niebla del riachuelo. A medianoche vamos al aeropuerto a recoger a Caetano Veloso. Llega de Nueva York y al día siguiente tiene el concierto final de su gira americana de Noites do Norte ao vivo en el Jackie Gleason Theater de Miami Beach. Desde el aeropuerto viene directo al estudio. Escucha una vez la versión de Diego de Eu sei que vou te amar de Jobim y Vinicius. Y hace su solo: recitar Coraçao vagabundo. Cuando acaba, todos estamos boquiabiertos y con los ojos húmedos. Caetano nos dice que es una de las primeras canciones que escribió y una de sus favoritas. Gilda, su inseparable ayudante, está con nosotros. Fue la última mujer de Vinicius de Moraes. “He oído esta canción millones de veces, en todas las versiones posibles. Nunca imaginé que podría oírla de una forma nueva, diferente.” Tres días después nos volvemos a Madrid y Estocolmo. Misión cumplida.

9 DE DICIEMBRE.
Josele graba su solo de guitarra en Corazón loco y comenzamos las mezclas.

23 DE FEBRERO DE 2003.
El arte del sabor gana su segundo Grammy, esta vez “el americano”. Felicidades, Bebo. Y gracias.

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