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Domingo, 10 de junio de 2007

ENTREVISTA CON JOSé GONZáLEZ

“La gente volvió a descubrir los instrumentos de verdad”

 Por Juan Andrade

En todas las entrevistas con medios de esta parte del mundo, a José González le preguntan algo sobre Argentina. Y él sonríe con cierta incomodidad, como si no supiera muy bien qué decir sobre ese país extrañamente familiar que visitó apenas tres veces. Es cierto que es hijo de un matrimonio mendocino que en 1976 consiguió escapar de las garras de la dictadura a través de la embajada sueca, luego de llegar a Río de Janeiro. También lo es que creció escuchando los vinilos de Silvio Rodríguez y Joao Gilberto que sus padres atesoraban en los primeros años de su exilio en Suecia. Pero no hay en su música un rasgo puntual de “argentinidad” del que sea consciente. A menos que a alguien se le ocurra mencionar que “Down the Hillside”, uno de los temas que forman parte de su EP Stay in the Shade, porta el inconfundible marcapasos de una chacarera. Entonces González vuelve a sonreír, pero esta vez con sorpresa. Y se pone a tararear el ritmo al otro lado de la línea telefónica, para finalmente concluir en un castellano fluido y con acento mendocino: “Sí, puede ser que sea una chacarera. Nunca lo había pensado así. Pero en la casa de mis padres se escuchaba chacarera, gato, tango. Todas esas cosas las he mamado de pequeño. Y puede ser que me haya inspirado en eso sin darme cuenta”.

Quizás convenga aclarar que lo de González no es el folklore, sino el folk. Su álbum debut, Veneer, data de 2003 y fue registrado en la intimidad de su casa en Gotemburgo. En sus canciones resuena, de hecho, una calidez hogareña, otoñal, siempre lo-fi y por momentos melancólica. “Es un estilo simple: guitarra y canto, aunque las partes de guitarra son bastante elaboradas”, define este ex estudiante de guitarra clásica que, sin hacer ostentación de técnica, construye un entramado melódico, armónico y rítmico sólido y al mismo tiempo ligero. Aunque se lo suele comparar con Nick Drake, su descubrimiento del cantautor inglés fue algo tardío: “Lo escuché por primera vez después de un concierto en el que me compararon con él. Cuando lo hice, sentí que no nos parecíamos en nada. Pero después empecé a escucharlo más y más. Por eso algunas canciones de Veneer, como ‘Stay in the Shade’, están directamente inspiradas en su obra”. El sello que editó Veneer tenía planeado vender, como mucho, dos mil unidades. Sin embargo, el disco alcanzó la categoría de oro en Suecia y luego cosechó críticas elogiosas de la prensa especializada del Reino Unido y Estados Unidos. Poco a poco, a medida que medio millón de personas en distintos puntos del planeta decidían comprar su primer trabajo, tuvo que asumir que algo había cambiado en su vida: “Al principio fue una especie de shock, porque no esperaba que pasara nada. Así que, cuando llegó al disco de oro, fue una sensación rara y muy fuerte. Después de eso, fue como sentir lo mismo pero en otros países”. Por las dudas, niega que se haya convertido en una especie de celebridad. “En mi país, a lo sumo, soy una estrella indie”, desliza entre risas. Su nuevo disco, llamado In Our Nature saldrá a la venta en la segunda mitad del año, pero varias de sus canciones forman parte de su actual repertorio en vivo y podrán ser escuchadas este jueves en La Trastienda.

¿Existe un nuevo folk, una escena que bien podría considerarse el primer movimiento musical del nuevo milenio? González señala: “Siempre escuché distintas músicas, como la bossa nova y el tropicalismo. Y eso termina influyendo en lo que hago, aunque finalmente sea folk. Son bastante graciosas las etiquetas, porque suelen ser construcciones que se hacen después de que algo ha pasado. Tenemos cosas en común, pero no creo que formemos parte de un movimiento. Lo que sí escuché decir, y comparto, es que después de algunos años con mucha música electrónica, la gente volvió a descubrir los instrumentos ‘de verdad’”.

No sólo los músicos y el público tomaron nota de lo anterior. Desde hace unos años, las principales agencias publicitarias parecen haber llegado a la misma conclusión: las canciones de raíz acústica y espíritu melancólico son la banda de sonido perfecta para vender autos, celulares y un largo etcétera. El propio González fue tentado por una conocidísima empresa de audio para que grabara una versión de “Heartbeats”, de sus compatriotas The Knife, con el fin de utilizarla en su campaña de lanzamiento a escala global de un nuevo modelo de televisores pantalla LCD. “Cuando me consultaron para este aviso y me contaron cómo se iba a presentar la música y cuánta plata me iban a pagar, les contesté que sí. Por supuesto, era bastante: pude pagar el alquiler varios meses. A esas marcas lo único que les importa es vender sus productos. Para mí lo más importante es que a la gente le guste la música y que no piense que hago cualquier cosa para ganar plata. Pero bueno, tomé el riesgo de perder algunos fans y de ganar otros”.

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