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Domingo, 16 de septiembre de 2007

MúSICA > TURBOPóTAMOS, LA REVELACIóN DEL ROCK PERUANO

Lima la sónica

Llegan a Buenos Aires con un disco, No Love, con un sonido rockero que se nutre del ska y el rockabilly. Es decir, la mezcla que después de The Clash se convirtió en el gran combo post-punk que el rock latinoamericano hizo propio. Pero hay algo diferente en Turbopótamos, un sonido y una potencia que se intuye desde el curioso nombre de la banda. Esta es la oportunidad de conocerlos.

 Por Martín Pérez

Todo empezó por 3 mil soles. Ese era el primer premio del concurso de la Universidad Católica de Lima al que se anotaron los integrantes de Turbopótamos. Y que ganaron. Además del dinero en efectivo, el premio incluía la opción de grabar tres temas en un estudio profesional y la promesa de una entrevista con una estrella periodística local, Gerardo Manuel. Según cuenta la anécdota fundacional del grupo, el premio lo cobraron y los temas los grabaron, pero la entrevista aún la están esperando. Pero ya no se puede decir que la necesiten. A siete años de aquel comienzo, este cuarteto limeño que ya lleva un EP –que incluyó aquellos temas grabados gracias al premio– y dos discos, se ha terminado de revelar como la gran sorpresa latinoamericana del año. “Somos cuatro jóvenes de 27 años, que estudiábamos todos cosas distintas en la universidad y comenzamos a tocar juntos en un momento en que había cierto bajón en la escena de rock peruana”, se presenta Humberto Capodónico, cantante y guitarrista del grupo. “Pero desde chicos todos hemos estado metidos en diversos proyectos musicales. El guitarrista Bruno y el bajista Julio tenían una banda en el secundario con influencias de King Crimson, y el baterista Marco comenzó tocando cajón peruano, por ejemplo.” Tal vez sean esos orígenes dispersos los que expliquen la fascinante heterogeneidad del sonido decididamente rocker –que en sus comienzos denominaban como skabilly– de los Turbopótamos, un grupo con nombre raro, ciertamente. “Desde que empezamos a tocar juntos comenzamos a pensar en un nombre”, explica Humberto. Barajaron varios, entre los que se suelen mencionar La Paloma Coja o Pensamiento Gonzalo. “Pero finalmente apareció un usuario en el Napster con el apodo de Turbopotamus, un nombre que nos pareció que calzaba con el tipo de música que veníamos haciendo. Así que fue un caso de inspiración virtual.”

A juzgar por No Love, su último disco, el tipo de música que hacen los Turbopótamos es una mezcla festiva de estilos que compila todas las posibilidades del under post-Clash, con base en el rockabilly, pero sin desdeñar la canción, destilando lo mejor de ese sonido post-punk que el rock latinoamericano alternativo reconoce como propio. Las influencias del garaje español, de la escena de rockabilly –que boca a boca funciona como el nuevo escenario indie continental–, e incluso de la música autóctona; todo se fusiona en un disco fresco y conciso, grabado en Buenos Aires y editado en Perú. Y a Buenos Aires es donde retornan los Turbopótamos la semana que viene a presentar su flamante disco, que viene con un librillo tan de lujo que los ejemplares que se consiguen en las disquerías locales son importados, ya que resultaría demasiado oneroso para cualquier discográfica indie intentar reproducir el arte original.

Cuando se les pregunta por el rock argentino, las elecciones del grupo peruano revelan los nuevos gustos de los sub-30 continentales con alma rocker, ya que van de Babasónicos a bandas como Los Alamos, El Mató a un Policía Motorizado o Tormentos. “Dentro del Perú, nuestra gran influencia histórica es la de grupos históricos como Los Saicos y Traffic Sound”, precisa Humberto. “Pero en verdad fueron bandas limeñas de los ‘90 como El Ghetto y Los Diablos Azules, las pocas que se salían del punk o del pop. Hacían una mezcla de Clash con ska y salsa.” Lo de Turbopótamos va un poco más lejos, como si abrevasen de las mismas fuentes que Mano Negra –por nombrar una banda que mezcló rock post-Clash con sonido latino–, pero buscando un sonido más urbano y menos heterogéneo. Con canciones encantadoramente rockers y romances de garaje (“Elisabel” recuerda felizmente a Loquillo y los Trogloditas), Turbopótamos sorprende, comparte influencias e invita al pogo. Habrá que aceptar el convite.

Turbopótamos toca este jueves dentro del ciclo “Music is my Girlfriend”, junto a The Tandooris y Los Barreiro. Club Unione e Benevolenza, Perón 1372. A las 21.

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